24 - Takano y Onodera

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Este par cómo el resto se dirigió al metro para ir a su bloque de apartamentos, el uno al lado del otro sin hablar de nada en concreto.



Ristu aún no se creía que finalmente se hubiese confesado al idiota ese, pero realmente estaba enamorado de él sinceramente nunca dejó de estarlo.



Seguía teniendo miedo, de que se volviese a reír de él, que le dijese que había sido una broma, que solo era uno más o que ya se había cansado de él o mucho peor que ya había conseguido lo que quería.



Takano miraba a ese muchacho, vio como bajaba la cabeza noto también el aura depresiva que rodeaba a su niño, realmente era un idiota acaso no se daba cuenta de cuánto le quería.



Llegaron al edificio quería pasar la noche con su niño, pero también quería que se diese cuenta de que todo esto iba en serio, así que dejo que Ristu recogiese solo su apartamento para ir al suyo.



Empezó a recoger la casa haciendo hueco en los harmarios para que el menor pusiese sus cosas ahí y compartir su espacio.



Cuando acababa con eso se sentó en el sofá a esperar que ese idiota viniese y empezó a pensar en el pasado cuando ellos estaban juntos y el menor se le confesó, el solo se rio porque era evidente que le quería.



Pero pensando más se dio cuenta de que realmente el mocoso nunca le miraban a la cara, más bien Ristu siempre estaba con la cabeza agachada o andaba un par de pasos detrás suyo.



También se dio cuenta que nunca le dijo lo que sentía por él, se acordó el día que se dio cuenta que era observado por alguien y cuando volvía a releer los libros que le gustaban siempre estaba ese nombre debajo del suyo.



Oda... un día por casualidad vio a ese niño leyendo uno de los libros que él había leído, cuando el niño se fue cogió ese mismo libro y vio ese nombre, puso una sonrisa de lado por fin sabía el nombre de su acosador.



Empezó a acercarse a ese niño, no sabía porque pero estar cerca de él le hacía sentir cosas extrañas.



No supo cuando fue, ni como fue pero cada vez le costaba más alejarse de él, siempre se lo encontraba a la salida de su clase y eso hacía que se le calentarse el alma.



Poco a poco se le hizo raro no estar con él pasando las horas y sobre todo... hacerle esas cosas en su habitación... en su cama... ver a ese niño así con ese sonrojo cubriendo su rostro reacio a mirarle le daban ganas de molestarle más.



Cuando él le dijo que si le amaba se rio porque era más que evidente, pero ahora pensándolo fríamente tal vez no fuese tan evidente.



Al ver que el tiempo pasaba y ese idiota no venía a casa, salió rápidamente y fue derecho a su apartamento a por su mocoso.



Llamó repetidas veces a la puerta esperando desesperado para que le abriese, ese idiota le abrió por fin al fijarse bien vio un rastro de lágrimas en su lindo rostro.



Maldita sea... ¿porque narices tubo que dejarle solo? soltó un sonoro suspiro y le abrazo con fuerza, empujandole para meterse con él en ese apartamento.



Takano - apretandole más contra él - idiota... ¿porque has estado llorando?



Ristu se negaba a mirarle le empezaba a pasar como cuando era joven y se empezó a fijar en ese hombre, nunca tubo el corage de mirarle a los ojos, por si veía burla en ellos.



El hilo rojo del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora