hospital of souls | m.c.

siete

Narra Allie:

Cerré mi casillero y ví a un chico con el que nunca había hablado pero lo había visto en mi clase de Matemáticas. Era alto, rubio y de ojos azules. Tenía un piercing en el borde del labio que le quedaba bastante bien.

"Hey" me sonríe.

"Hola" le sonrío de vuelta.

"Soy Luke, tú eres Allie, ¿verdad?" me pregunta.

"Sip, esa soy yo" digo mientras me pongo un mechón de pelo detrás de la oreja.

"¿Te gusta este lugar hasta el momento? Me refiero a que sigues siendo algo nueva aquí."

"Sí, ya han pasado tres semanas desde que me mudé pero está bien, ya me he acostumbrado, y la gente de aquí es muy agradable" le sonrío y por el rabillo del ojo puedo ver a Michael observandonos mientras hablamos.

"¿En serio? Siempre pensé que la gente en esta escuela era de perras" Luke se ríe levemente.

"A lo mejor solo he conocido a la gente agradable" me encogí de hombros.

"Creo que acabo de conocer a la persona más agradable de aquí." Luke me sonríe y me sonrojo. Vaya.

Siento que alguien tira de mi brazo y me doy la vuelta para ver a Michael. "Vamos, Allie." Me dice con una voz casi inaudible.

Le miro de forma rara, él nunca me había pedido que nos vayamos juntos antes.

"Bien, estoy hablado con Luke, Michael. Espera." Le digo.

"Oh, no pasa nada, tengo que ir a coger el autobús." Luke me sonríe. "Pero toma," saca de su mochila un pequeño papel y un bolígrafo, escribe rápidamente y me lo da "mandame un mensaje luego, ¿de acuerdo?"

"De acuerdo." Miro el papel que me acaba de dar.

"Adiós, Allie." Me dice para luego desaparecer entre la multitud de adolescentes que se dirige hacia la parada de buses.

"¿Qué fué eso, Michael?" Le miro con algo de enfado cuando Luke ya no está lo suficientemente cerca para oírnos.

"Teníamos que ir a casa." Él se encoge de hombros.

Michael ha sido más expresivo conmigo la última semana, me ha hablado más de lo normal y me gusta.

"Pero, ¿no viste que estaba hablando con Luke?" Le pregunto.

"No necesitas hablarle." Me responde Michael. ¿Perdona?

"¿Y por qué no? ¿acaso es el idiota egocéntrico que juega con las chicas?" Continúo preguntando.

"Bueno, no, pero-"

"Entonces no veo ninguna razón por la que no debería hablarle."

La cara de Michael se pone roja. "Bien."

Caminamos hacia casa en silencio como cinco minutos.

"Tenemos que entregar nuestro proyecto de Ciencias el viernes." Le digo.

"¿Y...?" Responde él, claramente molesto.

"Que es miércoles y ni siquiera lo hemos empezado." Digo. Deberíamos de haber hecho el trabajo el lunes pero Michael seguía posponiendolo.

"¿Entonces qué quieres que hagamos?" Pregunta secamente.

"Podrías venir hoy a mi casa y trabajamos allí, ¿te parece bien?" Le sonrío, tratando de que cambie su humor.

"Está bien." Él suspira y llegamos a nuestras casas. "¿En tu casa a las tres?"

Eran las dos y media así que asentí. "Suena bien, nos vemos."