Sana era una chica misteriosa que le encantaba vestir con abrigos aún en verano, su forma de ser era un tanto misteriosa. Dahyun sabía que le traería problemas en su vida y no se equivoco.
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¿Crees en que conocerás a una persona destinada solo para ti? Dahyun creía en todos esos cuentos de hadas, llenos de princesas, príncipes, animales que hablan, etc. Desde pequeña tenía la esperanza que conocería a un chico que la hiciera realmente feliz, que la consintiera, que la entendiera, alguien que no fuera difícil de tratar. En apariencia era muy linda, sus facciones de su rostro eran delicadas, tenía el cabello castaño, estatura promedio y su piel era más pálida de lo normal.
Tenía un grupo de amigas muy peculiar, Chaeyoung, Nayeon y Jihyo. Las cuatro eran muy unidas y a pesar de ser de las más inteligentes de su generación, tenían demasiados amigos uno de ellos era uno de los chicos más guapos de la escuela llamado Oh Sehun.
El era conocido en su instituto como un chico rebelde por su manera de vestir y su forma de actuar daba a entender que estaba metido en cosas malas, eso era seguro. Aunque tuviera una reputación muy mala, se llevaban muy bien con el y su grupo de amigos.
— Hay viene el grupo de monjas— Se burlo. Dejando su casco de su moto aún lado.
— ¡No, nos pongas apodos muy raros!— Gruño un poco enfadada Nayeon.
— Solo es una broma, chicas.
Ambas partes rieron ante la broma de Sehun.
— Deberían venir a verme correr. Mañana habrá una competencia, se divertirán se los aseguro— Afirmo. Saco un pedazo de papel de su bolsillo para apuntarles la dirección y hora en la que sería.
Todas las chicas asintieron con su cabeza para darle un saludo de despedida e irse a sus respectivas casas.
La verdad era que Dahyun pocas veces salía, no le gustaba estar entre tanta gente, de hecho hasta le llegaba estresar.
Observo aquel pequeño papel que se el chico pelinegro le obsequio, al parecer la dirección era un poco cerca de su hogar. Sentía ansias de poder ir, no lo quería admitir pero tenía demasiados entusiasmos de ir.
Saco su computadora para distraerse un poco antes de irse a la cama. Cuándo no tenía trabajos, de vez en cuando jugaba un juego en línea, no era gamer ni nada por el estilo, pero lo disfrutaba. Eso hacía hasta que entraba a sus redes sociales y lo único que aparecían eran fotos en parejas.
— Algún día encontrare a un chico que me quiera— Murmuro para si misma en aquella habitación tan vacía.
En el instituto la mayoría se encontraba en parejas a excepción del grupo de Sehun, el grupo de nerd al que ella pertenecía y el otro porcentajes de chicos que desconocía la razón.
Si le llegaron a coquetear chicos pero nunca se vio interesaba por que todos eran superficiales o solo quería una cosa en especifico, eso no era lo que ella quería. Si seguía así llegaría a los 30 y sería una solterona totalmente.
