CA38

1.5K 108 16
                                    

PIPER.

Mental y físicamente estaba agotada, no había soltado el lápiz durante todo el día, trazo aquí y trazo allá, números y medidas, papeles y borradores, era demasiado para un día. Estaba agradecida si por todos los proyectos que estaban bajo mi supervision, estaba muy emocionada por usar el casco amarillo para supervisar casa obra que diseñe, pero lo más jodido de ser arquitecta es hacer los planos y que queden perfecto detalle a detalle, en ese aspecto soy muy exigente pues no me agrada hacer un cambio a último minuto.

No quiero salir de la cama en lo que resta de la tarde pero tengo que acompañar a Alex a una gala que era muy importante para ella, me había hablado de la celebración desde hace meses, iba a conocer gente muy importante e interectuar con ellos, ella era el centro de antecion así que era oblitariotio asistir. Faltaban horas para empezar a alistarnos, como es de esperar todo ya estaba listo desde el vestido hasta los pendientes, el equipo de maquillaje y peinado vendría en un par de horas, lo bueno es que yo no movería ni un dedo en maquillarme así que cerrarían mis ojos y dejaría que me pongan bonita.

La casa estaba en completo silencio, algunas veces era raro con una bebé, un niño y una adolescente viviendo aquí, agotada subí las escaleras hasta la habitación de Isabela.

- Hola.- dije saludando.

La habitación estaba oscura salvo que había una luz dentro de unas sábanas, me quite los molestos Louis Vuitton, mis talones lo agradecieron ni bien sintieron la suave alfombra morada, escuchaba susurros desde la esquina de la habitación, una sabana o dos creo yo estaban siendo sostenía por unas cosas que no sabia en realidad que eran, me acerque sigilosamente hasta ellos.

- Por eso las estrellas se encargan de avisarle a la luna que no debe de asustarse, ellas se encargan de iluminar todo el cielo para que ella no se sienta sola.- era la voz de Isabela la que hablaba.

- Las estrellas siempre estarán con la luna?. - esta vez era Sam quien hablaba.

- Siempre, hermanito.- mi corazón se derretia por como se hablaban.

Como una intrusa chismosa levante despacio la sabana, habían almohadas en todo el piso y sobre ellas estaban sentados Sam e Isabela y sobre Isabela estaba la pequeña Pearl babeando su manito. Estaban los tres juntos compartiendo un momento especial, acaso ellos quieren matarme por una sobredosis de amor y ternura?.

-Ustedes tres son mis estrellas, son los que iluminan mi día a día para que sea menos oscuro, ustedes son mi fuente de supervivencia y son los que me quitan el miedo y me hacen ser una mejor persona.- era verdad, estas tres personas son absolutamente todo para mi.- Hola.- sonreí.

Sin autorización me uní a ellos, cruce mis piernas como un indio, Sam se abalanzó sobre mi dejando caer su cuerpo sobre mis piernas, lo sostuve entre mis brazos para besar su mejilla, en no ponía objeción alguna es más a él le encanta que lo llene de besos, su carcajada me ponía contento el corazón, es un niño hermoso en todo sentido.

Aún con Sam en brazos me estire lo suficiente para besar la mejilla de mi hija quien cerró sus ojos ante la invacion se mis labios sobre su mejilla, la bebé sonrió mostrando sus encías sin diente alguno, libere una mano y le hice cosquillas en su pancita, ella sonrió muy agraciada. Si algo tenían en común Isabela y Pearl es que ambas arrugan la nariz cuando sonríen y se les hace la misma arruga entre las cejas, Pearl es muy bebé aún para describir que tienen en común las dos pero sin duda alguna tienen la misma sonrisa, hice un buen trabajo con ambas.

- Que tal el trabajo?.- preguntó mi hija.

-Agotada.- suspire.- Pero nunca lo suficiente para pasar el tiempo con mis adorados hijos ya que esta noche no podre darle las buenas noches. - dije apenada.

~Oh My Life~ Vauseman P.T.2●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora