Una gran ola de calor recibió a los niños en el sótano como si deseara escapar de aquel sitio, era un lugar pequeño y tenía poco espacio libre; en las dos paredes laterales habían amontonados varios barriles uno sobre otro y la pared de en medio estaba por completo vacía, el suelo de madera cubría toda la superficie y la tierra se asomaba entre las láminas desgastadas por el tiempo y las termitas, no medía más de dos metros de altura y todo lo que sucedía arriba se escuchaba y se vivía en el sótano también.
El ambiente impregnado con un olor mezclado entre alcohol, humedad, vino y sudor era intenso, el único espacio por donde ventilaba el sótano era la puerta pero se mantenía cerrada la mayoría del tiempo desde que alguien había intentado huir a plena luz del día.
No mucho tiempo después de haber entrado en el sótano los niños notaron varias telas extendidas en el suelo que parecían estar aún más curtidas que la propia madera, estaban justo en frente de la pared que estaba vacía. Luego de haberse cerrado la puerta los niños pasearon sus ojos por cada espacio cerciorándose de que todo estuviese "normal". Al parecer todo estaba bien excepto por las lámparas que debían alumbrarlos, eran dos y una estaba a poco de decir adiós.
Entre moqueos, quejas y susurros los niños se abrazaban sin poder olvidar aquellas palabras que escucharon horas antes 'una vez que nos expliquen las condiciones sabremos qué tan puros los quieren'; no entendían nada y al parecer sus captores tampoco. Augusto intentaba calmar a las niñas pero el mismo no era de ayuda ya que mientras hablaba le brotaban lágrimas de los ojos que era incapaz de contener.
Minutos más tarde, después de haberse sentado en el suelo y ver varias ratas corretear entre los barriles, notaron algo que no habían visto al entrar. La puerta del sótano parecía tener dos espacios laterales recedidos, hundidos por completo en una oscuridad tenebrosa, no podían apartar la vista de aquellos nichos en tinieblas. Se sentían observados y antes de poder levantarse escucharon algo.
—Psss, psss. ¿Ya se fueron? —salió del espacio inexplorado como si la oscuridad hablara.
—¿Q- qui- quien dijo eso? — pregunto Ann aterrada mientras apretaba la mano de Dereck y la de una niña que se quejó cuando no aguantaba más la presión.
—¿Hay alguien ahí? Pregunto Augusto en un tono ahogado.
—S-s-si— Respondió la oscuridad — ¿la puerta está cerrada? —Insistía una voz femenina arrastrando cada palabra.
No sabían que responder, ¿sería seguro seguir charlando con la oscuridad y darle la información que quería o era mejor quedarse callados?; antes de que tomaran la decisión de abrir la boca notaron como se asomó una mano que broto de la oscuridad, se paseó por el marco de la puerta como si estuviese comprobando algo y luego se le unió un rostro moreno de abundante cabello rizado que confirmo el mensaje que su mano había enviado. La puerta estaba cerrada.
—Libre chicos— dijo el rostro moreno que salió de las tinieblas y que ahora tenía cuerpo. —Siempre ha sido un lio comprobar si se han ido una vez que vienen acá abajo— decía ahora fluidamente sin arrastrar palabra. — Salgan chicos, todo despejado— insistió aun hablando en voz baja.
Dereck y su grupo de acompañantes estaban enmudecidos, no salió ninguna palabra de sus bocas y ninguna extremidad se movió, los parpados se mantenían arriba y lo único que mantenía su ritmo era el sudor en los rostros de todos.
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Crónicas de Arzo [Un Reino Secreto]
AdventureCuando el núcleo familiar de Dereck se ve cercenado por la ambición, el deseo y la ira este tendrá que emprender un viaje en busca de sus seres amados, esto lo confrontara cuando descifre la razón de todo y como esto se relaciona con su pasado, un p...