#17

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Esta vez nada nos molestó, no hubo saltos en el tiempo ni daimones gárgola descarados. Mientras sonó «Hallelujah», el beso siguió siendo muy dulce y delicado, pero después Harry hundió las manos en mis cabellos y me atrajo hacia sí. Aquello ya no era un beso suave, y la reacción que me provocó me sorprendió a mí misma. De repente, mi cuerpo se volvió blando y ligero y mis brazos se colgaron con autonomía del cuello de Harry. No tengo ni idea de cómo ocurrió, pero en algún momento de los siguientes minutos y sin dejar de besarnos aterrizamos en el sofá verde, y allí seguimos besándonos hasta que Harry se sentó súbitamente y miró su reloj.

—Como he dicho, es una lástima que no pueda besarte más —dijo jadeando un poco. Tenía las pupilas enormes y sus mejillas habían enrojecido visiblemente.

Me pregunté qué aspecto debía de tener yo. Como provisionalmente había mutado en una especie de pudín humano, no estaba en condiciones de liberarme de mi posición recostada. Y constaté con horror que no tenía ni idea del tiempo que hacía que se había acabado el «Hallelujah». ¿Diez minutos? ¿Media Hora? Todo era posible.

Harry me miró, y me pareció ver algo parecido a la perplejidad en sus ojos.

—Deberíamos recoger nuestras cosas —dijo finalmente—. Y deberías hacer algo urgente con tus cabellos; parece como si algún idiota se hubiera puesto a revolver en ellos con las dos manos y luego te hubiera tirado sobre el sofá… Sea quien sea el que nos espere sabrá que dos y dos son cuatro… Oh, por Dios, no me mires así.

—¿Cómo?

—Como si ya no pudieras moverte.

—Es que no puedo —dije en serio—. Soy un pudín. Me has transformado en un pudín.

Una breve sonrisa iluminó por un instante el rostro de Harry, y luego se puso en pie de un salto y empezó a guardar mis cosas en la cartera.

—Vamos, pudincito, levántate de una vez. ¿Tienes un peine o un cepillo?

—En algún sitio ahí dentro —contesté con voz apagada.

Harry sostuvo en alto el estuche de las gafas de sol de la madre de Eleanor.

—¿Aquí dentro?

—¡No! —grité, y el pánico puso punto final a mi existencia como pudín.

Salté como movida por un resorte, le arranqué a Harry el estuche con el cuchillo para verdura japonés y lo volví a tirar dentro de la cartera. Si Harry se extrañó, no lo pareció. Dejó la silla en su sitio junto a la pared y volvió a mirar su reloj, mientras yo sacaba el cepillo del pelo.

—¿Cuánto tiempo nos queda todavía?

—Dos minutos —dijo Harry, y recogió el iPod del suelo. No tenía ni idea de cómo había llegado allí. O cuándo.

Me cepillé el cabello nerviosamente.

Harry me observaba con aire serio.

—¿Gwendolyn?

—¿Hum…?

Dejé caer el cepillo y le devolví la mirada con tanta tranquilidad como pude. ¡Oh, Dios mío! Era increíblemente guapo. Una parte de mi cuerpo quería volver a transformarse en pudín.

—¿Has…?

Esperé.

—¿Qué?

—No, nada, no importa.

La conocida sensación de vértigo se extendió por mi estómago.

—Creo que ya empieza —dije.

—Sujeta bien la cartera. No debes soltarla en ningún momento. Y acércate un poco hacia aquí; si no, aterrizarás sobre la mesa.

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Muy buenas!! Se que es un cap un poco corto pero quería actualizar antes de irme de vacaciones !!!!

Aunque es corto es muy bonito no? OS gusta ? que OS parece.

Necesito que me digáis que va a pasar ahora con Harry y el amor: sera Gwen? sera Charlotte ? no sera ninguna?...sera otra?

Decidme que pensáis y que queréis que pase en el capitulo siguiente!!.

Como es un capitulo que me gusta mucho , se lo voy a dedicar a @Trabi_198 .

Gracias por todo!!! Comentar y votar!!

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