1.21 Trio Esmeralda.

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Albus no mueve ni un musculo, pero no deja de estar alerta a los cinco sujetos encapuchados y con máscaras que lo rodean a la espera de que busque escapar. Lily y ahora también Danielle están inconscientes sobre una cama de hojas secas, la copa junto a ambas— Hace veintiséis años que vi esa misma expresión reflejada en tú padre —uno de ellos, el que ha salido al final, es el que habla. El chico está tentado en cambiar su expresión, pero no lo hace, sabe que debe lucir confundido, asustado y molesto en partes iguales— ¡Ah! El buen Harry Potter. Siempre tratando de proteger a los suyos y fracasando en el intento —el hombre mira alternativamente entre las chicas en el suelo— No te atrevas a tocarlas —ni siquiera él está seguro de donde ha salido el valor suficiente para que no le tiemble la voz mientras le advierte. El resto de encapuchados se echa a reír mientras el primero se vuelve. Albus está casi seguro que sonríe, pero es imposible saberlo pues hay una especie de velo negro sobre su rostro que le impide verlo.

— ¿Y quién va a impedírmelo? ¿Tú? —se mofa y la sangre del ojiverde quema en sus venas. Él sostiene con más fuerza su varita y mira alrededor— Somos demasiados y lo sabes —sí, lo sabe y eso es lo peor— ¿Son mortifagos, no es así? ¿Qué es lo que quieren? Voldemort murió hace años, mi padre lo derrotó, a él y sus horrocrux, es imposible traerlo de regreso —el encapuchado número uno es quien se abalanza hacia él apuntando con su varita directo a su rostro— ¿Cómo te atreves a mencionar al que No Debe Ser Nombrado? —Potter mueve inconscientemente su varita también, tocándole el pecho con la punta y no la retira a pesar de que el resto de mortifagos se ha percatado de su osadía y ahora también lo apuntan. Número uno baja la cabeza, él supone que está mirando entre sus cuerpos— Temerle al nombre, solo agranda el temor al hombre —.

— La célebre frase de la sangre sucia de tu tía: Hermione Granger —el mortifago pronuncia su nombre como si fuera la más grande de las blasfemias— Bellatrix debió de asesinarla cuando tuvo la oportunidad, pero nosotros corregiremos ese y muchos errores más, pronto —.

Hay un nuevo estallido el cual termina lanzando a dos de los seis mortifagos contra el suelo. La conmoción es tal que Albus es capaz de golpear a Numero uno en la cara desestabilizándolo y luego cayendo al suelo donde yace su varita. Él la toma y crea un amarre en las piernas del contrario que asciende lentamente por su cuerpo, pero Potter no se detiene a ver, él corre hacia su hermana y mejor amiga, pero el resto del sequito ha sido más rápido. Apenas es capaz de distinguir las características melenas ondeándose de un lado a otro sobre el hombro de uno de ellos, cuando otro más lo hace volar por los aires mientras se ríe. Una risa fina que tiene a Albus preguntándose si se trata acaso de una mujer antes de golpearse la cabeza con una rama. Se obliga a no desmayarse, tiene que ir tras Lily, Danielle y la copa pero el de verdad esta mareado.

Sacude la cabeza con fuerza y su vista finalmente enfoca al responsable de la explosión luchando con el único mortifago de pie en ese momento: Bashev. Su atención vuelve a desviarse cuando Número uno rompe su amarre y lo apunta. Potter rueda hacia la izquierda y salta sobre el tronco que está a su espalda poco antes de que un crucio lo alcance. Corre inclinado hacia adelante, cubriéndose de tanto en tanto con los arboles— ¡Puedes correr, pero no esconderte, Potter! ¡Lo sabes! —el mortifago grita pero él comienza a escucharlo lejano. No sabe si solo es cosa de él o realmente ha corrido— Tenemos a las chicas y también la copa. No vas a irte de aquí sin ninguna y lo sabes —su cabeza punza y se lleva una mano hasta la nuca solo para descubrir que sangra. Él cierra sus ojos un segundo y trata de pensar, los estallidos han cesado, pero no puede concentrarse. Alguien toca su hombro y Potter da un salto apuntando con su varita el rostro de Bashev que completamente sucio y sudado retrocede elevando ambas manos— ¡Hey! Tranquilo, solo soy yo, Potter —por primera vez Albus se siente aliviado de ver al búlgaro a pesar del fango en su rostro y la sangre seca que adorna gran parte de su camisa.

UN NUEVO INICIO:  EL COMIENZO #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora