El ambiente en el Ministerio de Magia era insufrible, una verdadera jungla, los aurores iban y venían intentando rastrear a posibles y sospechosos mortífagos, los jefes de departamento fueron llamados con urgencia al ministerio junto al Wizengamont además de los Lord y Lady de las Nobles y Ancestrales familias mágicas como también alguna familia que ha sido reconocida y declarada como "grata" por el Ministerio Británico Mágico.
Todos se preguntaban en que momento se desató este caos, era la duda y el temor que rondaba en la cabeza de todo mago y bruja que estaba en aquel edificio, la versión que todos sabían era que el Señor Oscuro y sus mortífagos atacaron a diversos pueblos mágicos y sectores muggles, obligando a los aurores a ir a su captura, mientras que se desataba un estado de alerta en el mundo mágico británico (los pocos magos y brujas que se habían quedado).
Los aliados de la familia Black comenzaron a moverse con sutileza por el ministerio, atentos a cualquier movimiento e información útil, pero la llegada de un grupo de aurores alerto al todo el mundo, Amos Diggory fue quien los intercepto y preguntó en voz alta:
-¿Qué ha sucedido?
A lo que uno de ellos respondió:
-Un grupo de mortífagos ha atacado a la familia Longbottom, no sabemos el estado de los habitantes ya que fuimos expulsados del inmueble.
El silencio fue tenso y desgarrador, hasta que Bartimus Crounch interrogó:
-¿Fueron ustedes lo que emitieron una orden de captura?
-Si señor, logramos reconocer a uno de ellos-
-¿Quién?- preguntó Bartimus.
-Rodolphus Lestrange- respondió con voz firme el auror ignorando totalmente las ordenes que Alastor Moody les dio.
Bartimus Crounch sonrío y felicitó al grupo de aurores, esto era lo que necesitaba para llegar al culmine de su carrera política, por su parte Diggory suspiro y se dirigió a una oficina desocupada, al llegar a ella emitió un patronus con un mensaje:
Emitieron una orden de captura contra Rodolphus Lestrange, prepárense.
La fantasmagórica criatura se fue en dirección a la casa Black.
Mientras tanto en el vestíbulo del ministerio, muchos magos y brujas intentaban saber más sobre el ataque, tanto que el silencio fue reemplazado por un hervidero de murmullos y gritos, la fuerte voz de Bartimus se escuchó claramente con ayuda de un Sonorus.
-Sabíamos que este día llegaría, los mortífagos y su ... Lord ya han atacado, ¡¡ahora es nuestro turno de demostrar que el Ministerio de Magia no se arrodillará ante un loco!!- exclamó el mago
Aplausos y gritos de aprobación fueron emitidos por los presentes, solo unos pocos magos y brujas se abstuvieron de ovacionar a aquel mago.
Arabella Zabini llegó al ministerio en medio del breve discurso de Bartimus Crounch, al escucharlo solo sonrió, el patronus de Diggory ya le informó sobre la situación, y lo encomendado por parte de la Familia Black tomó otro rumbo, "se acerca tu ruina, viejo"- pensó la bruja.
Al lado de Lady Zabini, se encontraba Ethan Nott quien solo suspiró al ver la expresión en el rostro de la bruja a su lado, sabia que no debía de entrometerse, Bartimus fue quien buscó lo que pronto le llegará, Arabella se encargaría personalmente de arruinar la vida de ese mago, en lo personal no lo lamentaba y sinceramente disfrutaría del espectáculo que seguramente sería la caída de Crounch.
Los tres aliados de la familia Black sonrieron de forma traviesa, el Ministerio, la Orden del Fénix y los Mortífagos no sabrán que los golpeo.
Cuando la multitud en el Ministerio se disperso con renovada confianza y convicción gracias a las palabras de Crounch, éste fue capaz de ver a Arabella y palideció considerablemente, aún seguía temeroso por la posible venganza por parte de la bruja, mientras esta se acercaba a él con paso lento Bartimus tuvo el impulso de huir pero se encontró paralizado, alguien lo había hechizado por la espalda, una mirada furiosa se dirigió al acompañante de la bruja pero enseguida notó que no tenia su varita a la vista y el hechizo le dio exactamente en el hombro izquierdo.
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La constelación
FanfictionQue hubiera pasado si Walburga Black decidiera olvidarse de todo lo que le han inculcado con respecto a pureza de sangre; al ver que su primogénito ya no volverá y su hijo menor ha sido condenado a seguir a un desquiciado con ansias de poder; que la...