10 - Familia Kamijo

398 30 40
                                    




Este par ya llevaban una semana conviviendo como esposos, el mayor se fue acostumbrado a eso de dormir con el menor, él pensaba que este le pediría hacer eso todas las noches pero no fue así solo se lo pidió un par de veces.



Una vez se lo negó enfadado y la otra acepto todo avergonzado, por la cara apenada que puso el menor por no querer volver a hacerlo.



Un día vio al peli azul hablando por teléfono parecía muy triste, así que se sentó a su lado a la espera de que terminase de hablar y le contase que le habían dicho para que reaccionase así.



Al acabar Nowaki miro de reojo a su esposo, no podía hablar pequeñas lágrimas escapaban de sus ojos por la noticia que había recibido.



Cuando consiguió calmarse se levanto del sofá sin decir nada al respecto dirección al cuarto siendo observado por un sorprendido demonio que se preguntaba que demonios le pasaba a ese mocoso.



¿Acaso no sabía que podía confiar en él? sobre todo ahora que eran esposos, soltó un largo suspiro le daría tiempo a ese idiota para que le contase que pasaba por esa cabezota.



Fue a dormir también, sorprendido porque el menor ya estaba dormido ni siquiera le había esperado como hacía otras veces, ¿había sido tan doloroso eso que le habían contado que se había dormido?



Iba a despertarlo para exigirle que le contase, pero al fijarse fio el rastro de lágrimas en su rostro le abrazo para dormir y que se sintiese querido.



  #########



Al día siguiente Hiroki se despertó pero estaba sólo en la cama, se levanto como un resorte para buscar al idiota, para exigirle que le dijese que le pasaba.



Al no verle por ningún lado en el apartamento se enfado aún más el idiota ese... seguramente habría ido donde el otro doctor insufrible a desahogarse en vez de con él, sintió unos enormes celos.



Fue a la universidad a dar sus clases e intentar despejarse, las lecciones que daba fueron más duras y exigente que otras veces riñendo en exceso a sus alumnos que no se atrevían a decir ni una palabra por miedo mientras temblaban en sus asientos, temiendo incluso a respirar.



Después de las clases ayudo a Miyagi con los escritos de literatura como siempre, este le iba a hacer alguna de sus típicas bromas o incluso a preguntar alguna tontería, pero al ver su cara ni se atrevió a hablar.



Cuando el demonio no miraba Miyagi salió a urtadillas de su propio despacho con miedo a morir a manos del demonio.



Cuando por fin acabó sus cosa fue a casa, enfadadose a cada paso que daba, en el metro todos se apartaron de su alrededor y por la calle la gente cambiaba de acera para evitar chocarse con él.



Llegó por fin a la casa que compartían viendo luz dentro, preguntándose si debía o no entrar, al final decidió entrar dispuesto a exigir a ese tonto que le contase que le pasaba.



Al entrar vio al menor sentado en el sofá muy triste mirando una caja que había delante suyo, cuando le vio entrar Nowaki levanto su rostro.



Nowaki - muy triste - ¿recuerdas a esos hombres con los que me viste cuando nos conocimos?



Hiroki - sentándose a su lado - si, eran de un orfanato en el que estuviste.



Nowaki - más triste - ayer... ayer... - suspirando infeliz - uno de ellos murió y me dejó esto...



Le enseño una carta que no se había atrevido a abrir porque no quería leer su contenido, se la entrégo a Hiroki.



El hilo rojo del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora