Desbórralo, menor.

Q u i n c e e m p a n a d a s

← NamJoon pv→

'Elga mano, estaba soñando una vaina to' arrecha: me cuadraba a una chama que estaba cayéndose de buena; cabello castaño, piel tan blanca que parecía una leche vencí'a, pingue bembas y sendo culo, oyó, pero cuando habló se murió mi fantasía.

Hablaba como el pajuito de SeokJin.

¿Por qué me pasan a mí estas vainas?

Me desperté con el corazón a mil, no sabía si era un sueño o una pesadilla, había queda'o loco con semejante beta.

Ya va ¿en dónde estaba? Vi a mi alrededor y no imaginaba que la casa de SuHo fuera tan decente...

MIERDA ¿Y SI ME ABRIERON LA PANZA Y ME ROBARON LOS ÓRGANOS? Ese mamawebo es capaz, seguramente compraría perico con esa verga.

Me quité la sábana lo más rápido que pude, dándome cuenta de que estaba sanito y salvo; sentí que a mi lado algo se movía, así que voltée pa' ve con qué espanto había dormido.

No puedo creer que estaba en la misma cama con SeokJin ¿qué hice?

— Épale, chamín. Dime quéloque ¿qué aconteció? —
Pregunté de una, tirando gentilmente de un mechón de su cabello.

— Coño, NamJoon... —
Tenía senda voz de dolmí'o, creo que habría sido más chévere si lo hubiera dejado despertarse cuando quisiera.

Nah, quería saber si había dado la galleta en el bululú ese, pero al parecer seguía tan puro como de costumbre.

  No es por ser marisco ni nada por el estilo, pero debía admitir que Jin se veía... interesante, con la poca iluminación que venía desde la ventana.

— Ajá ¿algún beta de anoche del que deba enterarme? —

— No, marico. Nada a excepción que SuHo casi nos jode por robarle la bandeja de tequeños. —

En cuanto me dijo eso me cagué de las risas, bien hecho, se merece que le coronemos así sean los tequeños al mamawebo ese.

Sé que soy sendo ladilloso cuando estoy prendí'o, pero confiaba en SeokJin, si él me decía que no había otra cosa que contar, chévere cambur.

— ¿Quieres desayunar? —

Vermo vale, esa pregunta me conmovió fue bello, oyó.

Pero naweboná, mi mamá me iba a perseguir pa' joderme con una manguera si no aparecía. Yo lo que soy es malandro, pero un malandro que le tiene miedo a su pure.

— Marico, tengo que irme, para la próxima será. —

Agarré mi cachachá y le hice señas pa' que me acompañara hasta la entrada, aún seguía con su ropa puesta, pero qué importa, 'taba roba'o pa' que fuera serio.

— Creo que mi mamá quiere hablar contigo, deberías quedarte... —

— Coño, 'amonós, la vida es injusta; mi mamá quería una niña, pero ve, le salió fue un piazo 'e velga. —

Con esa última oración, cerré la conversación y nos espingamos pa' la entrada, hacía era un solazo que no jugaba carro. Sí, me iba a ir caminando en pijamas; he ido más mamarracho pa' la calle y no ha habido peo, qué tanto.