1.11 Always.

103 1 0
                                    

—¿Cómo ha podido ocurrir esto Kingsley? —Minerva exclama con ojos desorbitados— ¡Albus Potter ha sido seleccionado para el Torneo! ¡Una locura! —El hombre negro enfundado en una extravagante túnica dorada sacude la cabeza rápidamente— Yo tampoco lo entiendo Minerva, me consta que los sortilegios para menores de edad están activados, yo estuve ahí cuando los han colocado en el cáliz. No me lo explico —.

—Albus ya ha dicho que él no coloco su nombre y el niño no tiene por qué mentirnos, Señor Ministro —gruñe Hagrid en la esquina más apartada del salón, por como las aletas de su nariz suben y baja es visible que esta tan o mucho más furioso que McGonagall. Neville en la silla junto a Shacklebolt parece caer en cuenta— ¡Hagrid tiene razón! La última vez Bartemius Crouch Jr haciéndose pasar por Alastor saboteo el cáliz para que Harry fuera seleccionado ¿No lo recuerda? Alguien podría haberlo hecho de nuevo —Minerva y el semigigante asienten repetidas veces con la cabeza—Lo sé, pero ¿Por qué alguien querría a uno de los hijos de Harry Potter participando en el Torneo? —.

—Por la misma razón que querían a Harry en el Torneo —continua Neville. Shacklebolt vuelve a agitar la cabeza— Eso es imposible Longbottom, Quien-tu-sabes ha muerto, Potter lo asesino frente a tus ojos, los de Minerva, Hagrid y cualquiera que haya participado en la Segunda Guerra Mágica —esta vez el más joven no tiene nada que decir, pero Hagrid no se queda atrás— ¿Venganza, quizás? —Todos lo miran expectantes— No olvidemos que Harry aún mantiene muchos enemigos, mortifagos precisamente hablando que podían desearlo —.

—Ellos están en Azkaban ahora Hagrid, y no es por nada pero la seguridad es realmente buena desde que estoy en el puesto —nadie lo nota pero Minerva revolotea los ojos— No todos ellos —objeta una vez más el gigantesco hombre como no queriendo la cosa, ellos saben de quienes habla, Draco Malfoy, Blaise Zabini y todos aquellos chicos que corrían en las filas de Voldemort durante el último año de Hogwarts— Ya hemos hablado de esto. Eran solo niños cuando sucedió... —.

—Mortifagos al fin al cabo —insiste apretando los puños duramente en las solapas de su saco de piel de marmota— Te prometo Hagrid que ellos han sido vigilados muy de cerca durante diez años y tienen una restricción a utilizar la magia negra. Nuestros sortilegios lo detectarían de inmediato —.

—Ya han sido burladas otras veces Señor Ministro —interviene Neville con una sonrisilla bailándole en los labios— No bajo mi nombramiento —Kingsley no parece muy feliz de que alguien mucho mejor que él le haga ver los errores del Ministerio. Después de la Guerra Mágica, al nombramiento de un nuevo Ministro había sido muy difícil recuperar la confianza de los magos, pero Shacklebolt lo había logrado con esfuerzo.

—Sea como sea, no pienso permitir que Albus compita —Minerva sentencia volviendo a tomar rienda de la situación— Si te niegas enfrentaras demandas no solo del Ministerio sino de toda la comunidad mágica ya que todos los colegios participan ahora en ello. Además estás hablando de pasarte por el arco del triunfo los designios de una reliquia mágica extremadamente antigua... Tu más que nadie sabes que eso no es bien visto Minerva —hay una pausa de completo silencio— ¿Entonces qué debo hacer? ¿Dejar competir una vez más a un niño? Ya sabemos cómo termino eso la última vez —los ojos de la profesora parecen empañarse ante el recuerdo— Eso no sucederá ahora. Sé que es muy difícil que un chico de catorce años tenga el conocimiento para una competencia de esta magnitud, pero no imposible. Si al menos el chico tiene la mitad de valor que Harry sabrá salir ileso —McGonagall no está convencida, se aparta las gafas y sobándose el puente de la nariz le da la espalda a los presentes únicamente para compartir una significativa mirada con el retrato de Albus Dumbledore que esta tan calmo como en vida observándola sobre sus gafas de media luna.

—Prometo que nada malo le sucederá al chico —insiste el moreno— De ser preciso haré un juramento inquebrantable contigo Minerva —Neville y Hagrid parecen muy sorprendidos, la susodicha ni se inmuta, sus pequeños ojos bien fijos en su antecesor "¿Qué debo hacer Albus?" espera que el cuadro pueda leerle la mente y sorpresivamente eso parece suceder cuando el viejo Dumbledore le sonríe afable— De acuerdo —murmura colocándose sobre la diminuta nariz las gafas. Se gira. Shacklebolt luce entusiasmado cuando se levanta de su asiento y da un paso al frente sacándose la varita de la túnica. La mujer canosa eleva una mano para detenerle— No es necesario el juramento inquebrantable Kingsley... pondré mi confianza en ti como Dumbledore lo habría hecho —todos notan al interpelado devolverles la mirada con un guiño y posteriormente volver a la seriedad con la que se suele mostrar desde su partida. Algo bastante extraño a decir verdad.

UN NUEVO INICIO:  EL COMIENZO #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora