Situaciones Confusas.

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El fin de semana terminó, con emociones mezcladas por parte de varios, como Lily que estaba entre la culpa de su egoísmo y la felicidad, Fred de la misma forma, Harry, con un amargo sabor en la boca, Alex confundida entre sentimientos que no podía definir aún, Samantha decidida y asustada.
Durante el desayuno, Alex apenas tocaba la comida o hablaba, Lily y Liz estaban preocupadas por su amiga, no decía que había pasado y estaban seguras que tenía que ver con su cita del sábado, ya que al llegar, se fue a la habitación alegando que estaba cansada. Lily no estaba segura si preguntar directamente sobre Samantha o ir con ella para indagar sobre el comportamiento de Alex, sentía que había violado su privacidad, aunque había sido un accidente o casualidad.
Las cosas se habían vuelto un poco más confusas y complicadas, cuando Hermione, Luna y Harry llegaron a comentar sobre la entrevista que Harry había realizado junto a Rita Skeeter, lo que tomó por sorpresa a todos. Lily tuvo que hacer demasiados ejercicios de memoria, para rescatar la mayor parte de detalles sobre este hecho, pero le costaba un poco.
Luna dijo que no sabía cuándo aparecería la entrevista de Rita con Harry en El Quisquilloso, pues su padre estaba esperando un largo e interesantísimo artículo basado en el testimonio de personas que recientemente habían visto snorkacks de cuernos arrugados.
–Como se pueden imaginar –explicó– esa historia es muy importante, así que la de Harry quizá tenga que esperar al siguiente número.
Harry le contó a Lily como Rita lo había presionado para sacarle hasta el último detalle, y él le había contado todo lo que recordaba, consciente de que aquélla era una oportunidad única para explicar la verdad. No sabía cómo reaccionaría la gente al leer la crónica. Imaginaba que serviría para que muchos se reafirmaran en la opinión de que estaba completamente loco, pero la fuga de Bellatrix Lestrange y de los otros mortífagos había despertado en Harry un deseo irrefrenable de hacer algo, funcionara o no...
La semana se había ido, lo suficientemente rápido como para no encontrarse con Fred de vez en cuando, o Alex con Samantha, pero al mismo tiempo iba lento, sintiendo el martirio de las tareas que iban creciendo. Para su buena suerte el sábado llegó con un partido entre Hufflepuff contra Gryffindor, pero ni Liz ni Lily se sintieron con ganas de apostar después de ver las caras de los gemelos, Harry, y miembros del equipo. Por su lado. Ernie se aseguro de que, al menos Fred, vieran como apostaba diez galeones a su casa, lo que hizo ganarse una mirada de reproche por parte de Lily, que ese día llevaba el cabello violeta.
Alex apenas había pisado las gradas, cuando quiso echar por la borda todas las súplicas de su par de amigas para que saliera, se daba cuenta de los esfuerzos de ambas por animarla y hacerla confíar en ellas, pero no sabía cómo explicar que una chica slytherin (¡Slytherin, por Merlín!), había pensando que sería buena idea declararse en San Valentín. Si lo recordaba, se ponía roja en automático, no había sabido responder y Samantha le había dicho que se tomará todo el tiempo que necesitara.
Podía mantenerse serena, si no pensaba en la chica, ocupaba su mente con las tareas y se dejaba distraer por sus amigas y los entrenamientos en el ED, pero en el momento en que vio a la castaña cerca de los lugares que ellas tomarían, vestida con sutiles colores de Hufflepuff, en señal de apoyo, su cabeza se volvía un caos y sus latidos eran acelerados.
Los espectadores de Gryffindor sólo tuvieron que soportar veintidós minutos de martirio, el momento en que Sloper no logró darle a la bludger y en cambio golpeó a Angelina en la boca con el bate, y el espectáculo que montó Kirke, que se puso a chillar y cayó de espaldas de su escoba, cuando Zacharias Smith salió zumbando hacia él con la quaffle. El milagro fue que Gryffindor sólo perdió por diez puntos: Ginny consiguió atrapar la snitch cuando la bola estaba debajo de las narices de Summerby, el buscador de Hufflepuff, de modo que el resultado final fue de doscientos cuarenta a doscientos treinta.

El lunes por la mañana entraron en el Gran Comedor para desayunar en el preciso instante en que llegaban las lechuzas con el correo. Alex esperaba con avidez su ejemplar de El Profeta y casi todos los estudiantes estaban ansiosos por saber más noticias sobre los mortífagos fugitivos, quienes todavía no habían sido detenidos, pese a que muchas personas aseguraban haberlos visto. Entregó un knut a la lechuza que le dio el periódico, y lo desplegó apresuradamente mientras Liz se servía zumo de naranja.
Lily había pedido el número de marzo de El Quisquilloso, que llegó casi al mismo tiempo que el periódico de su amiga. Lo desenrolló y vio la cara de Harry, que sonreía tímidamente en la portada. Sobre la imagen de Harry había unas grandes letras rojas que rezaban:

Dentro de un libro (Harry Potter y La Orden Del Fenix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora