Actualmente
Mi marido y mis hijos me miran atentos, esperando.
—¿Le pegó? —exclama sorprendida Clairy.
Niego con la cabeza sonriendo mientras mis ojos se posan en mi marido, que sonríe de igual forma.
Rememoro aquel instante tanto, tanto... que mi mente viaja hasta allí, hasta el pasado.
—No todo es lo que parece... —digo cerrando los ojos.
Pasado
Me quedé muy quieta. Jack hablaba con Adam y éste tenía el ceño fruncido, confundido.
Jack levantó la mano y estuve a punto de salir de mi escondite y gritar que se detuviera.
No lo hice. No me hizo falta.
—Cuídala mucho o vendré a matarte —oí decir a Jack mientras pasaba su brazo alrededor de la espalda de Adam, en un típico abrazo de hombre a hombre.
Suspiré de puro alivio mientras me acomodaba y cerraba los ojos para tranquilizarme.
Actualmente
—Jack era un hombre muy bueno, mamá —dice Kyle mientras se acerca a mí y se sube en mi regazo.
Tenía casi 7 años y ya era todo un hombrecito.
Asiento mientras le acaricio el pelo.
—Lo era —suspiré.
Mi marido me mira y yo le devuelvo la mirada. Solo eso. No hace falta más.
—¿Y qué pasó después? —pregunta Clairy mientras se acomoda en los brazos de su padre.
Me echo para atrás en el sillón, arrastrando a mi hijo conmigo.
—Se fue... —susurro.
Pasado
—Mamá, por Dios, vamos a llegar tarde —grité desde abajo.
Llevábamos por lo menos veinte minutos esperando a mi madre, que se había encerrado en su habitación.
—Ya estoy, ya estoy —dijo apurada mientras bajaba por la escalera—. Estaba... en el... baño.
Sus ojos estaban rojos y su labio inferior temblaba.
Lo entendía. Todos allí lo entendíamos.
No puedes dejar ir la segura felicidad de tu hija cuando solo estás apostando por una corazonada.
Pero no. Adam no era una corazonada.
Era una certeza.
—Será mejor que nos vayamos —dijo Ben mientras abría la puerta principal y sacaba una maleta.
Jack me miró y salió y yo salí junto a mi madre, hacia el coche.
No sabía dónde me estaba metiendo, si estaba haciendo las cosas bien y si todo aquello iba a salir según lo planeado.
No tenía nada planeado.
—¿Te sientas conmigo, no? —preguntó Jack acercándose a mí mientras Ben y mi madre colocaban el equipaje y se metían en el coche.
Asentí sin mirarle a los ojos.
Simplemente no podía mirar los ojos de la persona a la que había roto el corazón.
Nos sentamos uno en una ventana y otro en otra, separados por un asiento.
Eso cambió cuando a mitad de camino él se desabrocho el cinturón y se puso en el asiento del medio, pegado a mí.
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Déjame hacerte feliz (ACABADA Y EDITADA)
Teen FictionAdam Johnson y Brooke Wells se odian tanto que acaban amándose, pero... ¿será fácil superar los obstáculos, los secretos y los engaños? Esta historia está protegida por Safe Creative. [TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. PROHIBIDA SU COPIA TOTAL O PARCIA...