Umbridge.

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-¡Lily! - el grito hizo que la chica se cayera de la cama asustada.
-¡¿Dónde?! ¡¿Qué?! - contestó Lily asustada mirando a todos lados.
Lily recordó que estaba en Hogwarts y que su nueva amiga, Lizleth, la había despertado.
-¡Venga, mujer, tenemos que desayunar! - le dijo Lizleth entre risas.
Lily se levantó un poco apenada, viendo como reían un poco sus compañeras cuarto. Poniéndose su uniforme y tomando su bolso, salió con Lizleth de la sala común, donde se encontraron personas reunidas.
Un grupo de chicos, en cuanto vieron a Lily solo se escuchó el murmullo "Black" y salieron huyendo de ahí. Lily no tomo importancia y observo un letrero en el que ponía.

¡GALONES DE GALEONES!
¿Tus gastos superan tus ingresos?
¿Te gustaría ganar un poco de oro?
Si te interesa un empleo sencillo,
a tiempo parcial y prácticamente indoloro,
ponte en contacto con Fred y George Weasley,
sala común de Gryffindor.
(Lamentamos decir que los aspirantes
tendrán que asumir los riesgos del empleo.)

Lily sonrió a tal propuesta de trabajo, pero ¿Por qué no? Un poco de dinero extra no le caería mal, ni pasar tiempo con Fred. Frunció un poco el ceño cuando se dio cuenta de lo que pensó ¿pasar tiempo con Fred? ¿No quiso decir con los gemelos?
Con un poco de confusión, se dirigió al Gran Comedor con su amiga, donde vio a los gemelos, con Ron, Harry y Hermione. Tomo la mano de Lizleth y la guío a la chica hacía la mesa Gryffindor.
-Lily, la mesa queda hacia allá - comento señalando la mesa de los tejones.
-Lo sé, te presentaré unos amigos - cuando llego a un lado de Harry observo un papel que traía en mano - ¿Qué es eso Harry?
El chico dio un respingo asustado.
-Hola Lily, es nuestro horario.
-Pero si es la señorita Black - dijo George fingiendo sorpresa.
-Un placer verla de nuevo - Fred hizo una reverencia exagerada.
Lily y Lizleth rieron, Lily presento a su nueva amiga, que dio todo su apoyo a Harry diciendole que ella creía en sus palabras, y poniéndose roja se despidió para ir por los horarios de ambas chicas.
-En un momento te alcanzó - le dijo Lily con una sonrisa. Después miro a Fred y George - me llama la atención su oferta de trabajo y quiero saber dónde firmo.
Ron escupió un trago de su jugo de calabaza que mancho un poco a Hermione.
-¡Ron! - se limpió con su varita y miró a Lily - no estarás hablando en serio ¿Verdad? Seguramente lo que quieren hacer va en contra de las reglas.
-¡¿Las reglas?! ¡Lily puede morir! - dijo Ron aún rojo por escupir.
-¡Ey! - dijeron aún unísono los gemelos y George agregó - solo te puede dejar enfermo, pero no muerto - hizo un gesto de ofendido.
-Y no sé, Lily, tal vez no deberías hacer este trabajo - dijo Fred rascandose la nuca y todos lo miraron extrañado - ya sabes, podría ser algo peligroso.
-Podría ser... ¿Su asistente? - pregunto Lily con una sonrisa.
Fred al verla sonreír sintió un tirón en el estómago y no pudo negarse.
-¿Por qué no? - ante la mirada incrédula de su gemelo agrego - tres cabezas piensan mejor que dos ¿No George?
-Claro, te veremos después de clases, entonces - dijo George con una risa burlona -¿Pasaremos por ella a su sala común, Fred?
El cabello de Lily se puso rojo como la cara de Fred, mientras sus amigos se reían.
-¡Lily, mira el horario! - llegó Lizleth interrumpiendo las burlas y con emoción - ¡La primera hora es con Snape! ¿No es asombro... ¿Por qué tu cabello es rojo?
-¡Nada! - dijo Lily apenada y lo cambio al negro - soy metamorfomaga, Snape ¿dices?
-¿Asombroso? - dijeron los gemelos, Ron y Harry.
Lizleth se puso roja y Lily para salvar a su amiga, dijo que se hacía tarde y se la llevo a su mesa. Después de la explicación de ser metamorfomaga, de qué Snape era el profesor favorito de Lizleth y un desayuno apresurado, llegaron a clase.
En clase Lily se dio cuenta que no era tan mala en pociones o tal vez era porque Lizleth le ayudaba, ya que ella parecía una experta.
Después de esa hora continuaron con Historia de la Magia, que a Lily aburrió solo por la voz del maestro Binns. En cuanto sonó la campana, fueron a comer al Comedor, ambas chicas tenían demasiada hambre.
-Por Merlín, es el primer día y ya dejan mucha tarea - se quejó Lizleth con un puchero a lo que Lily río.
Siguieron con Runas Antiguas, donde también estaba Hermione y se sentaron junto a ella. Hermione explicaba algunas cosas que no entendía Lily y le prometió explicarle más después.
Las tres se fueron juntas a Defensas Contra las Artes Oscuras, clase que Hufflepuff compartía con Gryffindor.
Los alumnos guardaron silencio en cuanto entraron en el aula; la profesora Umbridge todavía era un elemento desconocido y nadie sabía lo estricta que podía ser a la hora de imponer disciplina.
-¡Buenas tardes a todos! - saludó a los alumnos cuando por fin éstos se
sentaron. Unos cuantos respondieron con un tímido «Buenas tardes» - ¡Ay, ay, ay! - exclamó - ¿Así saludan a su profesora? Me gustaría oírlos decir:
«Buenas tardes, profesora Umbridge.» Volvamos a empezar, por favor. ¡Buenas tardes a todos!
-Buenas tardes, profesora Umbridge - gritó la clase.
-Eso está mucho mejor - los felicitó con dulzura - ¿A que no ha sido tan
difícil? Guarden las varitas y saquen las plumas, por favor.
Unos cuantos alumnos intercambiaron miradas lúgubres; hasta entonces la orden de guardar las varitas nunca había sido el preámbulo de una clase que hubieran considerado interesante. Lily metió su varita en la mochila y sacó la pluma, la tinta y el pergamino. La profesora Umbridge abrió su bolso, sacó su
varita, que era inusitadamente corta, y dio unos golpecitos en la pizarra con ella; de inmediato, aparecieron las siguientes palabras: Defensa Contra las Artes Oscuras: regreso a los principios básicos.
-Muy bien, hasta ahora su estudio de esta asignatura ha sido muy irregular y fragmentado, ¿verdad? - afirmó la profesora Umbridge volviéndose
hacia la clase con las manos entrelazadas frente al cuerpo - Por desgracia, el constante cambio de profesores, muchos de los cuales no seguían, al parecer, ningún programa de estudio aprobado por el Ministerio, ha hecho que esten muy por debajo del nivel que nos gustaría que alcanzaran en el año del TIMO.
Sin embargo, les complacerá saber que ahora vamos a rectificar esos errores. Este año seguiremos un curso sobre magia defensiva cuidadosamente estructurado, basado en la teoría y aprobado por el Ministerio. Copien esto, por favor.
Volvió a golpear la pizarra y el primer mensaje desapareció y fue sustituido por los «Objetivos del curso».
1. Comprender los principios en que se basa la magia defensiva.
2. Aprender a reconocer las situaciones en las que se puede
emplear legalmente la magia defensiva.
3. Analizar en qué contextos es oportuno el uso de la magia defensiva.
Lily soltó un suspiro y durante un par de minutos en el aula sólo se oyó el rasgueo de las plumas sobre el pergamino. Cuando los alumnos copiaron los tres objetivos del curso de la profesora Umbridge, ésta preguntó:
-¿Tienen todos un ejemplar de Teoría de defensa mágica, de Wilbert Slinkhard? - Un sordo murmullo de asentimiento recorrió la clase - Creo que tendremos que volver a intentarlo - dijo la profesora Umbridge - Cuando les haga una pregunta, me gustaría que contestaran «Sí, profesora Umbridge», o «No, profesora Umbridge». Veamos: ¿tienen todos un ejemplar de Teoría de defensa mágica, de Wilbert Slinkhard?
-Sí, profesora Umbridge - contestaron los alumnos al unísono.
-Estupendo. Quiero que abráis el libro por la página cinco y leáis el capítulo uno, que se titula «Conceptos elementales para principiantes». En
silencio, por favor.
La profesora Umbridge se apartó de la pizarra y se sentó en la silla, detrás
de su mesa, observándolos atentamente con aquellos ojos de sapo con bolsas.
Lily abrió su ejemplar de Teoría de defensa mágica por la página cinco y empezó a leer. Era extremadamente aburrido, casi tanto como escuchar al profesor Binns. Lily notó que le fallaba la concentración, pues al poco rato se dio cuenta de que había leído la misma línea media docena de veces sin entender nada más que las primeras palabras. Pasaron unos silenciosos minutos. A su lado, Lizleth, giraba la pluma una y otra vez entre los dedos con los ojos clavados en un punto de la página.
Hermione ni siquiera había abierto su ejemplar de Teoría de defensa mágica y estaba mirando fijamente a la profesora Umbridge con una mano levantada. Pasados unos minutos más, Lily y muchos más alumnos observaban a Hermione. El capítulo que les habían ordenado leer era tan tedioso que muchos alumnos optaban por contemplar el mudo intento de Hermione de captar la atención de la profesora Umbridge, en lugar de seguir adelante con la lectura de los «Conceptos elementales para principiantes».
Cuando más de la mitad de la clase miraba a Hermione en vez de leer el
libro, la profesora Umbridge decidió que ya no podía continuar ignorando
aquella situación.
-¿Quería hacer alguna pregunta sobre el capítulo, querida? - le dijo a
Hermione como si acabara de reparar en ella.
-No, no es sobre el capítulo.
-Ahora estamos leyendo - repuso la profesora Umbridge mostrando sus pequeños y puntiagudos dientes - Si tiene usted alguna duda podemos
solucionarla al final de la clase.
-Tengo una duda sobre los objetivos del curso - aclaró Hermione.
La profesora arqueó las cejas.
-¿Cómo se llama, por favor?
-Hermione Granger.
-Mire, señorita Granger, creo que los objetivos del curso están muy claros
si los lee atentamente - dijo la profesora Umbridge con decisión y un deje de dulzura.
-Pues yo creo que no - soltó Hermione sin miramientos - Ahí no dice
nada sobre la práctica de los hechizos defensivos.
Se produjo un breve silencio durante el cual muchos miembros de la clase
giraron la cabeza y se quedaron mirando con el entrecejo fruncido los objetivos del curso, que seguían escritos en la pizarra. Lily miro a la profesora Umbridge con una sonrisa burlona, sabía que no abría práctica, no con esa bruja, pero le divertía que Hermione se hubiera atrevido a replicar.
-¿La práctica de los hechizos defensivos? - repitió la profesora Umbridge con una risita - Verá, señorita Granger, no me imagino que en mi aula pueda surgir ninguna situación que requiera la práctica de un hechizo defensivo por parte de los alumnos. Supongo que no espera usted ser atacada durante la clase, ¿verdad?
-¡¿Entonces no vamos a usar la magia?! - exclamó Ron en voz alta.
-Por favor, levante la mano si quiere hacer algún comentario durante mi
clase, señor...
-Weasley - dijo Ron, y levantó una mano.
La profesora Umbridge, con una amplia sonrisa en los labios, le dio la
espalda. Harry y Hermione levantaron también las manos inmediatamente. La profesora Umbridge miró un momento a Harry con sus ojos saltones antes de dirigirse de nuevo a Hermione.
-¿Sí, señorita Granger? ¿Quiere preguntar algo más?
-Sí - contestó ella - Es evidente que el único propósito de la asignatura de Defensa Contra las Artes Oscuras es practicar los hechizos defensivos, ¿no es así?
-¿Acaso es usted una experta docente preparada en el Ministerio, señorita
Granger? - le preguntó la profesora Umbridge con aquella voz falsamente
dulce.
-No, pero...
-Pues entonces me temo que no está cualificada para decidir cuál es el
«único propósito» de la asignatura que imparto. Magos mucho mayores y más inteligentes que usted han diseñado nuestro nuevo programa de estudio. Aprenderán los hechizos defensivos de forma segura y libre de riesgos...
Lily levantó la mano, lo que hizo que Umbridge guardará silencio.
-¿Sí, señorita...?
-Black - Umbridge frunció los labios como si ya supiera quién era y solo se hacía la desentendida - tal vez, ese no sea el único propósito de la materia, pero si alguno de nosotros quiere llegar al puesto de auror ya deberíamos llevar algo de práctica y también si alguien nos atacará fuera, ¿No cree?
-No debería preocuparle eso, señorita Black, la practica la tendrá en su entrenamiento si quiere ser auror - soltó una risita, como si fuera divertido pensar en un Black siendo auror - la teoría le dará los conocimientos y podrá tener una buenas calificaciones para llegar a...
-¿De qué va a servirnos eso? - inquirió Harry en voz alta - Si nos atacan, no va a ser de forma...
-¡La mano, señor Potter! - canturreó la profesora Umbridge.
Harry levantó un puño. Una vez más, la profesora Umbridge le dio rápidamente la espalda, pero otros alumnos también habían levantado la mano.
-¿Su nombre, por favor? - le preguntó la bruja a Dean.
-Dean Thomas.
-¿Y bien, señor Thomas?

Dentro de un libro (Harry Potter y La Orden Del Fenix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora