Tenten se había quedado en silencio desde que la Uzumaki habló, no sabía qué hacer, el pánico se apoderó de su cuerpo ¿debía fingir que no era ella misma? Claro que no... Sería estúpido, luego de unos dos minutos para ser exactos Hinata empezó a sentirse algo incómoda por la manera en que su vieja amiga no sólo no respondía si no que también la miraba fijamente, aun con el pequeño en brazos no pudo evitar ver cómo éste le tiraba los bracitos a su madre en busca de que lo cargue, sus cejas se elevaron demostrando su asombro puesto que no tenia idea de que fuera el hijo de su mejor amiga, pronto pudo sentir los brazos cálidos de alguien rodeando su cuerpo quien no era nada más que la castaña, Hinata como pudo le devolvió el abrazo mientras que en sus ojos se acumulaban algunas lágrimas, por fin algo bueno luego de tanto movimiento en su vida.
—Te extrañé tanto Hinata— No era mentira, eso salió de lo más profundo de su corazón a pesar de que parecía hipócrita por el hecho de que básicamente estaba en secreto con el esposo de ella.
—Yo también te extrañé— Dijo en un tono tranquilo a la vez que le daba al bebé ya que parecía que iba a llorar, la Uzumaki le dedicó una mirada de amor a ambos, estaba orgullosa de que su amiga haya podido seguir adelante luego de la muerte de Neji.
—Yo me llamo Tenaki, tengo dos añitos y me encanta escaparme de mamá cuando veo gente que me agrada en la calle— La castaña, con una vocecita aguda imitando la de su hijo le hablaba a la peliazul moviendole los bracitos como si el dijiera toda la presentación, eso le arrancó una risita tanto a Hinata como a Tenaki, estaba felíz en ese momento por lo que no dudó en acompañarlos en las carcajadas.
—Dios, tenemos tanto de que hablar Tenten... ¿Quieres ir a por unos rollos de canela y un te?— Preguntó la fémina con una sonrisa en el rostro, parecía un ángel con aquél vestido blanco y esa preciosa sonrisa, por un momento... La amante del séptimo olvidó todos los problemas que esa invitación podrían causarle dando un asentimiento de cabeza a pesar de estar corriendo el riesgo de que todo sea descubierto.
El azabache entró sin permiso dentro de aquélla espaciosa oficina en la cual se podía observar a un rubio medio dormido firmando papeles detrás de la gran montaña de lo ya antes mencionado, pareció despabilarse a una velocidad increíble al notar que había entrado su mejor amigo/rival, el ambiente rápidamente se tornó tenso entre ambos ya que no habían hablado desde el momento donde cada uno defendió a la esposa del otro, cosa que le resultó bastante irónico al Uchiha puesto que en ese momento no tenía idea de lo que la Hyuga causaba en él, los ojos azules como el océano del bello rubio se encontraron con los onix tan profundos como un agujero negro que tenía el poder de hipnotizar a cualquier mujer que los vea, como si fuera una batalla de miradas ninguno dijo nada sólo se miraban de una manera retadora, el aire podía cortarse con una tijera y la tensión aumentaba en ambos.
—Sasuke—
—Naruto— Ninguno de los dos pudo terminar de hablar puesto que se habían interrumpido mutuamente; parecía que ambos se habían decidido a hablar al mismo tiempo por lo que cortaron rápidamente su frase.
—Lamento lo de Sakura-chan...— Dijo en un tono algo bajo arrepentido por tener que llegar a tantos extremos, sólo pedía que su amigo lo perdone
—No me interesa en lo más mínimo lo que hagas con ella, sólo que afectaste a tu família más de lo que crees incluyendo a Sarada— Su tono de voz tan distante causó en el rubio una culpabilidad semejante a su poder, sabía que estaba mal y aunque era irónico que alguien como Sasuke lo dijera; no tenía derecho a reclamar puesto que razones tenía.
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New Beginning
FanfictionPrólogo: Uchiha Sasuke comienza a sentir curiosidad sobre la esposa del ahora hokage, no puede evitar notar como todo observador que es, lo diferente que es Hinata Uzumaki de Sakura Uchiha, ¿la realidad? La peliazul podía con él en más de un sentido...