—No sé qué voy a hacer sin ti...
Arrastraba mi pesada maleta y el nudo de mi pecho por todo el aeropuerto, seguida por Amy, que lloraba desconsolada.
Mi madre y Ben estaban justo detrás de ella. Él rodeaba sus brazos con ternura en un intento fallido de reconfortar a una madre que se despide de su hija.
Me paré en medio de la gente y miré a Amy por primera vez a los ojos.
La razón por la cual no lo había hecho antes era simple: dolía ser engañada por tu novio y dolía ser engañada por tu supuesta amiga, pero dolía más ver a tu mejor amiga llorando por ti.
Aquella mejor amiga que estaba en los buenos momentos, en los malos y en los intermedios. Estaba en todos los momentos y en todos los lugares, a mi lado, apretando mi mano, besándome las lagrimas, curándome las heridas.
—Volveré, Amy. No voy a abandonarte nunca, ¿me oyes? —acaricié su mejilla quitando las lágrimas—. Solo necesito un respiro, un atisbo de lejanía de todo esto... Solo un poco. Y volveré.
Asintió sin dejar de llorar.
Tres días atrás le había contado que me iba, el día después de comprar el billete y asimilar todo lo que estaba haciendo, lo que estaba ocurriendo y lo mucho que iba a cambiar mi vida. Desde ese mismísimo día estuvo con los ojos brillantes delante de mí y yo me rompía cada vez un poquito más.
¿Ann? No la había vuelto a ver. Tampoco quería. Amy se encargó de ponerme al día. Ann y Ashley eran amigas desde siempre y ella solo había fingido con nosotras para poder tenerme controlada.
—A ella le gusta Adam, Brook. Por eso no quería que tú te enamoraras de él, por eso ella estuvo con nosotras... Para controlar y saber lo que pasaba contigo. Quería destrozar cualquier oportunidad que tuvieras. Aparte de que él sea un capullo, claro— me había dicho.
Aquello no pudo doler más porque me hice a la idea días antes.
Ann podría quedarse con Adam si quería. Yo ya no los quería a ninguno de los dos.
"Pasajeros con destino Canadá el vuelo efectuará su salida en 10 min..."
Me pregunté si la mujer que hablaba por el micrófono para informar de las salidas se daba cuenta de la cantidad de despedidas dolorosas de las que era culpable.
Observé la cantidad de personas que lloraban a mi alrededor mientras abrazaban a sus seres queridos.
Miré a mi familia. Mi madre, Amy y ahora Ben.
Primero me acerqué a Amy y la abracé tan fuerte que juro que oí los pedazos de su corazón juntarse un poquito más. Aquel fue el abrazo más fuerte que le he dado en toda mi vida. Un abrazo que gritaba que no iba a marcharme, aunque me marchara.
—Te quiero muchísimo, Amy —susurré—. Hablaremos todos los días y vendré a veros. Por favor, no me olvides.
El olvido. Era lo que más temía. El olvido... La idea de ser olvidada se mecía en mi pecho, clavándose un poco más cada minuto que pasaba.
Me miró llorando mientras yo sonreía un poco y mis ojos picaban.
Picaban muchísimo.
—¿Cómo se olvida a una hermana? —preguntó casi sonriendo.
Sollocé mientras hundía mi cara en su pelo.
Me separé de ella dándole una última sonrisa débil, y me acerqué a Ben.
—Brooke... —susurró tiernamente mientras me tendía la mano.
Me eché a sus brazos ante su mirada de sorpresa. Luego noté cómo se relajaba y me devolvía el abrazo de una forma cálida y paternal.
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Déjame hacerte feliz (ACABADA Y EDITADA)
Teen FictionAdam Johnson y Brooke Wells se odian tanto que acaban amándose, pero... ¿será fácil superar los obstáculos, los secretos y los engaños? Esta historia está protegida por Safe Creative. [TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. PROHIBIDA SU COPIA TOTAL O PARCIA...