1.16 La segunda prueba.

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— ¿Y cómo fue? —Scorpius cuestiona mientras suben el montón de escaleras que los lleva a la Torre de Astronomía con un gigantesco libro bajo el brazo—Fue muy incómodo y extraño, nunca había visto a Severus así de molesto —explica Danielle con una mueca dibujada en el rostro al recordar la pelea entre los hermanos Potter el día anterior— Solo era cuestión de tiempo para que Sev explotara en contra de James, es un imbécil —ella asiente porque sabe que Malfoy lleva razón, sin embargo sigue pensando que el ataque devuelto por Albus fue un poco más allá del límite considerando que había estado dispuesto a atacar a Lupin por la espalda cuando este se disponía a ayudar al otro Potter, algo impropio de él.

— Lo sé, pero fue como si el deseo de darle una lección a James se convirtiera en intención de dañarlo —el chico a su lado le da una mirada incrédula y ella suspira subiendo el último escalón— No lo sé, quizás solo estoy exagerando porque yo era la que quería asesinarlo en ese momento —le resta importancia y Scorpius se ríe— Pero la próxima más te vale no dejarme sola en Hogsmeade o al que asesinaré es a ti ¿de acuerdo? No puedo creer que prefirieras quedarte con la nariz metida entre libros. Y luego dices que Granger es el ratón de biblioteca —.

Al ingresar en la Torre, la profesora Sinistra los saluda con un movimiento de cabeza desde el improvisado escritorio junto al reloj, al parecer son los últimos en llegar ya que solo queda una mesa poco alumbrada, un metro más allá de su amigo Albus y a quien reconocen como Louis Delacour, el primo Hufflepuff de éste y quien jugando con el telescopio termina perdiendo uno de los lentes. A ambos Greengrass les parece un chico de lo más torpe y por lo que Potter les ha contado, lo es, pero esa no es la principal razón para que tenga los ojos de chicas y chicos encima 24/7 pues al igual que sus dos hermanas mayores, Louis es en parte veela, herencia de su madre Fleur y lo cual es curioso considerando que las veelas son todas mujeres, o eso se creía hasta el nacimiento de Louis, pero eso no es algo que se sepa más allá de los Weasley quien han decidido mantenerlo en secreto con comentarios como "simple encanto natural" cuando se les cuestiona acerca de lo interesante que llega a ser el chico.

— ¿Se les pegaron las sabanas o qué? —pregunta el pelinegro aprovechando la distracción de la profesora que busca un nuevo lente en su baúl mientras agita la cabeza. Danielle sonríe inclinándose sobre la mesa— Creí que a quien se le pegarían las sabanas seria a ti. ¿No tienes inmunidad a clases de media noche por la segunda prueba mañana? —Él asiente— La tengo, pero no podía dormir, así que decidí despejar mi mente con las estrellas —Scorpius ríe bajito— Literalmente —la chica rueda los ojos— Debiste contar ovejas o utilizar algún hechizo para conciliar el sueño, no queremos que caigas mil pies por quedarte dormido en la competencia —.

— Estaré bien, la escoba es mi fuerte ¿lo olvidan? —Ambos Greengrass ruedan los ojos— Presumido —exclama el varón y Albus no puede desmentirlo, pues la profesora Sinistra vuelve a su mesa para dejar en sus propias manos un nuevo lente. Louis está colorado hasta las orejas y eso hace sonreír al ojiverde. Estira su mano libre y golpea amistosamente su espalda para hacerle saber que no hay ningún problema. Lo increíble de ser pareja del francés es que sabe más del espacio más que cualquier otro en la habitación, incluso Potter podría apostar que el mejor del curso, mejor que Rose y las notas aprobatorias son fáciles con él, pues nunca se molesta así él deba preguntar diez veces— Trata de no romper el telescopio, galán —él dice provocando que Delacour ría antes de inclinarse en el lente y comience a detallar para su buen ayudante con esa pasión que le caracteriza y Albus sabe que hizo bien al asistir a esa clase. O eso piensa hasta la mañana siguiente.

                  »— No quisiera decir te lo dije, pero te lo dije Potter —Dolohov dice pasándole las coderas a Malfoy quien se encarga de colocarlas por encima del uniforme del azabache –muy similar al de Quidditch, por cierto– cuidadosamente— Ya déjalo en paz, Danielle, fue suficiente con el sermón que McGonagall le dio durante el desayuno —Albus asiente antes de bostezar y pasarse la mano libre por el rostro dejando que su amigo continúe vistiéndole— Estoy bien, ya he estado desvelado antes, solo necesito un poco de agua y espabilare —La rubia ni siquiera lo piensa dos veces cuando ya está elevando su varita y conjurando—Aguamenti —el chorro de agua impacta directo en el rostro del azabache, que se sobresalta y retrocede apartando rápidamente el líquido— ¡¿Pero qué demonios te pasa Danielle?! —.

UN NUEVO INICIO:  EL COMIENZO #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora