Aquí estoy una vez más, perdida en este gran mundo. Sin nada que decir, sin nada que hacer, en medio de caminos sin rumbo. Caminos por los que llevo caminando mucho tiempo sin llegar a ningún sitio. No tienen fin, no te indican hacia dónde vas, no sabes absolutamente nada. Hasta que encuentras una señal que pone “Absolutely nothing Next 22 miles” y piensas que al menos sabes cuándo más has de andar para llegar a nada. Sí, lo sé, esta última frase no tiene mucho sentido, pero usa un poquito de tu imaginación y encuéntrale uno.
Debo decidir si seguir andando a ver si llego a algún sitio o si simplemente me quedo junto al cartel, que si te lo miras mucho acaba siendo bonito.
En realidad, a veces va bien perderse un rato, huir de la realidad que nos envuelve. Es como un escape, un sitio donde gritar, correr, hacer lo que quieras sin que nadie te diga nada, te regañe o te haga parar. Pasar un rato a solas no es nada letal, sentarte en medio de un camino y pararte a pensar en todo lo que te ocurre, lo que no te puedes sacar de la cabeza, todos esos pensamientos que no te dejan dormir, eso es lo que muchos deberían hacer y otros desearían poder hacerlo, otros desearían encontrar un sitio como el que he descrito antes en este enorme mundo en el que hay de todo menos nada.
Como no me decido me quedo inmóvil sin hacer nada, solo observando ese maldito cartel que me trae tantas dudas, preguntas, curiosidades a la cabeza. Por mucho que me lo mire no le encuentro sentido, no entiendo el porqué de poner un cartel para decirte que no hay nada.
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Short stories
Short StoryDesde reporteros perdidos en medio de París hasta niñas pequeñas que tienen la suerte de visitar un circo. Mundos inexistentes, fotógrafas que hacen de guías, viajes en barco casuales. Desde romances en pequeños pueblos costeros hasta conversacione...