Un don neutral

Pacto con demonios

Seguían mirándome. Nos encontrábamos en la misma posición anterior, un guardia fingía llevarme prisionera para rescatar a Zack, todo el plan funcionaba hasta toparnos con una agrupación de guardianes del palacio del infierno llevando un prisionero y ahora ¡¡Estaban abanzando hacia mí!!

Mierda. Son demasiados. No puedo controlar tantas mentes a la vez. Muchos pensamientos, ideas, sueños... Me dan dolor de cabeza.

Concéntrate. No te desmayes. Agrupa tus ideas principales.

En uno de mis momentos de debilidad, en el cuál yo intentaba mantenerme consciente mirando al suelo dos guardias se acercaron a mí, agarrando a mis muñecas una apretada cadena.

Levanté la vista.

Mi boca se abrió en torno a un círculo,  mis ojos se abrieron y juraría que alguna lágrima salió de ellos.

Zack.

Tenía la ropa desgastada, con algunos rotos y los botones de la camisa sin abrochar. Su pelo estaba desordenado y con algo de polvo. su rostro se encontraba mirando el suelo, pero podría jurar que llevaba algún que otro moratón o rasguño.

Levantó la vista y confirme mi duda. Tenía un pequeño corte en la mejilla derecha, sus ojos me lanzaban miradas de que nunca había visto procedentes de él.

Nunca debiste venir -dijo en un leve susurro que pareció más un movimiento de boca que entendí a la perfección.

Un tirón procedente de mi cuerda me hizo regresar a la realidad. Me di la vuelta, un guardia había estirado de mi cadena para guiarme con ellos por los pasillos.

Cuatro guardias se encargaban de llevarme a mí,  digo 'llevarme' porque mis pies estaban rozando el suelo sin hacer ni el mínimo esfuerzo por mantenerme en pie.

Mientras, otros seis guardias se encargaban de Zack, que parecía resistirse más a ellos.

Estuvimos recorriendo los pasillos alrededor de quince minutos hasta que, finalmente, una enorme puerta fue abierta.

NARRA ZACK

Iba cabizbajo mirando al suelo, mientras me arrastraban por los pasillos de mi 'supuesto' palacio, pomgo comillas porque ahora que sé, realmente, las crueles intenciones de mi padre, él ha decidido desheredarme.

Haber hablado con Sarah, la madre de Anne me ha dado mucha información a cerca de todo lo que esta sucediendo y lo que sucederá,  pues su don es más importante de lo que creía y mi tío es su padre, lo cual significa que si se uniese a los demonios, sería la heredera al trono.

Llevaba veinte minutos resistiéndome a estos psicópatas que querían sacarme de la mi apreciada mazmorra porque mi padre queria entablar una conversación conmigo. Me han dado golpes y latigazos, a lo cual no le he dado demasiada importancia, pero, después dijeron que mis latijazos y golpes los recibiría Anne.

Notaron su esencia. Hasta yo la noté. Se está haciendo poderosa aprendiendo a utilizar su don.

Sinceramente, nunca creí que fuera tan valiente de venir a por mí,  de echo, hubiera preferido que no lo hiciera. No quiero ni saber lo que es capaz de hacer mi padre para conseguir su colaboración.

Seguía mirando al suelo, no quería que me viera así. No quería preocuparla. Qué digo, si yo no le importo.

Si no le importases no habría venido a por ti idiota.

Los guardias que me llevaban arrastrando por los pasillos evitaban que me viera. Pero cuando ellos se apartaron, aquellos ojos azules que me miraban, me obligaron a levantar la vista. Y la vi.