👑11👑

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Lance se despertó tras unos cuantos toques en la puerta.
La figura que vió delante suya no fue de su agrado.

-Lance, son las once menos cuarto. Baja de una vez.

-Déjame... -gruñó tapando su cabeza con un cojín.

-Están esperándote para probarte la ropa. Espabila ya. -dijo la albina, molesta.
Lance gruñó.

-Joder... -se sentó en la cama. Bostezó con la boca abierta y estiró su cuerpo. Echó hacia atrás su espalda, y con ello, crujió toda esta.

-Dúchate. En cinco minutos están aquí. -murmuró su hermana. Salió y dejó allí al albino.

-Genial... -al escuchar el sonido de la puerta repitió esa palabra de forma desganada. -Genial. -cogió ropa interior y se fue a la ducha.

Empezó entonces a plantearse su vida.
La noche anterior.
Keith asincerandose.
Él asincerandose.
Él otra vez ofreciéndole besarle.
Eh, no se arrepentía. Es más, ahora lo tenía más claro. Quería enrollarse con él. Los muchos meses sin echar un mísero polvo se iban notando. Y vaya que si se notaban.
Se le había hecho tentador tocarse en la ducha.
No ahora, pensó.
Salió fresco como una risa y al entrar a su cuarto se encontró a varies modistes.

-Buenos días.

-Buenos días príncipe Lance. -dijeron de forma desordenada. En la puerta estaba nada más y nada menos que Keith.

-Buenos días. -dijo sonriendo al galra. Keith esbozó una mueca de sorpresa.
¿Le estaba acaso dando a él los buenos días? Días atrás apenas le miraba la cara y ahora le daba los buenos días con una sonrisa traviesa.

-Buenos días alteza. -respondió.
Lance sonrió y miró a aquel grupo.

-Bien... ¿que traeis para mí?
Y empezó la rutina.
Keith miraba el horario de Lance y oía de fondo al mencionado a les modistes.

-¿Lo prefiere más abajo?

-Más arriba, por favor. -murmuró el albino. Una vez le colocaron la capa en su lugar, se giró sonriendo. Miró su propio culo. -¿Tenéis de esos que suben el culo? -Keith frunció el ceño al por aquello. No despegó sus ojos del papel.

- No, pero nos haremos con uno, alteza. Tendríamos que traerlo otro día.

-Genial. -dijo con una sonrisa en la boca. Empezó a quitarse cada prenda hasta quedar en ropa interior.

-Príncipe Lance, la princesa nos ha hablado sobre la ceremonia...

-Ah si. Eso... -murmuró el albino un poco más serio.

-Nos ha comunicado que será dentro de palacio. -Lance soltó el aire.

-Está bien. Me vale así. -les modistes salieron de allí poco a poco. -¡Acordaros por favor de los anillos! -dijo en el marco de la puerta.

-Si, príncipe Lance.

-Gracias. Hasta la próxima. -cerró la puerta, suspiró pesadamente y se tumbó bocarriba. -Estoy muerto. -susurró.

-Alteza, ¿la ceremonia es...?

-El honor a mis padres. -sentenció. -El día más complicado del año. -susurró. -Pero bueno, así es la vida. -se incorporó de nuevo y miró a Keith.

-No estaba... no sabía de eso. -murmuró el galra. Miró el horario de nuevo.

-Deja ese papel de mierda. Ven aquí. -palmeó el colchón. A Keith se le hizo un deja vu. Keith se acercó aún con los ojos en el papel. -Se les habrá olvidado. Déjalo.

-Es raro. Está todo pero... -Lance gruñó. Le quitó el papel de las manos. Miró a Keith.

-Eres demasiado responsable sabes. -Keith se sentó a su lado.

-Bueno, es mi deber, alteza.

-Oye... hay algo que dejamos a medias. -fue al grano. Keith frunció suavemente el ceño. Mierda, se acuerda, pensó.

-Alteza no debemos. -volvió a lo mismo.

-Otra vez con eso. -se quejó. -Cállate y obedece coño. -se puso de pie. Miró el horario que había dejado por su mesa y se aseguró de que nadie pudiese interrumpirles. -Ahora si que si. -dijo con una sonrisa un tanto traviesa. Keith permanecía sentado en la cama. Lance se acercó y se colocó entre sus piernas. -Un beso. Sólo eso.

-Sólo. -remarcó Keith.

-Si si. -Lance sonrió. Se colocó entre sus piernas y acarició su pómulo. Keith tenía sus manos en sus propios muslos, nervioso y educado. No iba a tocar al príncipe si él no quería.
Lance acercó su rostro al ajeno.
-Mira que los galras me dais asco... pero haré una excepción. -murmuró Lance.

-Genial. -murmuró de forma algo irónica el azabache. Lance miró sus labios moverse. Y con los dientes formando una sonrisa se acercó finalmente a sus labios.
Y le dió ese beso. Joder, que a ambos se le puso la piel de gallina.
Lance acarició su mejilla con su pulgar.
El beso era tan lento que a Keith le puso algo más nervioso. El albino movió sus labios contra los de Keith. Si, eran tan blanditos como se imaginaba.
Se pegó algo más a él.
Keith lo notó y se separó.

-Alteza... -murmuró de forma suave, casi en un susurró grave. Lance se mordió el labio al oírle hablar así. ¿Te imaginas que él es Shiro? Pensó Lance. En su cabeza resonó un orgasmo.

-Calla. -murmuró. Se acomodó en sus muslos. Keith acercó una mano a su cintura. Lance rozó se nuevo sus labios contra los ajenos. Y sin demasiado medio lo aceleró un poquito. Ahora su mano pasó a su nuca. Le acercó más a él.
Mierda.
Mierda.
¿Como un galra podía besar tan bien?
¿Como Keith podía besar tan bien?
Se acomodó prácticamente en sus muslos.
Keith se separó para empezar él ahora el beso. Lance colocó su otra mano un su mandíbula.
Que no se separase
Que no lo hiciese.
No hubo lengua, pero por falta de tiempo.

-¡Lance, la comida!
Lance se estaba cagando en su existencia.

Si, alteza. // Klance Galtean! AU  [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora