Capítulo 8

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—¡Papá!— Gritó la azabache al encontrar a el Uchiha mayor quien volteó a verla con una expresión neutra.

Una vez que Sarada le contó todo lo sucedido Sasuke sin pensarlo dos veces corrió hacia el lugar donde se escuchaban los estruendos; sólo pedía llegar a tiempo puesto que sabía que la fuerza descomunal de su esposa lograría acabar de un sólo golpe a la Hyuga.

El hokage recibió la noticia de que dos chicas estaban causando alborotos en el bosque de la aldea de la Hoja por lo que el dejó dos clones de sombra en su oficina y salió al lugar del encuentro intentando aumentar el ritmo de sus pasos; eso podría terminar mal.

Hinata en ese momento estaba con el paso suave puños gemelos de león en sus manos concentrando su chakra pero no era el normal si no el que heredó en su viaje a la luna; los leones con el poder de Hamura a la vez que pensaba en una estrategia puesto que sabía que no soportaría un golpe de su contrincante, su resistencia no era tan buena en sus días como ninja; mucho menos ahora que lo dejó hace tiempo para dedicarse de lleno a su família, si bloqueaba los puntos de chakra de Sakura a la perfección tendría la oportunidad de darle un golpe que al menos la deje inconsciente, en cuanto el puño de la femenina pelirrosa impactó contra el suelo la peliazul saltó en dirección hacia ella para distraerla esquivando por apenas un poco otro puño que iba directo a su rostro corriendo su cabeza para el costado, una vez que estuvo frente a su contraria realizó los ocho trigramas sesenta y cuatro palmas sellando los puntos de chakra lo que le causó gran dolor a la Haruno, no había podido cerrar todos los puntos por lo que sabía que la pelirrosa tenía ventaja aún, en cuanto Sakura logró canalizar el chakra suficiente en su mano izquierda golpeó a Hinata en el estómago mandandola a volar, por suerte para la Uzumaki; la Uchiha no tenía la fuerza habitual si no que menos, su cuerpo impactó contra un árbol cayendo estrepitosamente al suelo causándole un gran dolor, estaba segura de que almenos tres de sus huesos se habían roto.

Se había puesto de pie; podía seguir, no dejaría que nadie dañara a Sarada a la cual quería como si fuera una hija mas no entendía los motivos de Sakura para hacer algo como eso, en cuanto ambas corrieron en sus direcciones para seguir la pelea un rayo apareció entre ellas tan veloz que causó un ligero mareo en la mujer de orbes opalinas puesto que sus pies dejaron de tocar el suelo, ésta se aferró a la tela que cubría el cuerpo de su salvador intentando enfocarse bien.

—¡¿S-Sasuke-san?!— El azabache sostenía a la femenina de manera protectora como si fuera una princesa y es que lo era; Hinata Hyuga era la princesa del byakugan reconocida por ser una maestra del puño suave, el poseedor de dos dojutsus miraba con enojo a una chica de ojos color jade.

—¡¿Sasuke-kun?! ¿Qué haces aquí y porqué la defiendes?— Preguntó histérica, en sus ojos había un rencor que claramente era dirigido hacia la chica de orbes opalinas.

—Te he dejado pasar todas tus tonterías pero no tolerare que le hayas querido pegar a Sarada.— Bajó a la Hyuga dejándola sobre el suelo a la vez que en su mano creaba un chidori mientras que su sharingan se activaba lo cual dejó pasmada a la pelirrosa, cuando Sasuke iba a atravesar a la Haruno con el mismo; un estruendo se posó delante de él.

—No dejaré que lastimes a Sakura-chan, teme— Naruto apareció frente a él protegiendo a su amante, ambos estaban dispuestos a volver a pelear.

—¡¿Porqué mejor no defiendes a tu esposa?!— Gruñó enojado, ¿es que acaso su mejor amigo era un idiota?

—¡¿Hinata?!— Detrás de Sasuke apareció la peliazul mirándolo con los ojos llorosos, vió como tomaba la capa de su amigo/rival llamando su atención.

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