33

1K 40 0
                                    

Me subo al coche aún sorprendida. Jai me sonríe divertido y se acerca a mi para besarme, yo le correspondo y cuando nos separamos observo todo dentro del coche. No se mucho de marcas pero este se ve que es caro. Quiero decir, ¡por Dios es un deportivo! Negro, esta hermoso.

- ¿Este coche es tuyo?- le pregunto sorprendida

- ¿Te gusta?- yo asiento- si, es mío.

- ¿De donde lo sacaste? Quiero decir, se ve que es caro. Y dudo que en esos negocios que andas tu, ganes tanto como para este cochazo

- Bueno… eso da igual

- No, Jai- digo poniéndome seria- ¿no será robado?- digo asustada, él ríe por mi cara

- Claro que no, puedes llamarme de todo. Menos ladrón.

- Esta bien… pero ¿Cómo lo pagaste, entonces?

- Da igual, pececito- dice sonriendo- negocios- y se encoge de hombros quitándole importancia- solo eso. No me preguntes tanto y disfruta- entonces abre el techo dejando pasar la luz del sol y ver el cielo, yo miro encantada- ¿Qué te parece si vamos a dar una vuelta?

- Vámonos.- digo entusiasmada.

Nuestro paseo no ha sido muy largo. Ahora mismo solo estoy embobada mirando a Jai prepararse un porro desde la cama enredada entre sus sábanas. Y confirmo que estoy enamorada de él. Lo he dicho antes, pero, ahora no hay duda, sino ¿Por qué sonrió como boba cuando escucho su nombre o pienso en él? ¿Por qué se me acelera el corazón cuando él me mira o me besa? ¿Por qué estas ganas incontrolables de solo estar con él, todo el día? Que sería sino.

Jai me mira y me guiña un ojo, se acerca a la tele y presiona un botón ya que hace un pequeño ruido, pero nada se enciende, o se apaga. Él vuelve a mi y le miro con el ceño fruncido. La lucecita que antes estaba encendida ya no lo esta, y no se porque se me pasa por la cabeza que nos pudo haber grabado haciéndolo.

- ¿Nos has grabado?

- Claro que no- dice bufando y se vuelve a centrar prepararse el porro

- Entonces, ¿Cómo es que la lucecita esa de antes se apago cuando presionaste el botón? No será una de esas cámaras raras que salen ahora

- Que no- dice sin ponerme atención y arrastrando el o.

- Esta bien- digo no muy convencida.

Se vuelve a hacer el silencio en la habitación, Jai se levanta y va hacia la ventana para echar el humo por ahí, sabe que me molesta y esta comenzando hacer considerado y se aleja de mi cuando va a fumar. Yo me quedo mirándole, admirándole como una tonta más bien. Me fijo en su espalda, que es donde más marcas tiene, noto una herida, se ve más reciente, una raya fina que va desde el centro de su espalda hasta el final de un lado.

- Jai- murmuro bajo como una niña, él me mira esperando que yo continúe- no me vas a contar porque tienes esas cicatrices. Él parece pensarlo un momento, da otras caladas al porro y apagándolo se acerca a mi

- Creo que te lo imaginas ya

- Pero quiero escucharlo de ti- le pido y me siento en sus piernas, él me rodea por la cintura y me da un beso en el hombro- no me desconcentres. Quiero que me cuentes esto.- él ríe bajo y suspira profundamente

- Peleas- dice encogiéndose de hombros- callejeras, ya sabes. Tengo mucho tiempo moviéndome en la calle. Y siempre surgen problemas, así como encuentras amigos, tienes enemigos. A veces los amigos se vuelven enemigos y… los enemigos, son en realidad los amigos.

- ¿Qué quieres decir?

- Que algunas heridas me las hizo un enemigo… pero muchas otras la hacen los que decían ser mis amigos. Me pillaban con la guardia baja, y me han traicionado. Él único que nunca lo ha hecho es Daniel, a pesar de que él no te guste. Es de los pocos en los que se puede confiar.

Y así..El tiburón se enamoró del pececito (Jai Brooks)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora