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Alex, tocaba su cuello,  sonrojado en su asiento, sentía calor cuando alguno de ellos lo tocaban. Sentía inquietud por más.

Mientras daban las clases, el rubio se había sentado detrás del albino, ya que había cambiado de lugar con un compañero. Sucesivamente, no dejaba de molestar a Alex jugando con su cabello, oreja o cuello, e incluso respirando y hablándole sexoso. Le gustaba sentir la reacción de él por lo que seguía y seguía.

Alex no podía más por lo que tras terminar las clases salió corriendo al baño y detrás de él salía el castaño, alcanzandolo antes de que se encerrara.  Lo miraba casi tembloroso y con una mirada lasciva en su rostro por lo que lo llevaba a exitarce y abalanzarse sobre el débil cuerpo del pasivo...

Empezaba quitándole la ropa y Alex sin casi sus fuerzas y con deseo de placer se veía obligado a ser tomado. Y,  con lágrimas en los ojos por miedo, era dilatado con los dedos del activo. Siendo embestido con ellos hasta que pudiera meter su miembro dentro.

Entre jadeos, espasmos y gemidos. Alex estaba siendo penetrado; corriendose por las embestidas y golpes en sus adentros, Stephan dejaba nuevas marcas en su cuerpo y por la ira de haber sido tomado antes que él,  se desquitaba y lo disfrutaba al mismo tiempo; después de correrse dentro de Alex, el cual caía desmayado, era limpiado y llevado a la enfermería. Ya que este parecía algo anémico.

Sebastián se quedaba a cuidarlo ya que Stephan tuvo que irse por algunos problemas en casa, nada que ver con lo anterior...

Pasaban los minutos despues de clases ya que Alex necesitaba reposo no asistía a estas. Y después de la salida regresaba el rubio.

–Te lo dije, no debiste mostrarle nada.
–No le enseñe nada —Casi con ojos llorosos—

Sebastián estaba sentado en la camilla y al levantarse era tomado en la manga por Alex.

–Podrías... —Susurraba—
–¿Qué? —Fruncia el ceño al mirarlo—
–Se que no te agrado pero podrias... ¿Quedarte un rato?
–¿Tengo opciones?

Mientras el albino negaba con la cabeza, el rubio se encimaba dejando caer las mochilas, en el cuerpo caliente por la fiebre y el dolor,  de Alex.

–Duerme, me quedaré hasta que te duermas.

Este obedecía e iba a dormir.

Unidos por HilosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora