Capitulo treinta y tres.

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Una mañana nublada como la vida misma de sana en la que se encontraba perdida

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Una mañana nublada como la vida misma de sana en la que se encontraba perdida. Había días en los que ni ella misma sabía como podía sobrevivir en ese infierno, su vida solo era útil para cosas malas, entendía por que sus padres la abandonaron.  Ella nunca quiso una vida como la que tenía, siempre soñó con tener un hogar y calidez de una familia que la quisieran, pero eso nunca sucedió. Siempre sufrió maltrato y lo único cercano que tenía a una familia era Momo por que Mina ya no estaban más con ellas. 

Se arrepentía de no a ver ido a casa de la menor, su corazón decía que si pero su mente no, entre más cerca estuvieran más peligro correría. Tuvo una discusión con Momo cuándo recién llego por lo que había puesto en su bebida ocasionando que fuera desesperada a buscar aDahyun. Lo único que hacía era reírse de o enojada que estaba sana y lo único que repetía era que se lo agradecería. Se termino cansando de la situación y decidió dejar el asunto por la paz.

Eran las 5 de la mañana, sana había salido a correr para luego ir a entrenar un poco. La noche fue un poco larga por el trabajo un poco pesado que tuvieron que hacer, al final lo tuvo que hacer todo por que Momo tuvo que irse repentinamente.

  — No deberías estar casi desnuda corriendo con este frió, podrías enfermarte— Dijo con una voz seductora la chica de nombre Bae. 

  — ¿Enfermarme? no es como si me importara— Respondió fría volviendo a concentrarse en dar vueltas por ese enorme jardín. 

  — A mi si me importa, eres mi chica favorita— Se puso de pie y guiñó el ojo de manera traviesa. Su risa era coqueta, dejaba ver sus blancos dientes—Se que algún día caerás, nos vemos al rato.

 La única que solía contestarle de esa manera era Sana, los demás parecían perros falderos atrás de ella, incluso Momo se acostaba con Bae cada vez que la mandaba a buscar.  Apenas dieron las 6 de la mañana y fue a aquel gimnasio en dónde solía entrenar ahora. Las únicas personas a esa hora eran, ella el entrenador y Tzuyu... hoy no era la excepción.

  — Pensé que no vendrías hoy, Sana— Dijo tranquila la taiwanesa.

— No iba a venir, pero necesito esto— Al escuchar la manera irritada en que lo dijo sabía que algo le molestaba. Se acerco poco a poco para quedar cerca de Sana— ¿Que sucede Tzuyu?

— Hay una mejor forma de quitarte el estrés— Tzuyu se acerco para darle un pequeño beso en sus labios de Sana. Al principió no le correspondió pero luego de unos segundos termino aceptando el beso que le ofrecían. Llevo sus manos a las caderas de la contraria y se dejo llevar por el momento hasta que se separaron un poco para respirar— Sana, eso no me lo esperaba— Dijo feliz dejando ver el pequeño hoyuelo que tenía.

— Lo siento, me deje llevar por el momento— Intento alejarse pero Tzuyu se lo impidió.

— Ya es tiempo que superes a esa nerd. Yo he estado aquí contigo, no ella...

LET ME IN (SAIDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora