Hoy era un día común y corriente, uno igual a los demás. Me encontraba en el escritorio que estaba en mi habitación, cuñaos de repente se escucha el said de llamada sor parte de mi celular, lo tomé y veo que es una llamada de Namjoon, en mi semblante se forma una gran sonrisa y contesto rápidamente.
–Hola Nam, ¿cómo estás? –dije con felicidad.
–T-TN, ¿e-estás bien? –por la otra parte de la línea se escuchó la voz de Namjoon agitada, ésto hizo que inmediatamente entrará en pánico.
–¿Nam? ¿Qué te pasa? –hablé con rapidez.
–¿E-estás bien? –él seguía insistiendo en cómo yo estaba, pero sinceramente no me importaba si él estaba así.
–¡Nam yo no importó ahora! –dije aún más preocupada y con una gota de furia en mi–, ¿qué te pasó a ti? Al parecer no estás bien –sollozos, era la única respuesta que obtuve d parte del rubio.
–¡Nam no me asustes por favor!
–V-van a casa, s-sal de allí, rápido T-TN –Namjoon empezó a sollozar mucho más de lo que lo estaba haciendo, ésto hizo preocuparme tanto que comencé a guardar mis cosas en un pequeño bolso.
–¿Quiénes Nam?
–Esos h-hombres.
–No sé de qué hombres me hablas.
–Sal, a-ahora. Y cubre tu r-rostro nena.
–Está bien. Pero dime dónde estás, por favor Nam –en eso Namjoon me da algunas indicaciones del al rededor en el que él se encontraba.
Colgué y seguí las indicaciones del rubio, tomé dos tapabocas y terminé de guardar algunos objetos en mi bolso, me coloqué un abrigo, tomé las llaves, guardé mi celular en el bolsillo trasero de mi jean y me aseguré de que la puerta principal estuviese cerrada; luego de todo esto bajé por el ascensor y salí del edificio para luego caminar por las calles mientras seguía las instrucciones que Nam me dio.
Pasaba por una cafetería, la observé por un instante y luego entré para comprar dos cafés, uno para mí y el otro para Namjoon; pensé que lo necesitaría así que por esto lo llevé.
Seguí caminando hasta que vi a un hombre parecido a Nam sentado en el banco de un parque, me acerqué a él y observe su espaldar, lo hice por un minuto, luego de eso estuve segura de que era Namjoon así que salude –hola–, fue lo único que mi boca pudo soltar la verlo así de destrozado, se encontraba lleno de sangre y no se veía para nada bien.
–¿Quién te hizo esto? –hablé con furia mientras lo veía de esa manera.
–Esos hombres.
–¡Diablos Namjoon, ya te dije que no sé de qué hombres me hablas!
–Lo siento...
–Agh. Perdón, es que enserio estoy muy preocupada por ti, no te ves nada bien.
–Lo sé.
–Quiero que me expliques todo lo que pasó.
–Venía caminando cuando de repente siento a unos hombros jalar mi hombro, no sé quiénes eran; no les dije nada. Sólo me tomaron del cuello y me golpearon, luego se fueron y dijeron que irían por ti [...].
