Lagun - Albalia

Capitulo IV. Destino

El sol reflejaba a Natalia en la cara, este daba en dirección a su balcón el cual aun no tenia persianas ya que se encontraba en proceso de mudanza. Al sentir la luz comenzó a despertarse, acto seguido tapo su cara con un almohadón y resoplo con frustración.

- Alba.- Dijo lentamente, sin pensar demasiado en ello cosa que luego la dejo confundida.

Tiro el almohadón a un lado y se levanto, salió de la habitación en dirección a la cocina y se dirigió a un estante para sacar comida y ponerlo en el plato de Lagun. Al escuchar el sonido este corrió hacia ella y comenzó a lamerle el brazo con cariño en forma de agradecimiento.

- Hola pequeño, tenias hambre huh?.- Le acaricio la cabeza y abrió el refrigerador.- Qué haremos hoy Lagun.- Hablo buscando los ingredientes para hacer pancakes.

Volvió a la habitación trayendo consigo unos parlantes poniendo música para ambientar la cocina al preparar su desayuno.

- Veamos que escucharemos hoy.- Deslizaba la pantalla hasta que eligió una, Bellyache de Billie Eilish.

Comenzó a hacer los pancakes al mismo tiempo que bailaba al compas de la canción, Lagun la miraba entretenido mientras cosa que le dio mucha gracia a la morena.

- Lagun, sabes que?.- Dijo mirando al cachorro que solo movía su cola escuchándola.- He conocido a alguien, es una chica.- Puso el preparado en la sartén y esperó.- Su nombre es Alba, ya la conoces la chica de la plaza. La he encontrado nuevamente anoche, creo que me gusta.- Sonrío ante la idea de eso y siguió haciendo los pancake.

El cachorro se acercó mas y se sentó a sus pies mirándola, ella se agacho y lo miro también

- A ti también te gusta, cierto?.- El cachorro ladro y ella volvió a levantarse.- Pues la he conocido gracias a ti también, quien lo diría.

Al otro lado de la ciudad se encontraba Alba, despertando lentamente. Se sentó en la cama y acto seguido corrió al baño, la pobre llevaba años sin tomar alcohol y tanto de golpe pues le sentó fatal.

Una vez dentro, aprovecho para pegarse una ducha y así tratar de que todo el malestar pasase a segundo plano. No recordaba mucho de la noche anterior, ya hasta le daba dolores de cabeza intentar recordar algo importante pero nada que no fuesen sus amigos diciendo chorradas, cosa que al final del baño la rayo bastante.

- Eh Mari.- Dijo saliendo de la habitación viendo a la chica dirigirse a la cocina.

- Ole miren quien ha revivido.- Le dio un empujón y la estiro consigo en dirección a la cocina.- Creo que hasta estas más flacuchenta, que haz vaciado todo tu estomago o qué?

- Ya para Mari, no estoy de humor la verdad.- Se sentó sobre la encimera que se encontraba en el medio de la cocina.- Tia no recuerdo mucho de anoche.

- Que no?.- La rubia mas alta comenzó a preparar el desayuno y aprovecho la situación.- Pues tía, anoche te agarraste de los pelos con una tía por una cerveza, no recuerdas?

Alba al oír eso, abrió los ojos como platos no creyendo que pudiera haber hecho algo asi.

- Me estas tomando el pelo, no es cierto?.

- No me crees?.- Tomo su celular fingiendo que buscaba un video.- Lo he grabado en caso de que no recordaras, a ver dónde estaba

- Mariiii.- Gruño la pequeña totalmente frustrada.- Muero de vergüenza, jamas he sido asi tía no vuelvo a tomar en mi vida.- Se tapo la cara con las manos, lo que causo mucha ternura en Maria

- Bromaaa peque, no te dejaría caer tan bajo.

Alba salió de su posición brutamente lo que casi provoca que perdiese el equilibrio y cayera al piso, cosa que causo mucha gracia a la más alta y comenzó a reír sin parar. Tanto que olvido los pancakes en la sartén y empezaron a quemarse.

- Noooo, tiaaa joder!!.- Comenzó a gruñir y maldecir Maria mientras sacaba la sartén por la ventana para que no agarrase el olor.

- Ya, bien merecido te lo tenias por darme tremendo disgusto.- Alba bajo de la encimera y se sirvió un vaso de agua.- Pues ya que haz quemado todo el desayuno, propongo que desayunemos fuera.

- Vale, tu ganas rubia.- Maria dejo la sartén y siguió a Alba para cambiarse y salir.

Natalia por otro lado, terminaba de desayunar junto a Lagun que seguía recostado mirando por la ventana cómo los pájaros volaban.

- Quieres ir a pasear chico?.

La morena fue a coger la correa de Lagun, cuando se volteo el cachorro ya la esperaba en la puerta preparado para su caminata diaria. Natalia le coloco la correa, copio una chaqueta y se dispuso a salir del departamento.

Caminaron en dirección al centro de la ciudad, pararon la caminata para entrar en una Cafetería, la favorita de Natalia. Todos los días sin falta pasaba por ahí para coger un café o té helado antes de seguir paseando a Lagun, pero ese día no era igual a los demás porque el destino le tenia preparado algo especial.

Pidió su café helado y mientras esperaba se acomodo en una de las barras laterales con Lagun que esperaba quieto a sus pies, cuando escucho una risa familiar.

- Maria!! Qué dices? Estas tomándome el pelo nuevamente, cierto!?.

Al escuchar esa voz, Natalia se giro y comenzó a buscar de dónde venia hasta que pudo visualizarla entre la gente.