Las pisadas iban aumentando gradualmente en el piso del burdel, los niños en el sótano eran cada vez más conscientes de que se les escapaba el tiempo y que dentro de poco podrían llegar por ellos. Hace pocas horas habían quedado en completo silencio, luego de haber perdido a la mitad de sus compañeros no se escuchaban más que susurros por su parte, por otra podían percibir los gritos de Bradley calculando que tanto dinero podría sacarle a cada uno de los pequeños la primera noche.
El burdel parecía estar en su mejor época, luego de un par de horas era insoportable el sonido que pasaba a través del techo del sótano, el jaleo retumbaba sin filtro abajo e incontables goteras comenzaban a incomodar a los niños, el líquido que de vez en cuando acertaba su puntería y caía sobre los niños era de un color rojo intenso o más bien borgoña, su sabor era algo agrio al igual que su olor; varios habían tenido la valentía de probarlo para apaciguar la sed pero el efecto fue el contrario. Otras goteras eran diferentes, el color parecía ser transparente pero después de haber recolectado varias gotas en las manos tintaban un color amarillento claro y dejaba a la vista considerable espuma, también lo probaron, esta vez indecisos y aunque no era agua les fue de ayuda para hidratar sus lenguas. Mera aclaro que lo que bebían era cerveza, después de todo a su grupo le había tocado varias noches hacer el mismo procedimiento y habían descubierto de que se trataba.
—Podríamos... que tal si... nada— dijo un niño rompiendo el silencio como si alguien lo obligara. Hablaba nerviosamente sin ver a nadie, clavando la mirada en el piso.
—Diles— dijo una niña empujando a un niño idéntico a ella, un poco más pequeño y con la diferencia de que era varón. Intentaba con ahínco pero no lograba mover al muchacho.
—No, no— le repetía con nerviosismo sin notar que todos los miraban a ambos con curiosidad.
Dereck y su grupo ya los conocían, habían notado que no hablaban más que entre ellos, ambos niños con piel blanca compartían la misma cara, la misma sonrisa y los mismos ojos; eran mellizos y nadie sabía sus verdaderos nombres, todos les decían Uno y Dos; incluso Imed los llamó de esa manera después de entender que no podía hacerles nada por ser mellizos; eran parte del pedido y no podía faltar ningún niño si quería que le pagaran.
—Él piensa que podríamos intentar escaparnos—dijo la niña que todos llamaban Dos ignorando la insistencia de su hermano mientras se acercaba a Dereck, Ann y a Mera para mantener la voz baja— entre todos lograremos tumbar la puerta, no nos escucharan. Hay mucha bulla ¿oyen?...
—nadie decía nada y el alboroto parecía estar junto a ellos.
—Falta muy poco para que vengan por nosotros, eso o que Riago venga y ponga sus manos sobre alguno—dijo Uno acercándose a su hermana viendo ahora hacia la puerta— no- no puedo permitir que le hagan nada—dijo mientras colocaba su mano en el hombro de Dos, —mi madre nos hizo prometer que nos protegeríamos antes de que...— sus palabras se cortaron y sin poder evitarlo corrió deprisa una lagrima por su mejilla que fue parada en seco con la parte interna de su brazo. —No podemos estar más tiempo aquí, ahora sin Augusto...—dijo sorbiendo su nariz.
—¡Mmm! Ya- ya veo, Augusto era algo así como... como su líder ¿no? —intervino Mera poniendo ambas manos sobre los hombros de Uno.
—Algo así. Siempre estuvo pendiente de todos después de haber llegado a la casa de la señorita Imed—dijo otra niña— sobre todo después de haber perdido casi todo mi cabello—decía mientras agarraba los pocos mechones de cabello largo que tenía.
ESTÁS LEYENDO
Crónicas de Arzo [Un Reino Secreto]
AdventureCuando el núcleo familiar de Dereck se ve cercenado por la ambición, el deseo y la ira este tendrá que emprender un viaje en busca de sus seres amados, esto lo confrontara cuando descifre la razón de todo y como esto se relaciona con su pasado, un p...