Oportunidad

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Cuatro semanas han pasado y los entrenamientos cada vez son mas cansados para los chicos, pero tambien han mejorado bastante unque Emma aún no puede controlar la electrokinesis cuando sus emosiones son fuertes, ha perdido el control de los rayos varias veces la mayoría fue algo bastante menor comparado a la vez anterior pero hubieron dos ocasiones en las que si fueron bastantes similares, todas fueron ocasionadas por Alessandro. Él la ha estado buscando y pidiéndole perdón todos éstos días, pero Emma se niega a contestarle los mensajes y las llamadas, tambien trata de evitarlo en la universidad aunque se le hace un poco dificil ya que la facultad de medicina está bastante cerca de la facultad de arquitectura.

Con Tristan las cosas van mejorando cada día, se podría decir que ya son buenos amigos ya que han pasado bastante tiempo juntos, eso tambien ha ayudado a Emma a llevar mejor su rruptura con Alessandro aunque se siente un poco abrumada y confusa en cuanto a sus sentimientos hacia Tristan, cada día se hacen más fuertes, los primeros días intentó alejarse de él pero no pudo seguir haciendolo porque él se lo impedía.

— tranquila Emma, — le habló Tristan al ver a Emma fallando constantemente, no acertaba en la diana debido a que estaba enfadada porque justo antes de ir al entrenamiento recibió un mensaje de Alessandro.

Tristan se acercó un poco más a Emma y la guió hacia una banca para hablar con ella. solo se encontraban ellos dos en el campo ya que hoy era de esos días en los que el horario de entrenamiento de Emma no coincidía con ninguno de los otros chicos.

Al sentarse Emma apoyó los codos sobre sus rodillas y con sus manos cubrió su rostro tratando de relajarse, Tristan se sentó a su lado colocando una mano en el hombro de ella para llamar su atención.

— ¿estás bien?.

— si... Solo... No, nada está bien.

— ¿por qué?, — preguntó pero Emma no le contestó, — ¿es por tu exnovio? — esas palabras le sabían amargas, no quería que ella pensara en su ex pero necesitaba saber qué le pasaba a ella. Emma solo asintió y volvió a cubrirse el rostro con sus manos haciendo que Tristan se enojara un poco pero se obligó a calmarse.

— es solo que, sigue mandándome mensajes y llamándome, y eso me molesta.

— ¿te molesta que lo haga porque aún lo quieres?, — esa era otra pregunta que tampoco quería hacer pero necesitaba saberlo.

— ¡no!, quiero decir, no voy a olvidarlo de la noche a la mañana pero ya no es igual que antes, y lo que me molesta es que sea tan hipocrita diciendo que me ama y en la universidad se bese mi hermanastra.

— ¿sabes?, el no merece nada de ti, ni siquiera tu enojo, mejor ven, quiero mostrarte algo, — Tristan se puso de pie y le ofreció una mano a Emma, quería que ella dejara de pensar en ese patán y hacerla sonreir. Emma aceptó su mano un poco dudosa, al hacerlo ambos sintieron esa corriente en sus brazos y agarrados de la mano Tristan la llevó hacia el castillo.

— ¿a donde vamos?, — preguntó Emma después de unos cuantos minutos caminando, el castillo era muy grande y estaba segura de que si ella se ponía a curiosear por sus pasillos se perdería.

— a un lugar, — a Emma se le escapó una pequeña risa ante la respuesta de Tristan, algo que a él le encantó escuchar.

— ya dime.

— ya casi llegamos, — llegaron al otro extremo del castillo donde se extendía un campo con el bosque de fondo, a un costado se encontraban las caballerizas, en ésta habían muchos caballos y unos cuantos pegasos, se acercaron un poco pero Emma se detuvo al ver a Ciro saliendo del bosque. Tenía un andar bastante despacio y elegante, aprovechó para admirarlo, no lo había visto desde el beso con Tristan y al verlo bien se dió cuenta de que sus recuerdos sobre el no le hacían justicia.

Guardianes: Orbes de PoderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora