14.

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Mientras Sebastián miraba la pálida piel de Alex, intentaba no sobrepasarse con él. Aunque sus instintos lo llevarán a querer violarlo.

Pasaban las horas y mientras ambos estaban dormidos, Sassha había entrado para dejar algunas frutas,  cuidar y llevar a casa a Alex, al observarlos el rubio despertaba mirándola sorprendida.

–¿Quién eres? —Preguntaba con una mirada asesina en sus ojos—
–Soy la hermana de Alex. Tal ves no me conozcas porque casi no hablamos. Pero lo venía a ayudar y llevarlo a casa.
–¿Quieres que lo despierte? —Hablaba en voz baja para no despertar al albino—
–No, pero cuando despierte ¿le podrías dar de comer algunas manzanas y llevarlo a casa? —Leía sus pensamientos los cuales decían cosas como: "Dices algo y te mató",  "¿Como me lo va dejar?",  "¡No se donde vive!"—.
–Si claro, pero no se donde vive.
–No te preocupes por eso —Apuntaba en un papel la dirección del departamento y se la entregaba mientras se iba—. Ha de tener la llave en su mochila. Gracias, adiós.

Alex se acurrucaba en el cuerpo formado del rubio pareciendo un bebé,  este acariciaba su mejilla y empezaba  despertarlo; mirando los rojos labios y algunas mordeduras en su cuerpo.

–Vamos, despierta y come algo.

Despertaba algo dormido. Comía algo de la fruta mientras miraba al rubio.

–¿Y Stephan?
–No pudo venir.
–Hmm...  —Bajaba la mirada mientras seguia comiendo—.
–¿Te llevo a casa?
–Esta bien, yo puedo solo —Intentaba levantarse y dar algunos pasos pero caia del dolor en sus caderas y antes de tocar el piso era rescatado por Sebastian que estaba cerca suyo—
–¿Quieres que te lleve a casa?
–Si, por favor —Sin más opciones—

Como Alex no podía caminar, este lo ayudaba y lo llevava cargando como a una princesa. Alex sonrojado no podía dar la cara o mostrarsela a Sebastian.

Unidos por HilosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora