Parte 25; "Elementos múltiples"

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Lunes 20 febrero.

El encuentro estaba por iniciar. El gran dragón de magma posee un cuerpo tosco, patas gruesas y algo cortas a pesar de su larga columna vertebral y fuerte cola, su ancha y corta cabeza destaca por tener dientes sobresalientes como un cocodrilo, mentón amplio, prominente y ojos pequeños. Katerina en tanto es una bestia más estilizada, de tórax amplio y cintura estrecha, patas con cinco garras cada una siendo las traseras más largas que las delanteras, a diferencia de su oponente ella sí posee alas pero estas son frágiles, también su hocico es más largo y sus grandes ojos amarillos de serpiente dejan ver su furia.

"¡Ukobach, bendice a Katerina!" Ha exclamado Rolf con su gran libro abierto en sus manos. Su maestro le ha solicitado conceder a la dragona la capacidad de resistir el fuego pero ¿Por qué? Con los demás no fue tan piadoso, sin embargo lo que algunos podrían pensar que es una injusticia en realidad estaba emparejando las cosas; Muspelheim es por mucho superior y en su forma de dragón, la que sólo puede alcanzar cuando absorbe grandes cantidades de fuego de alguna fuente externa como Sutej le ha facilitado, se siente como una gran bestia fuera de control. El dragón candente rebosa de energía, es fuerte y el humo que deja tras de sí dificulta la respiración a su oponente, de modo que una pequeña ayudita a la inexperta dragona le viene muy bien, pero... ¿No será una ayuda muy miserable?

La bendición de Ukobach, uno de los demonios de Rolf, brinda a la chica la resistencia necesaria para que su cuerpo no se calcine ante el dragón de magma, sin embargo las quemaduras en sus escamas siguen siendo muy dolorosas y, por si fuera poco, la diferencia de tamaño entre ambas bestias es evidente; ella mide sólo 14 metros de largo y él 20, siendo la diferencia de peso incluso peor pues, claro, el dragón de magma es literalmente roca fundida y no de carne y hueso.

Contra toda expectativa y sin dejarse intimidar la dragona negra arremete con ímpetu, extiende sus alas viendo en ellas una ventaja y es que por mucho que escupa fuego Muspelheim no puede volar, está atado al suelo por su gran peso y no importa cuán alto salte para alcanzarla mientras ella vuela alrededor tratando de pensar en qué hacer, no puede alcanzarla.

Los brincos del dragón de magma erizan la piel a los presentes, entre ellos Niflheim sonríe ansioso como un niñito en un circo ¿Es que acaso disfruta tanto ver dos dragones enfrentarse? Por poco podían ver en él al niño que antes vieron en los videos, algo de su inocencia persiste cuando se trata de su fascinación por los lagartos, si es que se puede llamar así a su gusto por las demostraciones descomunales de poder; cada vez que el pesado dragón de magma golpea el suelo tras saltar causa un verdadero terremoto y el ruido en este caso no parece fastidiar en demasía a Niflheim quien se cubre los oídos con una gruesa capa de hielo sin siquiera quejarse, todo vale la pena con tal de divertirse así.

Katerina no podía librarse por siempre, debía atacar y, al arremeter contra su objetivo incluso desde la espalda, descubrió cuán resistente puede ser; ella mordió sin miedo la nuca del dragón de magma justo cuando este caía al suelo tras saltar pero la fuerza de sus mandíbulas no era suficiente, momento aprovechado por su oponente para usar su larga cola y golpear las alas de la dragona negra logrando así fracturar su zona más débil, confinándola a tierra firme donde él lleva todas las de ganar.

Con patas y mordiscos la dragona se defendió de su atacante que trataba de derribarla, quizá él es muy pesado pero ella tiene mucha fuerza y no estaba dispuesta a dejarse caer al suelo, sus compañeros podían ver cómo chocaban ambas cabezas y cuellos tratando ambos de morder al otro en la graganta pero era difícil lograrlo sin exponerse a sí mismos, las patas delanteras también hacían su trabajo y era un alivio que las garras de magma no tuviesen el filo necesario para cortar las gruesas escamas negras de Katerina. ¿De qué estarán hechas esas escamas negras? Es lo que Niflheim analizaba detenidamente al ver la pelea volverse intensa, no esperaba que la dragona fuese tan resistente y al parecer la clave está en esas escamas que Muspelheim no puede romper con dientes ni garras valiéndose finalmente de golpearla con fuerza con su gran torso para lograr derribarla y así sacar ventaja de su tamaño reteniéndola contra el suelo usando su propio peso.

SETRA; Almas DivinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora