Pendientes

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Durante la tarde restante el tiempo paso con rapidez, cada grano de arena en el reloj caía rápidamente como si fuera plomo, Imed logro alistar sus pertenencias con rapidez, había dispuesto una hora exacta para culminar sus tareas; vio al reloj orgullosa, le quedaba un poco menos de media hora; tenía tiempo de sobra para concretar su agenda para el viaje.

Con su mano izquierda tomo el cuaderno que dejaba siempre sobre la mesa al lado de su cama, tacho seis de los pendientes de la lista con tinta y pluma.

· Buscar la ropa que usaran los visitantes.

· Preparar el baño para Fustán y los niños nuevos.

· Recibir a Fustán y a los niños antes del medio día.

· Guiarlos al baño para que se quiten las pulgas.

· Preparar el almuerzo.

· Clarificar el plan de entrega a la hora del almuerzo.

· Ordenar equipaje para el viaje.

—Aún queda un pendiente por terminar gracias al despreocupado de fustán. — pensaba Imed sintiendo la necesidad de culminar todas las tareas pendientes para el día necesitando ver todas tachadas para respirar con normalidad. Dejo nuevamente el Cuaderno en el mismo lugar que lo encontró pero esta vez abierto, tenía en mente volver en breve a tachar lo que faltaba.

Imed fue a la sala con su equipaje, lo dejo a un lado de la puerta permitiéndose notar como la espesa noche comenzaba a cubrir el cielo con su negro infinito, abandono el lugar y se encamino a la habitación de fustán, toco dos veces como tenía por costumbre y abrió sin esperar respuesta.

—Hermano querido, necesito detalles específicos de la entrega. No puedo andar por ahí en la espesura de la noche sin tener un rumbo fijo, es información crucial para mi agenda, nada puede darse por sentado si quieres que sea yo quien haga la entrega. — Dijo Imed con los brazos cruzados haciendo sonar el suelo repicando sus zapatos con la madera una y otra vez.

—Vale mujer, deja la insistencia, había olvidado tus apuntes. Y deja ya ese sonido infernal. —

—Muy bien, dime entonces ¿a quién debo entregar el paquete? — respondió dejando de mover los pies y relajando los brazos.

—Mucho mejor. Bueno al llegar a la ciudad Frontera te esperara Wallace, el mismo hombre que vino para acá por el último encargo, ¿Lo recuerdas? —

—Perfectamente; sucio y obsceno, apestaba a alcohol barato, pero... ¿porque haces negocios con ese hombre? Es solo un vago, ¿seguro te pagara? no confió en esa rata asquerosa. —

—No te preocupes, él es solo un intermediario, el pago está listo hace días, solo esperan por la entrega para dártelo. No será necesario que conozcas a los que hicieron el pedido en ningún momento. —

— ¿Porque? Me parece irresponsable, ¿Qué te hace pensar que no se han gastado tu dinero en alcohol y viejas baratas? No entregare nada hasta no tener el pago en mis manos. —

—Has como quieras pero entrega el encargo, cuanto tiempo esperes no me interesa, de poder hacerlo yo lo haría pero bien sabes que no puedo cruzar a esa ciudad. No desde el incidente anterior, esos guardias aún me recuerdan.

—jajajajaja, si ¿cómo podría olvidar alguno de tus incompetentes planes? Esa vez yo sali por la puerta sin problema alguno. — Dijo Imed tapándose la boca mientras se burlaba de su hermano. —Está bien, no me interesa realmente lo que pase después de terminar mi parte, no soy yo a quien buscan. Dime pues, ¿En dónde lo encontrare exactamente? —

—En el burdel de los claveles cantores. — Respondió fustán con un gran bostezo.

—Que sitio más apropiado para ver a ese hombre inmundo, no esperaba un lugar con menos clase para verlo. —

— ¿Ya tienes todo listo? —

—Por supuesto, hace mucho que lo prepare. Quien se pasó el resto de la tarde durmiendo fue otra persona. Esta es la despedida entonces, ahora necesito que te vayas mientras aun haya transporte, tengo que cerciorarme que realmente no te quedes aquí apestándome la casa. Vuelve a tu madriguera mientras yo no este y regresas aquí en dos días, necesitare descansar del viaje. —

—Perfecto, nos vemos en dos días entonces. — Dijo fustán soltando el cabello de Imed y batiéndoselo con su pesada mano.

— ¡Basta! Lárgate ya, tengo que alistar a los niños pronto para salir a tiempo.— Respondió Imed molesta apartándose de la mano de su hermano para amarrar nuevamente su cabello.

Fustán iba saliendo cuando pensó en regresar por su sombrero de copa dirigiendo los ojos al lugar donde solía dejarlo cuando visitaba a Imed, fue entonces cuando recordó haberse deshecho del mismo el día anterior después de matar a su compañero de carruaje. Se preguntó en ese momento como puedo ser tan tonto para abandonarlo con su gorda víctima.

Sin más se despidió, alzo la mano y dijo hasta pronto sintiendo huérfanos sus cabellos que se enfrentaban al mundo sin sombrero una vez más.

Imed acompaño a fustán hasta la entrada, lo vio alejarse y despedirse moviendo su mano de lado a lado pero sin girar el cuerpo ni el rostro; observo su partida y como subía a un carruaje negro que se comenzó a camuflar con la inmensidad de la noche mientras más se alejaba.

La noche ya estaba oscura cuando Imed entro a su cuarto para tachar el pendiente * Clarificar el plan de entrega a la hora del almuerzo * y anotar en una hoja diferente el nombre de la persona y del lugar el cual iría a ver.



_________________<3 Atento a sus reacciones y recomendaciones. <3_____________________

Crónicas de Arzo [Un Reino Secreto]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora