Capítulo 24

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Pequeñas gotas cristalinas se deslizaban por sus mejillas dando un recorrido el cual ella no se lo permitía, estaban siendo rebeldes las lágrimas de tristeza, morían sobre algo frío que había debajo de la fémina y ésta se aferraba a ello con desesperación, con fuerza, como si quisiera que algo de allí ayude a reconfortar las pequeñas grietas que se habían formado en su corazón, de repente el recuerdo de una família feliz que tenía con Hinata, Naruto y Boruto fue destruido completamente dejando ver la escena que hace pocos minutos había presenciado.

-Tio Neji....- Murmuró levantándose al mismo tiempo que dejaba los girasoles sobre su tumba con una expresión de tristeza, vaya vaya pero que mala sobrina era, no dejó los girasoles donde debía y sólo se echó a llorar en la tumba sin importar nada.

-¿Hima-chan? ¿Qué sucedió?

Esa voz... Tan imponente pero a la vez cargada de una calidez la reconfortó pero a su vez un escalofrío recorrió su cuerpo, de repente el viento azotó los árboles nublandole la vista a la pequeña peliazul quien tuvo que sostener su falda y cerrar sus orbes azulinas para que no le entre tierra, el frio del aire secó sus mejillas que habían quedado húmedas por el llanto lo que le causó otro escalofrío, en cuanto pudo los volvió abrir encontrándose con un hombre alto, su cabellera le recordaba a su abuelo Hiashi en sus tiempos jóvenes, larga y castaña, sus ojos eran los mismos del Clan Hyuga y estaba parado justo encima de la lápida de Neji, su corazón se paralizó por unos segundos al contemplar semejante imágen, su mente no alcanzaba a procesar el que esté ahí pero se lanzó hacía el dandole un abrazo, su falta de cariño en ése momento no dejó que su mente piense demás.

-¡Tio Neji! ¡Tio Neji! Estás... Estás acá....- Murmuró con cariño, no pasó mucho en que el castaño le devolvió el abrazo para calmarla y ahí sin más, se lanzó a llorar más fuerte de lo que había hecho antes.

-Sea lo que sea que haya sucedido... No tienes porqué estar triste ¿de acuerdo? Me gusta cuando sonríes... Mi pequeña Hima... Mandale un saludo a Boruto y a Hinata-sama, por favor, te quiero.

Y aquéllo fue suficiente para que su corazón dejara de doler, una sonrisa apareció en su rostro asintiendo a lo que le había dicho, tenía razón, no debía estar triste, alguna explicación su padre debía de tener, no pasó mucho en lo que Neji tomó una de sus manos para comenzar a bailar con ella felizmente, la pequeña se dedicó a disfrutar soltando risotadas, dando saltitos siempre sin soltar la mano de el mayor, el cabello de ambos se movia con el viento y una sonrisa apareció en los labios de el Hyuga fallecido, acarició la cabeza de Hima soltando su mano con delicadeza y pronto un grito se escuchó.

-¡Himawari!- Naruto, esa era la voz de su padre, había estado allí presenciando el baile de la peliazul menor y no alcanzaba a entender porqué tomaba algo que no estaba.

-¡Papá!

(...)

La habitación se había sumido en un completo silencio, la pelirrosa ya había terminado de pedir sus disculpas luego de que Hinata la hubiera hecho pasar a la sala para poder conversar tranquilos, la mirada de la pelirrosa no pudo evitar desviarse hacia las manos de ambos pálidos que yacían juntas entrelazandose a los costados de ambos.

Un pinchazo en su corazón...

Un dolor que la recorrió por completo...

Una vista nublada por agua

La falta de aire en sus pulmones

Dolía.

Dolía mucho.

Dolía demasiado.

Ella hubiera matado por estar así junto a su amado.

Ambos con ropas casuales, Sasuke con su implante en el brazo, la suficiente comodidad entre ambos para dar esas pequeñas muestras de afecto sutiles.

Kami-sama... ¿Era ése su castigo por sus actos egoístas?

¿Era ése su sufrimiento eterno?

Negro... Todo se vuelve negro.
Ésa imágen es lo único que se distingue en la oscuridad.
Ésa imágen es la única luz...
Una dulce tortura...
Ah... Ese dolor, ese puñal que ambos sostienen con sus manos clavandolo dulcemente dentro de su pecho.
Ese dolor... Ese dolor que muestra que estaba haciendo lo correcto.
Ese dolor que debía superar... Porque preferiría sufrir mil años antes de volver a cometer esos actos sucios que quitaron su pureza, su dignidad y su honor.
Ya no habían sentimientos negativos y deshonrados como la envidia, el enojo o incluso la lástima hacia ella misma.

Unos brazos se deslizaron por su cuello envolviendola en una calidez que comenzó a trizar aquélla oscuridad, una que la destruyó por completo, cascadas de agua caían por sus ojos jade que estaban abiertos por la impresión, otro pequeño par de brazos que la rodeaban por la cintura que curaban su herida, aquélla que había sido abierta por ella misma una y otra vez desde el día que se obsesionó con el Uchiha.

En cuanto reaccionó, logró distinguir una cabellera azulada y una azabache, Sarada y Hinata, las dos abrazandola mientras que se contenían para no llorar, pero ése abrazo para la Haruno significó mucho más que un simple par de contacto físico, para ella fue como una liberación, al fin estaba libre de la culpa que la carcomia.

—Estoy orgullosa de ti, Sakura-san. — Esa voz caló en lo más profundo de su alma, tan maternal, tan especial, tan delicada... Por fin se permitió llorar como si fuera una niña pequeña, una niña pequeña que lloraba por la tristeza de haber estado enojada con su madre luego de tanto tiempo.

(Por fin...)

[...]




[Notas de la autora]
Se que prometí los especiales, creanme que lo sé, he estado muy ocupada y ya empecé las clases y me tienen loca.
Igual no voy a dejarlas sin especial pero prefería publicar primero el capítulo antes de los especiales, aún no están listos pero cuando los terminen los voy a publicar.
Muchas gracias por la paciencia que me tienen pero enserio mis horarios son una mierda.
L@s amo ❤.

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