Por fin había llegado viernes y aunque Emma tendría que ir a entrenar siempre el fin de semana, al menos implicaba no tener que ir a la universidad, eso ya era bastante.
Todo el día había pasado de buen humor y contestado las muchas preguntas que le hacía Katherine sobre Tristan, bueno contestaba las que eran aptas para todo público. Todo iba bien hasta que apareció Alessandro por los pasillos caminando hacia donde ellas estaban, Emma trato de ignorarlo e irse en sentido contrario a él pero se lo impidió cuando sostuvo su brazo bastante fuerte.— suéltame Alessandro
— haznos un favor y vete.
— necesito hablar contigo... a solas, — Katherine le hizo mala cara pero accedió al ver a Emma hacer un gesto para que los dejara solos.
— ¿que quieres?, — no planeaba que sus palabras sonaran de manera dura pero no lo pudo evitar.
— me dijeron que te han visto con un chico y que te ha traído flores, ¿quien es él?
— eso a ti no te importa.
— osea que es cierto, y si me importa porque tú eres mía.
— mira Alessandro yo no soy un objeto para ser de nadie, lo que yo haga o deje de hacer dejó de ser asunto tuyo en el momento en el que decidiste engañarme, ahora ve y dile a la persona que te ha dicho eso que deje de meterse en lo que ni a ti ni a ella les importa, — se soltó de su agarre y al hacerlo se le cayó una pulsera que siempre llevaba pero ella no se dió cuenta y siguió caminando para alejarse de él, mientras, Alessandro recogió la pulsera y la metió en sus bolsillos.
— ¿estás bien?, — le preguntó su amiga cuando ella entró al salon de clases y se sentó en un escritorio a su lado.
— si, espero que ya no me siga molestando.
Ya no siguieron conversado porque llegó el profesor y no querían que pasara lo de la otra vez. Al terminar la ultima clase Emma se dirigió hacia la salida, esta vez Katherine no iba con ella ya que tenía que arreglar unos problemas que surgieron en las oficinas de la universidad con respecto a sus documentos.
Cuando salió vió a Tristan esperándola cerca de un arbol, no han sido mucha las veces que la ha esperado en la salida pero ella ya se estaba acostumbrando. Al llegar hasta donde él estaba se abrazaron, ambos necesitaban saber que ésto era real.
— hola.
— hola, ¿como te ha ido?.
— bastante bien, excepto que..., — Emma paró de hablar inmediatamente, no quería recordar lo que había pasado con Alessandro y tambien sabía que Tristan iba a enfadarse al saberlo.
— ¿excepto que qué?
— nada, solo..., — a su espalda se escuchó a alguien llamándola y ambos voltearon a ver pero ella sabía de quién era esa voz.
— amor olvidaste esto cuando nos vimos, — dijo enseñando la pulsera y Emma instintivamente se llevó su mano derecha hacia la muñeca izquierda.
— Emma, ¿que está pasando?, —preguntó Tristan.
— como lo oyes amigo, ella y yo hemos resuelto nuestros problemas así que vete, — Emma se sentía paralizada por el miedo a que Tristan creyera lo que Alessandro estaba diciendo.
— ¿es cierto eso?, Emma por favor contesta.
— claro que si, ¿no ves que ella aún me quiere?, — al decir eso Alessandro agarró del brazo a Emma atrayendola hacia él. Ella vió dolor en los ojos de Tristan y eso fue suficiente para que reaccionara.
— tu y yo ya no somos nada, así que suéltame, — intentó soltarse del agarre de Alessandro pero no pudo, la tenía tan fuertemente su agarre que la estaba lastimando.
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Guardianes: Orbes de Poder
Novela Juvenil¿que pasaría si un orbe cuyo poder te elige para ser su guardian, dándote poderes con los que nunca imaginaste tener? Seis chicos son seleccionados por orbes mágicos para ser los guardianes de éstos, otorgándoles poderes que identifican a cada uno...