En la habitación Dereck estaba confundido, no entendía nada de lo que había visto ese día a la hora del almuerzo; había pasado toda la tarde luego de volver a la habitación en un estado de shock que lo había descolocado y al volver en sí noto que ya estaba anocheciendo, miró la cara de Ann que estaba igual de consternada que él, durante todo ese tiempo habían permanecido separados en dos grupos de niños, todos los que compartieron carruaje estaban juntos en una esquina de la habitación y los doce niños con antigüedad en el otro extremo de la misma.
En el cuarto el control lo tenía una barrera invisible que mantenía a cada grupo de niños en sus fronteras, solo podía ser cruzada por las visuales de los niños que clavaban la mirada en cualquier lugar que los distrajera de la realidad.
Dereck pudo notar entonces como sus compañeros de esquina consolaban a su amigo ahora lastimado, algunos sobaban repetidamente la frente del pobre desdichado mientras otros secaban sus lágrimas y los demás sostenían su mano buscando una solución a su dolor; ya se habían dado cuenta que los besos en heridas no son tan efectivos como los de mamá; comprendió entonces que en esos dos grupos había uno lleno de amor y atención y el otro arropado por la indiferencia , comenzó a sentir náuseas y por poco se despide del almuerzo pero el miedo que surgía en su cuerpo no lo dejo ensuciar el suelo de Imed y menos frente a los niños al otro extremo de la habitación, pensó que de no controlarse podrían todos ellos castigarlo a él también.
La habitación tenia ahora su propio ambiente, todos tenían un aspecto sombrío, los niños que estaban junto a Dereck no habían hecho sonido alguno desde que habían regresado del comedor, solo se escuchaban los quejidos del pequeño niño que tenía los dedos de sus manos quebrados, no hacía más que llorar y durante todo el rato tratando de silenciar el sonido de su llanto con la mano que no tenía lesionada.
Los doce que miraban desde el otro extremo de la habitación mantenían una conversación entre ellos, parecían comentar el suceso del comedor, se escuchaban susurros ininteligibles a los que ellos reaccionaban de distintas maneras; parecían querer hablarles a los otros pero no encontraban como integrarlos. Despues de todo habían visto cosas peores durante su estancia en la casa y conocían perfectamente por lo que estaban pasando.
El silencio fue interrumpido repentina mente por el sonido de un portazo que se escuchó fuera de la habitación.
—Lamento mucho lo sucedido chicos, no podemos hacer otra cosas más que la que nos mande la señorita Imed; Déjenme ver esas heridas—. Dijo Augusto acercándose al montículo de pequeños aterrados en una esquina contraria a ellos.
—A-a-ale-alejate—. Respondió una niña llevándose una mano a la boca y arrastrando su cuerpo hacia atrás con ayuda de sus pies apretujándose a sus demás compañeros.
—Basta ya chicos, no teman Se por lo que están pasando, ya ha ocurrido unas doce veces al menos. Ustedes por lo menos son un grupo grande, yo en cambio llegue con tres más, no tuvimos a nadie que nos advirtiera de la señorita Imed— Dijo Augusto buscando tranquilizar a sus compañeros.
—Ya, pero no tuvieron a alguien que hiciera los mismo que le hiciste a el—. Interrumpió Dereck poniéndose de pie y señalando a su amigo.
—Deberías estar agradecido de que fue Augusto quien tuvo que hacerlo, de haberlo hecho la señorita Imed directamente no se hubiese detenido solo en unos cuantos dedos; conmigo se detuvo sino hasta haberme arrancado la mayoría de mi cabello—. Enfatizó la niña que tenía solo unos cuantos mechoncitos de cabello en la cabeza.
—¿Crees entonces que podrás ayudarlo?; digo, después de todo tiene los dedos doblados y aún le duele mucho. — Dijo Ann interesada en que los ayudaran.
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Crónicas de Arzo [Un Reino Secreto]
AdventureCuando el núcleo familiar de Dereck se ve cercenado por la ambición, el deseo y la ira este tendrá que emprender un viaje en busca de sus seres amados, esto lo confrontara cuando descifre la razón de todo y como esto se relaciona con su pasado, un p...