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Iba hacia donde estaba su hermano, este, el cual estaba muy entretenido con el montón de pechos descotados que lo rodeaban,  al solo acercarme me fulminaba con la mirada muy discretamente. Me quedaba cerca interrumpiendo.

–Disculpen mi interrupción pero necesito enseñarle el alrededor a este alumno; ¿Me permiten un momento?

Las chicas al verme se me abalanzaban. El castaño, al verlas; me separaba de ellas al poner su mano en mi rostro impidiendo ver, haciendo que me sorprendiera. Y con su voz grave penetrandome al estar muy cerca de él, les hablaba cordialmente a las chicas.

–Perdonen pero es algo urgente, voy a tomar a mi hermano y volveré a dárselo en otro momento, —Al quitar su mano de mi rostro, su falsa y fulminante sonrisa hacia que las demás se sintieran amenazadas,  bajaba su mirada cambiando su sonrisa por una más gentil — ¿Podrías venir aquí Sebastian?.

El Rubio de ojos azules venia hacia donde estábamos. Me escapaba de los brazos de el castaño, caminaba para darles el recorrido. Mostrándoles al estar fuera del edificio la cancha de tenis, básquet, fútbol, el jardín, la cafetería, el salón de teatro, etcétera.
Dejaba a los hermanos solos por un momento para ir a comer algo si es que no tenían problema diferenciando los lugares.

|| Conversación de los hermanos ||

– ¿En serio lo tenías que abrazar? ¿Qué te atrae de él?
– Intento comprender el “¿Por qué?”de cuando lo miro a los ojos siento una atracción a ellos y “¿Por qué?” es tan fascinante.
– Estas loco.

Unidos por HilosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora