El hilo rojo del destino

30 - Ishi y Ijuuin

Llegaron a la casa de editor, subieron las cosas a la casa de este y el joven se sorprendió al ver que le había echo un hueco en su casa.

Maldita sea esa habitación era casi tan grande como su apartamento, el escritor le ayudo a meter sus cosas en ese cuarto, luego salió para dejar que se acomodase en el lugar.

No sabía porque pero tener al joven aquí le hizo volar su imaginación y se puso a escribir una historia que hace tiempo tenía parada.

Ishi terminó de acomodar sus cosas, fue a hacer algo para comer ambos y le vio tan concentrado, que no le quiso molestar pensó que era porque ese día había visto a ese castaño.

Algo desilusionado fue a la cocina, miro por los harmarios a ver que tenía e hizo algo rápido de comer con lo que vio, guiado por el agradable olor el escritor fue a la cocina se quedó asombrado viendo al joven cocinar.

Ijuuin - sorprendido - no sabía que supiese cocinar.

Ishi - sin mirarle - claro, venga termina con lo que estabas... te llamo cuando esté hecho...

Ijuuin quería abrazarle y besar su nuca, pero se contuvo como pudo algo en sus gestos y en su voz se lo impidió, no sabía porque pero sintió que el joven lo echaba de su lado.

Luego ambos se sentaron a comer, el escritor miró asombrado al joven, esa comida... estaba deliciosa, eso hizo que se enamorarse un poco más de él.

Ishi noto su mirada pero no se atrevía a mirarle, por si se daba cuenta de que su mirada le ponía nervioso a demás sabía que no era él a quien ese escritor quería tener delante.

Se levantó para recoger los trastos, mientras el escritor se puso a ojear el periódico, bueno eso le hizo creer ya que de esta forma podía observar disimuladamente el cuerpo de ese joven.

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Así fueron pasando los días realmente Ishi se estaba sintiendo cómodo en esa casa, aún se ponía nervioso cuando notaba la mirada del escritor pero supuso que era por curiosidad no por otra cosa.

Por otro lado Ijuuin se iba enamorando cada vez más de ese chico, su presencia le hacia sentirse tranquilo, su disciplina le hacia gracia sobre todo cuando no la seguía, porque el joven se enfadaba con él y se veía tan tierno así de enfadado.

Mierda ¿como podía ser que se sintiese así con ese joven? ¿porque no se decedia a molestarle como a otros? seguramente ese joven pensase que era una broma.

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Un día se sintió algo enfermo y no pudo escribir nada en todo el día, Ishi pensando que era uno de sus muchos caprichos engaño al castaño para que le diera ánimos para que escribiese.

Como pudo atendió al castaño, hacia tiempo tenerle ahí en su casa le había agradado, le hubiese llevado a molestarle y acercase por de más por ver el sonrojo y el nerviosismo del muchacho.

Pero ahora que su joven esposo le trajese a ese muchacho le cabreo tanto que cuando este niño se fue se mantuvo alejado del joven.

Cometió un grave error, el administrador le vigilaba y aprovecho su enfado para perseguir al joven, para en un descuido poder secuestrarle y hacer todo lo que quisiese con él.

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Había pasado una semana de este incidente, se sentía mal por haber dejado de lado al joven así no le iba a conquistar.