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Keith, tras una larga media hora mirando el techo y tratando de razonar sobre todo lo ocurrido, se levanta para vestirse.
Va de puntillas por el pasillo. Entra a su cuarto compartido por el galra mayor. Ni una alma había allí dentro. Coge otro traje negro de licra limpio, por que si, tienen más, y se cambia en el cuarto de Lance. No sabe por qué, pero vuelve al lugar del crimen.
Es tras vestirse y sentarse en la cama cuando piensa en todo. Ahora si, detenida y fríamente.

Primero: ha sufrido otro episodio de crisis. Otra vez le ha ganado su interior. Su bestia. Su oro. Traga saliva y se mira las manos. Él no ha sido, él no tiene que ser el culpable de todo... ¿no? Tal vez el imperio galra diga lo contrario pero... ¿pero y él, puede decir algo a su favor?Claro que no. Es un galra. Un triste y simple galra. Un exiliado.
Keith respira hondo y cierra sus ojos. Está bien. Todo está bien. Todo va a ir bien. Está Shiro contigo... no pasa nada.

Segundo: Lance le ha acogido entre sus brazos. Eso... ¿suele hacerlo a menudo? Es por apuntarselo para no alarmarse.
Tal vez era el miedo, o tal vez la necesidad de un abrazo de verdad, pero se sentía tan agusto. Piensa en esas extremidades calidas y familiares y se le eriza el vello de la piel. Si, se siente genial en sus brazos. Bueno... ahora que lo piensa es un 50% bien y un 50% temoroso. Quien sabe si al día siguiente le acusa de algo grave, como abuso hacia su persona. Hablamos del príncipe, próximo rey de Altea, venerado por el pueblo y tal vez el planeta entero. Debe ir con cuidado.

Tercero: ha llorado en su hombro, y por si era poco, ha dormido con él. Otra vez. Pero esta vez en su cama. Aún huele a ese detergente caro que le recuerda al jazmín y al mar. Huele a almizcle, a tierra mojada, a nubes. Yo que se, a lo más rico del planeta concentrado en una perla de oro rosa. O bronce, como si piel.
Y hablando de piel... ¿esas pecas desde cuando están ahí? Por que es pensar en ellos y sonreír. De hecho... lo está haciendo ahora mismo.

Allura sale del despacho con una ligera sonrisa. Y es cuando se gira cuando se topa con Keith, saliendo de espaldas del cuarto de Lance.

-Eh, Keith. -Keith casi se muere de un infarto de no ser por que el tono dulce y amable de Allura es lo mejor que puede escuchar allí.

-Ah, princesa...

-¿Que haces en el cuarto de mi hermano? -murmura curiosa.

-La ropa... o sea la colada. Ayer se me olvidó subir uno de sus pijamas...

-Que raro, le tocaba a lxs criadxs subirlo. No era necesario. -la albina suspira. -¿Has desayunado? Tienes mala cara.

-No, no se preocupe, iré a...

-Calla. Ya has hecho mucho por ahora. Ven conmigo, vas a probar el mejor café de la tercera galaxia. -Keith frunce su ceño mientras baja tras la princesa las escaleras. Genial, encima de mentirle a la princesa, ser casi pillado y tener cara de demacre de la noche que había pasado, va a ser invitado a un café. Sin motivos, por que en el fondo su conciencia le recuerda que él no se lo merece.

-¿Dónde está Shiro?

-Creo que está arreglando un par de cosas detrás del Palacio. Siempre está haciendo cosas ese chico. No para. -Keith sonríe suavemente.

-No, no para... -y era cierto. Sabía mucho de Shiro. Sabía que era una persona con mucho aguante, en todos los sentidos. Aguantaba muchas cosas tanto mental como físicamente. No por nada le llamaban allí campeón...
Aún se siente agradecido por estar junto a él y no junto a otra bestia. Era el único que le había prometido estar junto a él.
Le había prometido que no se rendiria, que no le daría la espalda.
Keith acabó con Allura en la terraza de su propio cuarto, con la luz de la mañana reflejando sus vasos llenos de café y crema, hablando de vete tú a saber qué.

Lance, en cambio, sorprendentemente no estaba con Shiro. No. Ojalá, echar un polvo no está mal... Pero es que él no es quien lo echa, y él quiere echarlo. Él quiere estar arriba, hace tanto de eso...

-Corán. -el albino con mares en los ojos estira sus brazos. -¿Va a venir Romelle? -el hombre de cabello naranja frunce el ceño.

-Príncipe Lance, yo eso ya no lo llevo. No me has marcado en ningún momento saberlo. - Lance rueda sus ojos.

-Joder...

-Lenguaje. - murmura volviendo a sus quehaceres.

-¿Y Keith? -pregunta en voz alta para que le oiga.

-Con la princesa, tomando un café. Me ha dicho que le diga que no le molestes. -Lance abre los ojos. A la par que Corán desaparece, Lance busca por los diferentes salones a su hermana. ¿Como se lleva así a su guarda? ¡Qué tiene que decirle las cosas que ha de hacer! Y encima dice que no moleste, será...

-¡Lance! -escucha una voz que reconocería hasta bajo tierra. Levanta la cabeza y se encuentra a su hermana apoyada en la barandilla de pladur del balcón. -¡Pareces más idiota aún dando vueltas!

-¡Necesito a Keith!

-¡Imposible, está desayunando conmigo! -eso en el fondo le hace sentirse mal. Podría haberle dado algo de comida...

-¡Pues subo, no he desayuna...!

-¡He dicho que no molestes! - Allura se aparta hacia el interior y se sienta junto a Keith de nuevo. -No se como no has matado a mi hermano. Es un matojo de nervios...

-No es tan horrible... -Allura se echa a reír.

-¿Lleváis bien lo de la corona?

-Pues... no lo se. - murmura.

Debajo, en la planta principal, Lance está tomándose otro café mirando por la cristalera.
Sólo tiene una pregunta: ¿hoy viene Romelle?
Corrijo, tiene dos: ¿qué hace Allura hablando con Keith, a solas? ¿Desde cuando tanta privacidad?
No son celos, por que eso es una porquería romántica de las películas. Puede prometer que no son celos. Es sólo... ¿es ambos ocultan algo que él no sepa?

Si, alteza. // Klance Galtean! AU  [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora