Guardianes: Orbes de Poder

¿sueño o realidad?

Tristan caminaba por el bosque sin un rumbo fijo pero de la nada comenzó a escuchar la voz de Emma llamándolo, ella se escuchaba felíz pero no podía identificar de dónde provenía exactamente ya que se escuchaba por todo el lugar. En un intento por localizarla, se detuvo y se mantuvo quieto pero ya no la volvió a escuchar, así que decidió llamarla.

-- ¡Emma!, ¡nena dónde estás!, ¡Emma!,-- gritó y gritó dando vueltas en su mismo eje pero no obtuvo respuesta.
Su corazón comenzó a latir desenfrenado y comenzó a sudar, se agachó colocando sus manos a cada lado de su cabeza tratando de controlarse y de repente la escuchó otra vez.

-- Tristan, estoy aquí.

-- ¡¿dónde?, nena dime donde estas!, -- gritó de nuevo poniéndose en pie.

-- aquí, ven por mi, -- comenzó a escuchar la voz de un solo lado y se dirigió hacia allí. Caminó varios metros solo guiado por la voz de Emma que repetía lo mismo hasta que llegó al árbol de cerezo. Ahí se encontraba Emma, sentada en la banca blanca de espaldas a él; sin pensarlo avanzó con zancadas grandes hasta estar frente a ella pero al ver su rostro pudo ver que estaba llorando.

-- ¿nená?

-- alejate de mi, tu no me amas.

-- claro que si, yo te amo mas que a nada en esta vida mi amor, no... no llores, -- se sentó a su lado y cuando intentó abrazarla ella se lo impidió.

-- si me amaras estarías buscándome. 

-- ¿de qué hablas?, tu estás aquí conmigo.

-- no, -- se puso de pie y avanzó cinco pasos abrazandose a sí misma y dandole la espalda a Tristan, pero segundos después volteó a verlo, -- por tu culpa me han hecho ésto, -- Tristan abrió mucho los ojos al verla, sangre se derramaba por sus brazos proveniente de su estómago, -- ¡ésto es TU culpa Tristan!.

-- esto... esto no puede ser, mi amor, -- avanzó hasta ella con lágrimas en los ojos y cuando estuvo a su lado su cuerpo se desplomó, Tristan logró detener su caída y se arrodilló poco a poco para que ella quedara en su regazo.

-- ¿Emma?, mi amor despierta, -- la movió varias veces pero ella no reaccionó, -- mi amor por favor no me dejes, ¡Emma!, ¡despierta!, -- tomó su pulso pero no lo encontró y justo en ese momento sintió que una parte de él lo abandonaba, -- nena por favor despierta, no puedes dejarme solo, tú no te puedes ir, ¡tu no!, tu debes ser mi esposa y madre de mis hijos, estar a mi lado cuando me coronen rey aun así no lo quiera, decirme algo cuando hago una estupidez o te cele con cualquiera que intente acercarse a ti, despertar conmigo, en mis brazos todos los días y aceptar cada vez que pida que nos quedemos en la cama un rato más. ¡despierta!, -- sus lágrimas no dejaban de salir y toda su ropa se estaba manchando de sangre, pero a él no le importaba, lo único que podía sentir era un dolor inmenso en su pecho, que parte de su alma se estaba yendo con ella.

-- ¡no!, -- Tristan se despertó sudando y respirando con dificultad, no entendía qué estaba pasando y fragmentos de su sueño vinieron a él.
-- solo fue una pesadilla, -- susurro un poco aliviado, vió a su alrededor y la luz de los soles se colaba entre los espacios que se hacían cuando la brisa levantaba las cortinas. Pasó sus manos por su rostro y se dió cuenta de que estaba lleno de sudor y había estado llorando. Se dió una ducha y bajó al comedor en el cual ya lo estaba esperando se padre.

-- ¿como te sientes?.

-- mejor, -- no le dijo nada sobre la pesadilla debido a que tenía miedo de que no le dejara involucrarse en la búsqueda de Emma, -- ¿pudieron encontrar algo?.