Lagun - Albalia

Capitulo XXII. Miki

ALBA's POV

- No me lo creo!.- Escuche una voz masculina al sentir que la puerta se abría, del susto di un saltito alejándome un poco de Natalia, la cual me tenia abrazada a ella.- Jo, esto no me lo esperaba.

- De que hablas tio. Mira te presento a Alba, Albi el es el idiota de Miki. - Natalia le respondió con un tono de voz entre confundido y divertido, cogiendome de la mano y arrastrándome con ella dentro del apartamento.- Contigo he de hablar bien luego, que te comerás la hostia de tu vida te lo adelanto.- Natalia paro en medio de la sala y me estiro a su pecho por lo que quede de espaldas a ella mientras descansaba sus brazos alrededor de mi cuello y sentía su mentón en la cabeza.- Pero de momento he venido solo a buscar mi móvil.

- Alba no me lo creo, estoy en trance, han de haber pasado unos dos años como mucho no?- Dijo Miki y esta vez sentí como Natalia se tensaba detrás mío, se puso recta.

- Os conocéis?.- Pregunto confundida apartándose y poniéndose en medio de ambos.- Alba?.- Se dirigió a mi, mirándome probablemente porque aun no había pronunciado una palabra desde que llegamos.

- Pues, mmm.- Digo, bue-eno si.- No podía creer que la vida venia a cagarse en mis muertos justo ahora, se suponía que tenia que explicar que cosa exactamente ahora.

FlashBack

- Oye Mari, estas segura que estos chicos son majos?.- Estábamos entrando a un club bastante popular, Maria me había chantajeado para que la acompañase con su nuevo grupo de amigos que había conocido en un bar hace unas semanas.

- Que si tía, te van a caer de puta madre, ya veras!.- Me arrastraba entre la multitud mientras bailaba al ritmo de la canción que sonaba.

- Bueno, pero no me dejes sola.- Ella paro en seco y se acerco bailando haciendo que yo también me soltara mas y soltara una carcajada con sus pasos torpes.- Porfi Mari, prométemelo

- Tia sabes que lo de prometer cosas se me da fatal, anda no seas quejica.

Luego de casi morir entre toda la gente finalmente habíamos llegado justo donde se encontraba el grupo de amigos de la Mari, por lo que pude ver iban ya ebrios hasta los huesos y reí porque la escena era simpática. Al vernos un chico se acerco rápido y se abalanzo sobre mi mejor amiga abrazándola y haciéndola dar vueltas.

- Has venido!!.- El chico la dejo en el suelo luego de varias vueltas.

- Claro Alfred!! Te dije que vendría!.- El chico sonrío y luego desvío su mirada hacia mi.

- Mira! Y te has traído a alguien nuevo!.- Se acerco esta vez a mi, y amablemente me dio dos besos y un abrazo.- Encantado, soy Alfred

- Soy Alba!.- Le sonreí timidamente.

- Vamos vamos, os llevare con el resto.- Nos cogio las manos, íbamos a sus costados.- Ya estamos todos un poco mal, así que yo os invito las primeras rondas para que os pongáis en sintonía.

Ya habían pasado unas dos o tres horas y para este punto todos, incluyéndome íbamos muy mal. Maria y yo nos habíamos tomados varios chupitos y seguíamos con las cervezas. Los chicos eran majos y me hacían reír muchísimo, eran muy simpáticos. Luego de un rato pude notar que salían en pequeños grupos, cuando llegaba uno salía otro y así sucesivamente cosa que me causo mucha intriga por lo que fui a preguntarle a Maria que estaba liándose con un tío en los sofás lo de siempre.

- Oye Mari.- Me senté a su lado y ella se acerco rodeándome con su brazo.

- Dime Maricarmen, te lo estas pasando de puta madre cierto?.- Me reí y asentí mostrándole la cerveza que tenia en la mano.