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Donghhyuck observaba a quien estaba sentado tres mesas adelante, en la fila a su derecha. El chico de cabellos blancos estaba dormido mientras el profesor de historia explicaba la Revolución Rusa, y paseaba sus ojos por los primeros bancos, quienes eran los únicos que realmente tomaban apuntes y prestaban atención para el examen. Al señor Jung realmente no le importaba que los alumnos durmieran en sus horas de clases, él no tenía ningún problema en desaprobar a aquellos que no les interesara la historia y tuviera que recursarla, después de todo él seguiría cobrando lo mismo al fin del semestre.

Pero era distinto con Lee Jeno. Él era uno de los alumnos estrella, y que estuviera dormido en su clase le resultaba a toda el aula un suceso sumamente increíble.

Pero Donghyuck personalmente lo agradecía. No era común que esas cosas pasaran, y él cursaba casi todas sus materias junto a Jaeno, así que aprovecharía cada oportunidad que tuviera de ver al chico del que estaba enamorado sin ningún remordimiento, sin culpa, sin temer que éste lo descubriera.

Y ese día específicamente se preguntaba qué se sentiría despertar junto a él una mañana. Ver su pacífico rostro junto a los rayos del sol del amanecer de cerca, con sus respiraciones juntas y unas suaves y grandes manos sobre su cintura.

Fantaseaba despierto.

Pero, ¿quién podía culparlo por enamorarse de ese ángel?

Haechan nunca le había prestado atención realmente hasta hacía un para de meses, cuando durante la clase de educación física un grupo de iljins se encargaron de jugar 'quemados' con él. El pobre e inocente Hyuck pensó que esa era su oportunidad de hacer más amigos, pero logró entender que estaba equivocado en el momento en que le dijeron que sólo habría dos equipos: el grupo de nueve iljins contra un debilucho Donghyuck que nunca había jugado a eso.
Así que inevitablemente perdió. Lo golpearon con pelotas de basquet y futbol, y no les bastó con sólo una, sino miles de ellas rebotando contra su piel, rompiendo sus vasos sanguíneos y dejando miles de moretones, haciendo que su nariz sangrara, y su cabeza doliera. A los pocos minutos el pelirrojo no aguntó tanto dolor y terminó por hacerse una bolita en el suelo cubriendo su rostro lleno de sangre y lágrimas, ignorando las risas, burlas e insultos de quienes lo rodeaban.
Pero para su suerte (o desgracia) de los vestidores acababa de salir su héroe. Lee Jaeno, un chico bastante temido y respetado en su escuela por su gran físico y habilidades marciales, se encargó de mandar a la direccion a cada uno de esos chicos (quienes fueron sancionados durante una semana y media), y de acompañar a Donghyuck hasta la enfermería y cuidarlo hasta que Renjun llegó a él.
El pequeño se quedó cautivado desde ese momento. ¡Nunca antes alguien se había atrevido a defenderlo! De una forma u otra había salvado su vida, y había curado con delicadeza cada una de sus heridas. Le había dicho palabras reconfortantes y lo había halagado.
Era la primera vez que alguien que no fuera de su familia o amigos le decía que era bonito. Era la primera vez que alguien acariciaba sus mejillas y lo miraba a los ojos con dulzura.
Era la primera vez que Donghyuck anhelaba besar a alguien.
Se sentía bien estar con él, era lindo tenerlo cerca.

Y fue por eso que Hyuck comenzó a prestarle atención, y como si fuera obra de magia, comenzó a encontrarlo en cada lugar al que iba.

Un día en la biblioteca Jeno lo ayudó a alcanzar un libro que estaba en una estantería demasiado alta, y luego se quedaron juntos hablando sobre libros y peliculas que les gustaban, sentados en el suelo de ese mismo pasillo en el que se habian encontrado, con la espalda apoyada sobre la estantería del otro lado, resitando poesía de vez en cuando.

Otra de las veces, se encontraron de camino a sus casas. La de Jeno no estaba muy lejos de la de Hyuck, así que se quedaron sentados en la vereda hablando por horas y horas, hasta ver el atardecer juntos y presenciar la hora dorada en su máximo esplendor.

Un día Donghyuck pensó que confesarle sus sentimientos era buena idea. Lo buscó durante todo el día con una carta en mano. Una carta breve, con el papel de color rosa y perfume a vainilla.

Pero a Hyuck nunca le salen las cosas como lo planea.

Cuando al fin descubre en dónde estaba su querido Jeno, se encuentra con lo que creía que era la única cosa que le podria romper el corazón en mil pedazos.

Jeno estaba frente a otro chico, entregándole una carta. Una carta de amor.

Jeno estaba enamorado de alguien más.

Donghyuck no quería creerlo.

Hyuck no quería creer....

Que la persona que estaba frente a Jeno,
era su mejor amigo.

Era Renjun.

Así que con dolor rompió su carta y salió corriendo del lugar. Y nadie lo vio por tres dias.

Cuando volvió ers una persona nueva. Renjun hasta se sorprendió cuando vio a su amigo con un nuevo corte y más arreglado que de costumbre.

Donghyuck comenzó a maquillarse. Lo que a él lo hacia sentir bien. Usaba sombras y bálsamo, y base cuando lo ameritaba. Pero sólo lo ameritaba cuando usaba sombra y bálsamo y los iljins lo veían para darle una golpiza.

Donghyuck sólo quería ser bonito para Jeno. Él quería que Jeno lo vea con otros ojos; quería que lo vea de la misma forma en la que veía a Renjun. Pero sabía que no lo lograría, no podria cambiar sus sentimientos como nadie podría cambiar lo que él siente hacia Jeno.

Pero no era culpa de Jeno no corresponder a sus sentimientos, es más, ¡Jeno ni siquiera sabía que Donghyuck estaba enamorado de él!  y para Hyuck era mejor así. ¿De qué servía declararse si ya sabía que no sería correspondido? Prefería seguir siendo sólo su amigo e intentar llamar su atención sutilmente.

Mientras tanto Jeno vivía en una burbuja llamada obligaciones y presión social. Al estar amenazado por los iljins le quedaban pocas opciones: obedecer todo lo que ellos le dijeran o atenerse a las consecuencias de no hacer lo último y que todo el mundo se entere de que es homosexual, y que sus amigos también se vean afectados por esto.

Pero Lee Jeno estaba irremediablemente enamorado de Huang Renjun, ese pequeño chino de sonrilla brillante y dientes algo chuequitos que sólo lo hacían ver más adorable, aunque fuese más grande que él. Jeno no sabía exactamente cuándo comenzó a sentirse atraído por Renjun, pero suponía que fue en una de las tantas veces en las que Donghyuck se acercaba a hablar con él y el chino lo acompañaba. Y aunque supiera que su amor por Renjun no era correspondido, y haberlo descubierto de mala forma, no impedía que se quedara hipnotizado cada vez que el mayor pasaba por su campo de visión, ya sea por casualidad o intencionalmente.

Cuando Jaemin le contaba sobre su novio, nunca había mencionado su nombre, y Jeno siempre suponía que se le olvidaba al estar tanto tiempo hablando de lo maravilloso que su amado era. Entonces al descubrir que éste era Renjun, no pudo estar más de acuerdo con todas las cosas hermosas que Jaemin decia de él, después de todo era obvio que su amigo esté tan enamorado, sólo Huang Renjun podía lograr que alguien se sintiera de esa forma; a punto de caer de un precipicio del que no hay escapatoria, y seguir caminando por inercia, casi hechizado por el rubio de ojos pequeños, tan tentador.

Pero Jeno no tenía casi tiempo de que le duela no ser correspondido o ver cómo la persona de la que estaba enamorado besaba a su mejor amigo (aunque Renjun en las pocas veces que él estaba cerca intentara mantener distancia con Jaemin), él ya tenía demasiado con su familia presionándolo a ser quien no era, y los iljis obligándole a pegarle a alguien aunque no quisiera.

A veces deseaba que su única preocupación fuera no ser correspondido.

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Este capítulo fue patrocinado por la música de Cavetown, Mxmtoon, cinco tazas de café y Fajitas de sabor a pizza, junto con varias horas de mi gato ronroneando dormido sobre mis piernas uwu

Es cortito pero quería subir algo :(

Venusxx

유령; ghost • markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora