SETRA; Almas Divinas

Parte 7; "Gin'notora, el tigre domado"

El imperio Shi Huang Qin comprende lo que en la Tierra equivale a gran parte de la zona este de China, todo Corea, Taiwán y Japón. A diferencia de la mayoría de los imperios del Limbo se caracteriza por no poseer una religión centralizada, a cambio podemos encontrar una increíble mezcla entre mitología, teología y diversas corrientes del pensamiento que conforman una caótica cultura llena de enigmáticas historias y leyendas urbanas que rápidamente se vuelven realidad. Ciertamente podemos encontrar taoísmo, budismo y confucionismo entre otras prácticas, pero las personas son libres de creer y adherirse a estas religiones a gusto sin ataduras familiares, es más bien su gran cantidad de supersticiones lo que los mantiene ocupados en ritos y costumbres antiguas. Sin embargo la religión es lo único fuera de orden bajo el imperio; lo que no puede caber en duda es la autoridad de los señores feudales al mando de cada zona y, por sobre todos ellos, el emperador Qin Shi Huang quien ha convertido a estos hombres y sus tierras en simples títeres para aumentar su grandeza. Sin embargo, la situación política de esta amplia zona que sólo se mantiene unida gracias a su amplio territorio libre de demonios no tiene relevancia para los Setra, o al menos no debería.

Hace nueve años la vida de Gin era muy tranquila. En ese entonces vivía con sus padres y su hermana en un pequeño pueblo al oeste de Japón, cerca de la caleta donde su padre le enseñaba el oficio de los hombres de mar llevándolo a pescar y extraer mariscos de la costa. Realizar esos trabajos le resultaba difícil al escuálido muchacho pero su padre no se desanimaba, sabía que pronto sería un adolescente y al crecer se fortalecería hasta ser todo un hombre, de modo que no tenía sentido sobreexigirle. Gin no meditó jamás sobre ello, era un niño y sólo pensaba en jugar, sin embargo si alguien le hubiese preguntado qué oficio deseaba aprender tenía clara su decisión; quería ser cazador, como su tío. Aquel hombre, hermano de su madre, lo llevaba al bosque de vez en cuando para enseñarle a cazar jabalíes y el cómo ganó la simpatía de su sobrino es muy obvio; se trataba de un setra que desertó a la organización, y ya que pertenecía a 4° línea fue libre de decidir qué hacer con su vida, regresó con su familia humana y enseñar sus habilidades a su único sobrino le pareció una buena idea.
Bueno o malo, a Gin le fascinaba cada cosa que le enseñaba su tío. Aprendió a rastrear animales y ser sigiloso parecía estar en sus venas como en las de su tutor, pronto descubrieron su potencial y, si bien a Gin le emocionó mucho ver que él también podía desvanecerse como el aire para pasar inadvertido, los mayores se alarmaron un poco. "Nadie debe saberlo o estarás en problemas" advirtió su tío angustiado, él temía por el bienestar del chiquillo y por poco lucía arrepentido de haberlo llevado a cazar, jamás pensó que Gin tendría tal potencial y el por qué un don como ese lo preocupaba es algo que el muchacho entendería demasiado tarde.

Gin no estaba interesado en oír sus advertencias, el mar estaba cada vez más lejos de su mente, sólo deseaba ir al bosque y divertirse rastreando animales sin llamar su atención. Se sentía como un depredador oculto acechando a sus presas pero una noche, cuando pensaba en ser un gran tigre, algo llamó su atención; él se ocultaba entre los arbustos viendo a un jabalí que no advertía su presencia cuando un fuerte viento comenzó a agitar los árboles. Parecía que una tormenta comenzaría de la nada así que más valía volver a casa cuanto antes, sin embargo en cuanto se puso de pie y volteó se encontró frente a frente con un gran tigre de pelaje blanco que reflejaba la luz de la luna que se filtraba entre las nubes. La cabeza del felino era más grande que el torso del niño, sus patas del ancho de su cabeza y es seguro que con una sola mordida pudo partirlo en dos de haberlo querido, mas la criatura que lo acechaba agazapado no buscaba hacerle daño. Ya que el viento seguía arremolinándose con fuerza a su alrededor el chiquillo permaneció paralizado, el felino se acercó a olerlo, frotó sus bigotes y encías contra su cuello logrando humedecerlo con su saliva pero no le causó daño alguno, pronto volteó para seguir su camino y junto a la luz de un relámpago que encandiló al muchacho la magnífica criatura desapareció... Byakko es el nombre de aquel tigre que se familiarizó con Gin voluntariamente, Gin'notora significa "tigre de plata", el nombre que escogió su madre para él pensando en aquel magnífico ser mitológico capaz de ser sigiloso como una suave brisa y a la vez tan fugaz y destructivo como un rayo, cualidades que hoy definen las habilidades de Gin; es Byakko su elemento regente y él lo sabe, está orgulloso de ello pues recuerda bien la magnífica sensación de estar bajo la mirada de aquel tigre, aquel al que jamás oyó acercarse y su peligrosa sutileza le fascina, sin embargo no todo puede gustarle como su elemento regente.