·12·

721 112 6
                                    

Jeno corría lo más rápido que sus piernas le permitían. La casa de Donghyuck no quedaba muy lejos de la suya.

Cuando oyó el mensaje de voz, con la voz del menor tan rota, tan dolida, tan vacía y a la ves tan llena a de sentimientos horribles, sólo se pudo imaginar lo peor.

En cuanto llegó a la casa, agotado, casi cayendo al no poder más, y se acercó lo suficiente a la entrada de la casa de su amigo, se dio cuenta de que la puerta estaba un poco abierta, pero no del todo. La empujó un poco y se dio cuenta de que dentro de la casa, no había nadie. Y el silencio sepulcral que reinaba en el lugar, hizo que su piel se erizara.

Algo andaba mal.

A penas puso un pie dentro el olor a limon tan cotidiano del lugar se hizo presente. Sabía (o creía) que Haechan estaba ahí dentro, en algún lugar, tal vez hasta escondido. Pero el silencio le resultaba extraño. No había entrado ni una vez a esa casa en el que hubiese estado todo tan silencioso como en ese momento.

Pasó por el living y buscó en todas partes, hasta detrás de los sillones y el sofá. También fue al comedor, y a la cocina, pero no había nadie. Buscó en las habitaciones de la primera planta, también en el patio trasero y luego, subió las escaleras. Ya en el segundo piso se dio cuenta de que la puerta del ático estaba abierta.

Con miedo, subió.

De alguna forma, lo presentía. Sabía qué había ahí arriba. Pero se negaba a creerlo.

No lo vio apenas subió. Al principio, no vio nada.

Pero aunque ese lugar le causara escalofríos, aunque estuviera a punto de darse la vuelta e irse, no lo hizo.

Y terminó caminando hacia el fondo del ático, ese lugar un poco más estrecho peor aún así con un techo alto y vigas fuertes. Y recientemente, un cadáver colgando de éstas.

Jeno reconoció la ropa, las zapatillas, y el pequeño anillo que se encontraba en el dedo anular del difunto.

Estaba de espaldas a Jeno, con la cabeza en direccion a la ventana y una expresión de dolor y debilidad.

En cuanto el chico vio a su amigo muerto, sintió que su alma dejaba su cuerpo.

Sus oídos dolían a causa de un fuerte ruido blanco, se sentía mareado y veía borroso. Se chocó con un par de cajas y se sostuvo de una de las vigas de madera, una que estaba lo más lejos posible del cuerpo.

No supo en qué momento comenzó a llorar.

O cómo hizo para bajar las escaleras de vuelta.

No recordaba qué le había dicho a la madre de Haechan cuando esta entró por la puerta principal que estaba abierta de par en par, con una valija en mano y con la incertidumbre plasmada en su rostro.

Jeno, ¿Ha pasado algo?

Pero Jeno nunca respondió. Sino que se quedó mirando fijo hacía la planta alta, donde desde el pie de la escalera, donde se encontraba, podía ver a Donghyuck mirándolo fijamente desde su habitación.

Se dio vuelta y sin mirar atrás, salió de la casa, sin escuchar a la madre de su amigo y sin disculparse al chocar al padre de éste al salir.

"No era real" se dijo a si mismo.

Y cuando ya había caminado unos cuantos pasos, pudo escuchar un grito de espanto venir desde la casa de su amigo.

Y comenzó a llover.

El día que Donghyuck se suicidó, el día que su amigo había llegado siete minutos tarde para salvarlo; ese mismo día, Jaeno le había puesto fin a todo.

Pero Donghyuck no llegó a saber que su vida iba a mejorar. No llegó a saber que su amigo se enfrentó a sus padres y a sus creencias al contarles sobre su sexualidad. No llegó a saber que tenía la oportunidad de ser feliz.

Porque antes de saberlo, ya había muerto.

❁❁❁

holis uwu

buenop, primero quería pedir perdón por no subir capítulos de forma regular y que las actualizaciones sean unas cacas y super lentas, pero ultimamente no estuve teniendo mucha inspiración para esta fic, además de que la escuela me tiene súper estresada.

y bueno, eso, saben que si quieren hablarme o preguntarme lo que sea pueden mandarme un mensaje o dejarme algo en mi perfil

les amo♡

venus.

유령; ghost • markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora