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No sabe que hacer.
Keith está ahí, parado, en el baño. Sus dedos sueltan su melena y si rostro mira hacia Shiro.

-¿Que hacías con él anoche? -mierda mierda mierda. Me ha pillado, piensa en bucle. Keith gira su rostro hacia el espejo y hace lo que haría Lance: teatro.

-No estuve con él. Estuve ocupado.

-Os vi de refilón en el jardín, Keith, no mientas. -el galra más joven baja la cabeza. Se hace la coleta y suspira.

-No tengo por que justificarte nada. -Keith intenta salir del cuarto, pero la mano de Shiro le frena. Le coge de la muñeca.

-Hey. Ven. -Keith mira a Shiro de reojo. -Sabes bien que tengo razón.

-Igual... en esto no... -suspira Keith.

-Keith, ya hemos hablado esto más veces: Lance es Lance. Es el príncipe. El príncipe no está para chorradas o tonterías. Tiene que descansar, y ayer no lo hizo. -Keith agacha su cabeza. Shiro no le ve, pero tiene el ceño fruncido. Están hablando en un tono medio.
Bueno, Shiro. Keith está aguantando como un campeón. -Debes respetarle y hacer lo único que él y el horario te pidan.

-No lo entiendes, no entiendes nada Shiro.

-Si lo entiendo por que también soy un guarda, Keith. -el galra mayor ladea su cabeza. Suena molesto, bastante. - No te excuses con eso.

-No me excuso, es que yo se que cosas quiere, y si no me las dice. -Keith levanta su cabeza.

-Te aseguro que no.

-¡Shiro, conozco a Lance mejor que tú, se que es lo que necesita! - Shiro alza sus cejas. No puede evitar soltar un ligera risa.

-¿Lance? ¿Le has llamado por su nombre? ¿Eso es afecto?

-N-No... -Shiro niega y tira el aire por su nariz.

-Keith, estás haciéndolo de la manera más difícil... -Keith frunce el ceño.

-Estoy haciéndolo bien.

-No, por que no estás haciendo tu papel de guarda. -Keith se gira y gruñe.

-¡Soy su guarda, se como hacer las cosas!

-¡Exacto, su guarda, simplemente un guarda! -Keith siente que su estómago se hace una bola de nudos. Sólo un guarda. -Keith, hay posiciones que no van a cambiar nunca. Y las muestras son de guarda. En la vida hay papeles, a nosotros nos toca el de guardas. Servir, obedecer y callar. Nada más. -las últimas palabras las remarca. Está serio. Tanto que a Keith le pone la piel de gallina. Le da incluso algo de miedo. -Las posiciones que se encargan de entender al príncipe son otras, como la de Romelle. -Keith frunce su ceño.
Mierda. Romelle. Tenía que salir ese nombre...
Romelle: la pretendiente de Lance. La futura esposa de Lance. La madre de sus hijxs rubixs y sonrientes. La mujer con la que pasaría toda su vida.
Keith gira su cabeza.
-Keith, que se te grabe ya de una vez en esa cabecita: sólo somos guardas. Servir, obedecer y callar. - el galra más alto da un paso atrás. Keith está cabizbajo, con la cabeza girada. - No tardes, toca la colada y la buhardilla... -esta vez Shiro no toca a Keith. Simplemente le deja ahí, de pie, frío.
Con un dolor de estómago horrible debido al remordimiento. Con un terror a ver a Lance y cagarla.
Sólo... servir, obedecer y callar.

Lance se levanta de la cama sobre las diez. Diez clavadas.
Ha estado pensando en como gime Keith, en su aliento y en como le coge la cintura cuando se clava sobre él.
Madre mía... que viaje le ha pegado.
El castaño ha estado toda la mañana tocando sus marcas y sonriendo como un tonto. Ha dormido una horita más, en cuanto Keith le ha dejado la ropa doblada en la cama.
Pero ha tardado poco en despertar.

-Lance, tu desayuno está en la nevera. - el castaño baja sonriendo las escaleras. -Tienes cara de imbécil.

-Y tú un maquillaje horrible. -Allura alza una ceja.

-No me he maquillado, listo.

-Uy, la vista... -el castaño ignora a su hermana y mira a Corán. -¿Me dejas ir a la cocina?

-Sientese, príncipe Lance. Ahora le llevo el desayuno. -el hombre del bigote sonríe.

-Tienes día libre. -agarra el pelo de su hermano. -Aunque no te lo mereces. - susurra. -Quítate ese tinte horrible.

-¡Auh, que si, déjame! -pega un manotazo a su hermana y mira el plato que tiene delante suya: un bol con fruta de colores, muchos colores. Melocotón entre ellos. Sonríe y clava el tenedor en la fruta. Mira hacia el jardín.
Keith no está fuera. ¿Donde estará?

Se pasa el día en la piscina.
Quiere encontrar a Keith con la mirada pero... no es el caso. No le ve.
Oye pasos dentro de Palacio. Sabe que hay faena, pero es que cada 5 minutos hay pasos.
El moreno sale del agua y se asoma por la ventana que da hacia el interior.
Keith aparece de refilón por la puerta de la cocina. Lance sonríe. Ese culito ceñido en ese traje de licra es irresistible. Keith sale de nuevo y coge un cesto de ropa.

-Psst. -sisea Lance. Keith mira a su alrededor confuso. -Aquí tonto. -el galra gira su cabeza. Y ahí está. Ese ángel de piel bronceada y marcas celestes. Esa perdición suya.
Se acerca una vez se asegura de que no hay nadie. Lleva el cesto en sus manos.

-Alteza, estoy ocupado. -murmura el galra.

-Deja ya eso. Nadie se va a poner tanta ropa.

-Es parte de su armario, Alteza. -Lance abre sus ojos. Mira el cesto. Hay cosas que ni recuerda tener.

-Aahh... mierda. -la ropa le puede. Suspira y apoya sus brazos en el alfeizar. -Me aburro. Ven conmigo un rato. -susurra Lance.

-Alteza, no puedo y lo sabe. -rueda sus ojos.

-Putas normas...

-Lenguaje.

-¡Agh, dejad eso ya, no va a cambiar nada! -Keith ríe en voz baja. Lance sonríe el ver su reacción. Peina un mechón de su cabello y lo pone tras su oreja. Keith sólo puede mirarle. -Te sientan bien las coletas. Esa melena tuya debe ser un incordio.

-Cuando sudo si. -Lance sonríe.

-Cuando sudas... -alza y baja sus cejas. Keith frunce su ceño. Y acto seguido enrojece.

-¡No, no así, no eso! -Lance ríe de nuevo.

-Cada vez eres más rápido cogiendo las indirectas. -acaricia su mejilla y le acerca de ella. Keith mira a su alrededor.

-Nos van a ver, Alteza...

-Joder... -le separa de él. -Recuerda. Esta noche. A las doce y cuarto en el jardín. Donde ayer. Coge una capa. -el castaño sonríe. -Te va a encantar.
Keith sólo puede asentir y sonreír. El castaño guiña un ojo y se baja de la ventana. Nadie le está viendo. Genial.

A ninguno le ha visto nadie.

Keith sólo necesita pensar como hacer que Shiro no le vea.

Tal vez cambiando un poco la hora...
Cuando se da cuenta Lance ya se ha ido. No puede decirle nada.
Suspira y vuelve a cargar el cesto.

Si, alteza. // Klance Galtean! AU  [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora