👑27👑

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Keith dejó al príncipe campar a sus anchas por el jardín. No, no salieron de allí. Creedme, el jardín es como una polis pequeñita. Tienen rincones de sobra para tener privacidad.

El galra más joven se encuentra junto con Allura y Shiro.

-¿Princesa, vos no tenéis una... cita así? -la albina sonríe. Shiro golpea el hombro de Keith, y este último no entiende nada. ¿Ha hecho algo mal? Es sólo una estúpida pregunta.

-No, no la tengo. - dice un tanto melancólica. -Aquí en palacio se siguen unas normas un poco... antiguas y tradicionales. -peina su cabello tras su oreja apuntada. -Solo puede reinar un hombre. Si es mujer, no llega al trono. No ha habiado aún una reina como tal.

-Pero... tu fuiste la primera...

-Lo se. -murmura la de tez chocolate. - Pero así es Palacio. Hay normas que son inquebrantables, supongo. -peina su cabello. - Si encuentro alguien con capacidad de conseguir y mantener el trono, tal vez cambie. Pero a estas alturas es difícil...

-Ya veo.

-Disculpele, alteza. - murmura Shiro. Keith frunce su ceño. No pensaba que fuese para tanto...

-Ah no, no pasa nada. Era una pregunta, eso es todo. -la albina regala una sonrisa dulce a ambos. -¿Queréis tomar algo hasta la noche?

Lance y Romelle dieron un largo paseo por el jardín.
Ahí los tenias, entre risas tontas y algún roce de manos.

-Pensaba que lo había visto todo, pero ahora vienes tú y lo cambias. - murmura la rubia.

-Soy lo mejor que vas a ver. -Romelle se echa a reír de nuevo. En una de estas, Lance frena en el camino. Romelle se coloca delante suya por inercia.
Le late el corazón a mil, tanto que su oído ensordece al oír el bombeo.
Se pone nerviosa al sentir la mano de Lance peinar su cabello rubio. -¿Aceptarías lo que han propuesto entre nosotros? -Romelle traga saliva. Una sonrisa débil y tal vez algo forzada pero natural, ironicamente, se pinta en sus labios finos.

- Si. -Lance sonríe. Cogiendo ahora una de sus manos, acerca su rostro al ajeno.
Planta un beso en sus labios que dura... ¿segundos? Romelle se separa en segundos. Con una sonrisa suave mira el camino que les queda. -Vamos, vamos a avisarles. -coge la mano de Lance. El mencionado niega.

-Espera, pero y...

-Ah, ya les veo. -dice mirando hacia el portón. Allura y compañía están dentro, no fuera. No, en realidad no ha visto nada. Es una excusa para irse de allí.
Lance siente entre sus dedos la mano de Romelle temblar. La agarra con delicadeza y se deja guiar por el jardín que él mismo se conoce de cabeza.

Allura esboza una sonrisa al ver llegar a la parejita.
Ahora no hay ningún galra alrededor. Sólo el guarda de la rubia.

-¿Ya estáis de vuelta?

-Si. -la rubia sonríe con amplitud a Allura. Ambas se están mirando a los ojos.

-Bueno... ¿cenamos? -murmura Lance.

Acaban en la mesa. Keith aparece como uno de los sirvientes. Sirve los platos de todos lo que están presentes en la mesa y se sienta un poco más alejado. Romelle les mira de reojo. Lance es quien decide hablarle al respecto de eso.

-Son nuestros guardas. Comen en nuestra mesa. Cosas de mi hermana... -dice tal vez dándose aires de superioridad. Romelle sonríe y observa a la última mencionada.

-Que tierno por tu parte Allura. -la albina sonríe de firm tímida.

-No es nada del otro mundo. Son parte de palacio, después de todo. -ambas se quedaron mirandose, sonriendo. Lance rodó los ojos.
Siempre llamando la atención, piensa.
Observa de reojo a Shiro, quien está sirviendo varios platos. El mayor ni siquiera le mira. Genial.

Acaban de cenar. Ya están con el postre.
Para variar ellos tienen por un lado té, por otro café.
Y por otro lado, uno muy pequeño, a Keith con fruta. Nunca cambiará, piensa Lance.
Observa a Romelle charlar de forma animada con su hermana. Se aburre mucho.
Observa como la cuchara de la rubia se introduce entre sus labios y sale tras saborear el gusto del contenido de su taza. En otro momento su cabeza le habría hecho pensar en una imagen subidita de tono. En este caso, no fue así. Y mira que era mona eh. Suspira y apoya si mejilla en su mano.
Desvía su mirada al extremo que tiene en la parte delantera de la mesa. Ahí está Keith.
Observa como quita cuidadosamente la piel del melocotón. Después de quitarla nace el jugo que tanto parece agradable. Clava sus dientes en el durazno y pega sus labios a este. A Lance se le eriza ligeramente la piel. Que fiera, piensa. Detrás de ese envoltorio de chico duro y gato roñoso, hay una personita literal y cabezona, y detrás de eso un alma hambrienta y quien sabe si salvaje.
Le encantaría saber más de él. O no. No sabe que se va a encontrar por el camino.

-¿Tanto te gustan, de verdad? -pregunta con una sonrisa en los labios. Keith levanta sus ojos del melocotón que tiene entre sus dedos largos, húmedos por el azucar. Mira al príncipe, luego a la fruta. No sabe muy bien que decir.

-Si... es decir... me gusta y...

- Es broma Keith. Tranquilo. - murmura. Observa de nuevo la conversación entre su hermana y Romelle.

Que aburrimiento.
Que ganas de irse a dormir.




Si, alteza. // Klance Galtean! AU  [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora