23. En Busca.

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- ¡BELLA, NEVILLE NOOOO! - gritó histérico Rodolphus.

El mago fue testigo de como su esposa y el pequeño desaparecían al mismo tiempo que Frank caía al piso, mientras que Franco con un certero hechizo logró desarmar a Alice, pero lamentablemente fue muy tarde.

Sin saber como reaccionar, Lestrange alzó su varita en dirección a aquella bruja y la mandó a volar, ocasionando que chocara con las estanterías del despacho y quedara inconsciente, Franco al notar como la magia de Rodolphus se estaba descontrolando se interpuso en su camino, ya  que el mago caminaba en dirección a la bruja.

-Basta, detente... tienes que calmarte- dijo el medimago.

- ¡Como quieres que lo haga, mi esposa desapareció y el pequeño también! - alzo la voz en respuesta.

-Eso ya lo sé, también lo vi... pero no puedes hacer una tontería... los aurores no tardaran en llegar- replicó Franco.

Y como si se tratara de una invocación, más de 10 aurores aparecieron en la casa Longbottom, los cuales se separaron en parejas y comenzaron a recorrer la casona familiar en busca de sobrevivientes.

-Rápido- exclamo LeBlanc- toma a Frank y volvamos, tenemos que ir con los demás.

Rodolphus se acercó al cuerpo inerte Frank y lo tomó en sus brazos, giró su cabeza en dirección a Franco el cual mediante un hechizo levito a Alice, ambos magos asintieron y activaron el traslador (el collar de oro blanco con el emblema de los Black).

Franco Leblanc fue el primero en desaparecer, y para mala suerte de Rodolphus los aurores entraron al despacho al momento en que él desapareció.

Sin tener idea de lo que sucedió, los aurores sacaron erradas y rápidas conclusiones al ver el estado en que se encontraba la casa, sin detenerse a pensar emitieron una orden de captura a Rodolphus Lestrange.

La magia Ancestral de la casa sintió como esos magos tenían las intenciones de dañar a aquel que vino a salvar al Lord y su heredero... así que como agradecimiento y ultimo deseo de Frank, el ambiente comenzó a descender varios grados y una acumulación se magia se hizo presente alertando a los aurores, pero antes de que estos lograran hacer algo la Noble y Ancestral Casa Longbottom los expulsó de sus dominios.

Sin saber como proceder ante esta situación, mucho de los aurores intentaron ingresar a la residencia, pero eran expulsados con suma violencia. Un ligero crack alertó a los magos de la llegada de alguien más.

-Señor Moody- dijo un auror- necesitamos ingresar a la casa para investigar lo ocurrido.

-No se molesten en eso- contestó el mago con brusquedad- la casa se selló a si misma y solo aquel que posea sangre Longbottom podrá ingresar a ella.

-Pero... ¿porque se selló? – preguntó el mismo auror.

-Porque fueron unos idiotas... ¡en que estupideces estaban pensando al emitir una orden de arresto en un ambiente cargado de magia!... es que no saben que una mínima alteración provoca estas cosas, además porque emitieron una orden en tan poco tiempo... saben que hay un protocolo para eso.

-Pero... vimos como Lestrange desaparecía con Frank Longbottom, eso es mas que sufriente- respondió con altanería otro auror.

-Y nunca se les paso por sus diminutas mentes que esa orden alertaría a los mortífagos que sigan por ahí.

Al no recibir respuestas Alastor Moody prosiguió.

-Tal parece que no, vuelvan al ministerio e intenten arreglar la estupidez que cometieron... yo me quedare a ver si puedo distinguir e intentar identificar algún rastro mágico... QUE ESPERAN VAYAN- esto ultimo lo gritó, ocasionado que muchos temblaran por la ira que transmitía ese grito.

La constelaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora