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Son demonios.

Sebastián refleja exactamente a uno ya que lo lleva a la codicia pero la de Stephan sería mayor, pero este no sería un demonio porque en su ser tiene algo de bien en lo más profundo.

Son envenenados por la lujuria, la ira,  la envidia y la avaricia.

Sebastián refleja claramente a un demonio que no permite que su objetivo sea tocado por más personas, y se contiene para no lastimarlo ya que lo trata como una hoja de papel; tiende a esconder sus emociones y sentimientos hacia la persona objetiva. Refleja el bien sin notar que su cara hace el mal. Y esconde sus caras a través de falsedad. Para contenerse juega con los que lo rodean ya que por su belleza hace que se enamoren de él y sean absorbidos por la atracción y el placer.

Stephan es un Ángel caído.  Ya que por la atracción que tiene a su objetivo fue desterrado del cielo y le causa placer tenerlo todo a sus pies. Y,  por la atracción de este lo lleva a lastimarlo y hacerlo enloquecer por el mismo hasta que ya no pueda dar su último respiro,  porque no sabe cuidar lo que quiere o lo que aprecia. No se contiene y no busca otras opciones para no lastimarlo, ya que prefiere tener placer con su objetivo y castigarlo,  pero no lo hace con nadie más.

Unidos por HilosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora