2. Es Jasón, el hombre bueno

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«Es Jasón, el hombre bueno»

De regreso a mi casa me encontré con unas compañeras de la tabla rítmica. En dicho grupo soy un prodigio, al menos es así como mi maestro Claudio me califica. Hablamos de los pasos nuevos y lo complicados que son, les aconsejé que se relajaran y se pusieran a ensayar en sus tiempos libres. No faltaron las preguntas referentes a mi relación con Jasón y si es verdad que terminamos. Inteligentemente negué el rumor y les asegure que son puros chismes. Para que mi plan funcione, en primer lugar tenía que matar todas las especulaciones de nuestro rompimiento, porque en cuanto el rumor se difundiera, todas las atrevidas irán como perras hambrientas en busca de mi carne. Esa carne no está disponible, o si lo está, pero no para ellas, solo para mí.

La segunda parte del plan es escabullirme a su cuarto. Subiré como todo un Romeo por su balcón; bueno, esa era mi idea al principio. Victoria me apoyó y dijo que era algo muy romántico. En caso de ideas tontas, locas y peligrosas, Victoria es la indicada para seguirme. Kate, La Concentrada, me dijo que sería mejor que me escabullera por el patio trasero y desde ahí le aventara piedritas a su ventana hasta que me abriera; argumente que eso quitaría todo el romanísimo del plan, pero luego ella me respondió:

—Creo que sería menos romántico que te cayeras y te rompieras una pierna, y él tendría que llamar a una ambulancia. Reconozcámoslo, Nicki, le temes a las alturas. Me harías un favor si no lo hicieras. Yo podría dormir tranquila sabiendo que no te paso nada por querer trepar hasta su balcón.

Me termino convenciendo, como en varias ocasiones lo hace. Además su idea es más coherente y menos peligrosa. Nunca me he  roto nada y, por seguridad, quiero seguir manteniendo mi record.

La tercera parte del plan la dejo inconclusa, no quiero tener esperanzas y pensamientos imaginando cosas que posiblemente no ocurrirán. Me ahorro la desilusión creando mis fantasías. Lo que puede pasar en su habitación ya no queda en mis manos, se lo dejo a la espontaneidad del momento. Lo que sí puedo afirmar es que rogaría por una segunda oportunidad.

Sí, yo, Renata Nicole Diamond Hernández, me humillaré ante un hombre para obtener su perdón. En realidad él no es cualquier hombre. Jasón es asombroso, gracioso, amistoso, esplendoroso, cariñoso, y todos los buenos adjetivos que terminaran en "oso". Lo amo tanto que hasta perderé mi dignidad. Espero que lo valore, porque es todo lo que me resta por entregar, todo lo demás ya le pertenece.

Recorría mi habitación de un lado a otro. Desde la ventana al escritorio; del escritorio a la mesita de alado de mi cama; de la mesita otra vez hasta mi ventana. No podía  dejar de caminar.

Cuando me siento nerviosa o ansiosa —en este caso las dos— me caracterizo por caminar sin rumbo aparente, solo camino y camino, no lo puedo controlar, hay algo en mis pies que intuye que algo no anda bien.

Mi labio superior está a punto de terminar sangrando, pues lo tengo atrapado con mi mano estirándolo y soltándolo; creo que ya se ve un poco morado. Me tiré en mi cama con mis pies colgando, tocando el frío suelo. Escondí mi rostro entre las manos y me lo froté.

Lo que debo pensar en estos momentos es en una forma eficaz de regresar con mi gladiador. Pero ¿Cómo por dónde empezar? Con un "te juro que no fui mi intención engañarte", también podría funcionar un "Mi gladiador, yo te amo —me echó a llorar en sus brazos y continúo con mi discurso de arrepentimiento—. No lo volveré a hacer, lo eres todo para mí, te amo" No es una idea demasiado patética. Un "Si me perdonas, prometo ser siempre fiel. No volveré a engañarte con guapos-mayores-de-ojos-grises-con-una-camioneta-hummer-impresionante-que-tiene-amortiguadores-de-titaneo-con-una-velocidad-de... bueno solo no volveré engañarte". Demasiados detalles para su propio bien. Tal vez sería mejor la idea de un... Quizá solo funciona si no lo planeo. Así es mejor, nada planeado después de que llegue, como una moneda que lanzas al aire, nunca sabes cuál será el resultado, cara o cruz. Las cosas son más provechosas si lo dejas al azar. Hay dos caminos, dos posibles soluciones, que deriva una sola dirección: el destino que nos tiene deparado el creador. Ese es el verdadero simbolismo de las cosas al azar, el destino que, por ende, tenemos que pasar queramos o no. Nadie puede alterar ese factor, todos tenemos una vida escrita, buena o mala ya fuimos creados para una misión, sea cual sea, todos tenemos una.

The past leaves it's mark » Justin BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora