Escenarios (Aoyama Yuuga) [BNHA]

Escenario 2

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Título: Saving Them.
Pedido de: 8tttt45
Temática: Fantasy AU.

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Los demonios no para antes de atacar a sus amigos. Podía ver como todos estaban haciendo el gran esfuerzo de seguir luchando, caían una y otra vez, pero siempre se levantaban, con la esperanza de ganar la guerra.

Aoyama veía todo eso detrás de una roca. Una presión bastante fuerte sé hacia fuerte en su garganta, ¿por qué no se metía a la pelea?, tenía mucho miedo, a pesar de ser un príncipe al igual que Todoroki, no sabía mucho de combate, y le daba miedo de que sus amigos murieran por su culpa, por ser débil.

Pero todo eso cambió al ver como uno de los demonios, el más grande y más fuerte, azotaba con violencia al mitad dragón mitad humano contra el suelo, provocando que este escupidera sangre y se convirtiera en su forma humana, inconsciente en el suelo debido al golpe.

—¡Kirishima!— escuchó como uno de sus amigos, Bakugou, se acercaba con rapidez al híbrido de humano y dragón, sosteniéndolo en brazos.

Ese mismo demonio mandó a volar a tres de sus amigos, Iida, Todoroki y Midoriya, cayendo al suelo con fuerza, lastimando más sus cuerpos, pero aun así, se levantaban con dificultad. Tokoyami junto a su cuervo gigante trataban de lanzar ataques a distancia, pero no lo lograban debido a que el enemigo era inmune a sus ataques. Yaoyorozu y Uraraka también atacaban con lo que podían, pero era inútil, también provocó que ellas cayeran al suelo.

—¡Uraraka-san!

—¡Yaoyorozu!

El rubio de ojos lilas no dejaba de temblar en su lugar, ver como sus amigos eran derribados y heridos de gravedad, le estaba lastimando por dentro. Ya no podía más, debía hacer algo, tenía que hacer algo, no por nada era el príncipe del reino vecino donde gobierna el Rey Endeavor.

Salió de su escondite, corriendo en dirección hacia el demonio, decidido a enfrentar al enemigo de una vez por todas.

—Aoyama-kun, ¡s-sé que serás un gran rey en el futuro!— recordó las palabras de su amigo peliverde, cuando duraron un día en conocerse.

—¡En momentos de crisis, un príncipe debe estar al frente de todo!— recordó las palabras de su amigo peliazul en una pelea, donde el más alto lo defendió.

—Cuando acabe está guerra, ¡debemos festejar en el castillo de tu padre!— recordó las palabras de su amiga castaña cuando ganaron una batalla contra los demonios.

—No eres el único que quiso salir de casa... seremos reyes aliados en el futuro, te lo prometo— recordó las palabras de su amigo bicolor cuando estaban solos y miraban las estrellas.

—¡Cuando la guerra acabe, seremos libres!, ¡podremos ser felices si seguimos siendo amigos!— recordó las palabras de su amigo pelirrojo cuando éste le dio un paseo por los aires.

—¡Si no eres valiente, ¿cómo mierda vas a defender tu reino cuando seas rey?!— recordó las palabras de su amigo rubio ceniza cuando entrenaron a solas en el bosque.

—Mis amigos...— Yuuga pensó con el ceño fruncido, y con una mirada llena de determinación, sin dejar de correr en dirección al demonio gigante —mis amigos... ¡están contando conmigo para ser un gran rey!— exclamó antes de que su cuerpo comenzará a brillar demasiado.

Sus amigos miraron con atención aquel brillo, y de la nada, lograron ver a un gran dragon de color amarillo, de cuatro patas que terminaban en cuatro garras blancas, sus alas eran gigantescas de un color blanco, mientras los ojos del monstruo eran lilas. Midoriya abrió tanto los ojos al ver de quién se trataba, mientras sostenía a su amiga Uraraka en brazos. Los demás entendían de quién se trataba, y no podían estar más sorprendidos que nunca.