♡Capitulo 14♥

20 0 0
                                    

Hacía demasiado calor.

Mi frente estaba empapada de sudor y la camiseta que tenía puesta se pegaba a los costados de mi cuerpo como si fuera una segunda piel.

Me dolía la cabeza. Sentía que hasta los dedos de mis pies palpitaban debido al dolor.

Traté de estirarme fuera de la cama pero fue inútil: me dolía hasta la médula

ósea.

No quería abrir los ojos; la poca luz que entraba en la habitación era demasiado cegadora e insoportable aun a través de mis parpados cerrados.

Mantuve los ojos así por al menos otros diez minutos antes de abrirlos por completo.

Lo primero que vi cuando me desperté fue una foto de un jugador de fútbol haciendo estiramientos de piernas. Y no era el único: habían otras fotos de otros doce

o quince jugadores más. De hecho, llenaban toda una pared del dormitorio de Rita.

Me encontraba distraída viendo a un particular brasileño de ojos azules, cuando, sentí una mano bajar hasta mi cadera y luego deslizarse por mi trasero. Inmediatamente me puse alerta. La misma mano subió de mi trasero a mi cintura, hasta meterse dentro de mi camiseta y acabar haciendo un recorrido por mis costillas. Lo peor de todo era que no podía ver de quién se trataba porque yo estaba de espaldas a esa persona.

¿Rita? No, imposible. Rita era de manos pequeñas y uñas largas.

¿El papá de Rita?

Arrugué la nariz.

Debido a que no recordaba muy bien los detalles de la noche pasada, bien pude estar acostada junto al abuelo de ella. El tequila y el vómito no eran buenos

acompañantes definitivamente.

Lentamente giré sobre mi costado para ver de quién rayos se trataba, y frente a mí, el rostro dormido de Harry me daba la bienvenida.

Tragué saliva, y por un momento me di el lujo de dejar de pensar.

No tenía ni la menor idea de cómo Harry había venido a dar a casa de Rita.

¡Ni siquiera se sabía la dirección!

Intenté apartarme de él pero no tenía escapatoria: la cama estaba pegada a una de las paredes y el otro lado se encontraba obstruido por su cuerpo de metro ochenta de altura.

Antes de que pudiera pensar en algún plan para deslizarme fuera, dirigí mis ojos a sus bien formados labios. El inferior era más carnoso que el labio superior... y él se acababa de pasar su rosada lengua por ellos.

De solo verlo, mis ojos automáticamente se iban poniendo bizcos y mi boca comenzaba a hacerse agua. En serio, era como si encendieran un interruptor y alguien drenara mi cerebro de todo pensamiento coherente.

—Yo sé que me veo condenadamente apuesto, pero de verdad necesitas descansar antes de que la resaca te dé duro —dijo él aun con los ojos cerrados.

Oír su voz me bastó para recordar lo ocurrido la noche pasada.

Lo empujé con todas mis fuerzas, pero eso solo lo hizo moverse un poco de la cama.

Me puse en posición sentada y aparté su mano que se encontraba muy plácida acariciando mi estómago.

Gracias al movimiento brusco, mi cabeza rebotó y dolió horriblemente.

—Auuu —protesté.

—Te lo dije, nena. Ahora regresa aquí a mi lado.

Harry puso su brazo sobre mi cintura y me tiró hacia atrás y junto a él.

{Terminada} ᴘroнιвιdo eɴαмorαrѕe de нαrry ѕтyleѕ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora