19

1.1K 45 0
                                    

Entramos a la casa de Matias, que esta más cerca del instituto, él en todo el camino no ha parado de quejarse y de maldecir a Jai, yo solo me quedo callada, me guardo mi rabia contra Jai para mi.

- ¿Dónde te duele? ¿quieres que vayamos a urgencias?- le pregunto preocupada

- No, tranquila, no hace falta. - dice ahora más relajado tirado en su cama- voy a darme una ducha, para limpiarme la sangre. Espérame aquí, ¿vale?- yo solo asiento con la cabeza y el se marcha al baño

Jai es verdaderamente un bestia. Un grandísimo idiota. No tenía ningún derecho a pagar su rabia contra él. A fin de cuentas, Matias solo le dijo la verdad. ¿Qué hubiera pasado si no hubiese llegado Matias? ¿me habrían pegado? ¿Jai que hubiera hecho? Antes de llegar Matias, no parecía con la intención de ayudarme. Y me da tanta rabia saber que yo no le importo ni la mitad de lo que me importa él a mi.

Sin darme cuenta, me encuentro sollozando. Y no es nada más que por él. Me siento humillada, *beep*. No puedo entender como me puede gustar una persona como él. ¿Como puedo tener sentimientos por él? Estoy tan concentrada en mis pensamientos, que no me doy cuenta cuando llega Matias y me rodea con sus brazos, siento su torso desnudo y húmedo, pero me da igual. Me acurruco en su pecho y sigo sollozando en silencio. Él me acaricia el pelo mientras me susurra cosas bonitas.

- Vamos, princesa, no llores. No soporto verte así, no merece la pena que llores por esos gilipollas. - yo me quedo en silencio y me separo un poco de él para mirarle a los ojos- cuéntamelo todo, ¿Qué fue lo que paso? ¿Por qué eran tan agresivos contigo?

- Porque les tire la cocaína al suelo- digo avergonzada y miro al suelo, entonces escucho la risa de Matias y le miro sin entender a que viene

- Estas loca de atar. ¿Cómo haces algo así? - dice riendo, al final me contagia la risa a mi también- ¿querías morir, no?- dice en broma y me acaricia las mejillas- eres increíble- me susurra por último y se acerca a mi con la intención de besarme, pero yo soy más rápida y me separo de él

- ¿Me dejas ir a tu baño? Me quiero lavar las manos, las tengo asquerosas- digo mirándomelas, él asiente

Cuando vuelvo, él ya tiene una camiseta ajustada puesta, que marcha su desarrollado pecho, no tiene mucho músculos, pero es ancho de espaldas y no puedo negar que es guapo. Pero no tanto como Jai.

- ¿Te duele?- le pregunto

- No. Tranquila, ven aquí- me atrae con una mano y me sienta en su regazo, yo solo me dejo, sin saber que hacer o a dando mirar

- Te he extraño todo este tiempo. No he parado de pensar en ti, ¿sabes? No se, creo que la segunda razón por la que no aguante nada en Salamanca… era que te echaba demasiado de menos. Cuando lo dejamos…

- Mati…- le interrumpo

- No, vamos déjame terminar- me pide poniendo su dedo índice en mis labios- cuando lo dejamos, me sentí como una mierda. No quería hacer nada, pensé que era un gilipollas por dejar ir una chica como tu. Bueno, ahora lo sigo pensando- dice y sonríe, yo me sonrojo y sonrío de forma tímida- eres la chica más guapa con la que he salido. No, mentira: eres la chica más guapa que hay en Madrid- dice y ríe, yo le sigo

- Mentiroso, eres un pelota ¿sabes?- le reprocho y le pego un codazo en broma

- No lo soy. Te estoy siendo más sincero que nunca.- y hace una pequeña pausa mientras me mira atentamente- Yo… te quiero.

- Matias- susurro

Me levanto y me separo de él, nerviosa, nunca me lo había dicho hasta hoy. Justamente ahora. No se que decirle, en otro momento, no lo hubiera dudado y le hubiera dicho que yo también. De hecho, ya lo había hecho antes, muchas veces, después de hacer el amor, por ejemplo, pero él… nunca me respondía, solo me abrazaba con más fuerza o sonreía. O como aquella vez, que lo único que fue capaz de decirme fue un “gracias”, me sentó como un balde de agua fría. Pero aún así, seguí con él. Porque le quería. Pero ahora… Jai es quien ronda mi cabeza, por menos que no quiera aceptarlo.

Y así..El tiburón se enamoró del pececito (Jai Brooks)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora